Desde tiempos inmemoriales, y con asiento en diferentes fuentes del conocimiento, ya sean místicas, religiosas, científicas, filosóficas o artísticas, se ha hecho mención de los pares de opuestos, que manifestándose por doquier, nos ilustran parte del escenario de un mundo inmanifestado. A este mundo se le conoce como aquello que no tiene causa y es causa de todo lo manifestado.
Dependiendo de la fuente del conocimiento que soportan a los diferentes sistemas de creencias, que a su vez derivan en una determinada cultura, enfoque o perspectiva, podemos apreciar nombres o categorías alusivas a ese mundo incausal, tales como Absoluto, Energía, Increado, Eterno, Infinito, Real, Dios, entre otros.
En función de ello, todas las culturas desde la noche de los tiempos han percibido este hecho. Son numerosos los escritos testimoniales y memorias antiquísimas en diferentes latitudes que abordan este tema.
Desde las célebres tablillas de la legendaria Sumeria; los legados de los hierofantes de Egipto, con los principios Herméticos, haciendo emerger el Kybalión como otra manera de abordar la realidad; los sabios pitagóricos de la Grecia clásica; los pergaminos sufíes de la cultura Persa, los manuscritos apócrifos de los Esenios del Sinaí, la Palestina y el Mar Negro; el Tao de la Cultura Oriental; los Cantares de los Profetas Hebreos, la Visión de Shiva y la Iluminación de Krishna, Buda y Patanjali en las vertientes fuentes del saber de las cuales beben El Hinduismo y El Budismo; las culturas originarias de África y Australia y por supuesto hasta la hermosa Cultura Mesoamericana y del Altiplano Suramericano, expresada en los tesoros de los misterios siderales y de la vida toda, de la cual estaban conscientes Mayas, Aztecas, Timoto Cuicas e Incas, entre otros, son complementos o soportes místicos y de espiritualidad profunda de los que se está valiendo la ciencia de vanguardia para dar por fin con una teoría única, que explique el origen y el funcionamiento de la vida: una cosa es la apariencia y otra cosa es la esencia, siendo nuestra esencia de naturaleza espiritual.
La visión materialista que aún soporta significativamente la manera actual de considerar este mundo manifestado, se ha encargado de que toda esa sabiduría, legado de culturas milenarias, sea considerada apócrifa, brujería, cosas del demonio, conocimiento primitivo de escaso valor. Es despreciado por el conocimiento académico y sometido a burla por los doctores del sistema epistémico lineal.
No obstante, al emerger la física cuántica y desplazarse hacia los escenarios subatómicos, se ha producido una ruptura con la clásica física Newtoniana. Las leyes de la inercia, del movimiento y los postulados teóricos de la termodinámica no son válidas en la física de partículas y tampoco en los escenarios supra atómicos donde los agujeros negros y los agujeros de gusano, causan vértigos a las teorías convencionales. Ahora desaparece lo objetivo. Ya no hay sujeto. Ya no hay observación. Lo observado, el observador y el proceso de observación es lo mismo. Emerge la esencia espiritual de lo que somos, atesorada por la memoria de los Maestros Pueblos.
Cuanta incertidumbre para la ciencia actual. Emergen otras teorías: El Principio Holográfico, La Teoría de Cuerdas, La Teoría de los Universos Paralelos, La Teoría M. Los atrevidos científicos de vanguardia están perdiendo el miedo al ridículo y están explorando otros escenarios del saber. Están consultando a los poetas, a los místicos, a los caminantes que serpentean los caminos en busca de la memoria de los pueblos originarios.
Porque un poeta, un músico, un pintor, un artesano, al igual que un científico, procura trascender la minúscula realidad en la que percibe los destellos de otra dimensión, de otra realidad…quizás la dimensión de lo inmanifestado….
Las culturas milenarias orientales, los legados persas, la filosofía y el misticismo de los pueblos originarios guardan celosamente la sabiduría del universo, entregándolo solo a aquellos que se hartan de teorías conclusivas. Allí están los ejemplos: ¿No emergió de un sueño la espiral del ADN postulada por Watson y Crick? ¿De dónde salió la figura de la molécula del benceno? Y ¿Por qué la hija de Albert Einstein donó a la Sociedad Teosófica de la India sus libros trabajados de La Doctrina Secreta? ¿Por qué borrar de la memoria de los pueblos el saber para la vida condensado en las bibliotecas Mayas, Aztecas e Incas? ¿Y dónde está el legado espiritual del Maestro Simón Rodríguez y su discípulo?
Y… ¿A qué nos invita esta incertidumbre? Ya las teorías y tesis que soportan a los paradigmas tradicionales no nos sirven para comprender y entender el mundo en el que vivimos. Todo se ha agotado. La vida trasciende y eso es un hecho que nos lo dibuja constantemente la naturaleza, aunque la visión geocéntrica, egoíca no nos permite "ver" esa trascendencia. ¿Cuándo empezamos con el descoloniaje del espíritu? No importa, la vida se vale por sí misma…
Profesor Agroecología UBV-Lara