La llegada del Covid 19 sorprendió a todo del mundo: ricos y pobres, blancos y negros, feos y bonitos, inteligentes y no inteligentes, leídos y no leídos, niños, jóvenes, adultos y viejos. En fin, el mal llegó y sorprendió a las pequeñas naciones, así como a las grandes potencias, en lo económico y en lo militar. Sin embargo, a pesar de las muertes causadas, así como los daños económicos, el virus ha servido para que los ciudadanos del mundo valoren a los médicos, así como a los enfermeros y enfermeras. Estos servidores públicos han librado la mayor de las batallas de sus vidas por preservar la vida de millones de seres humanos, rescatándolos de las garras del Coronavirus, y permitiéndoles que sigan viviendo y siéndoles útiles a la sociedad.
Leí una declaración de una médica española donde afirmaba que les había llegado la hora a los médicos del mundo de hacerse notar y plasmar, con hechos, su fortaleza espiritual, su sapiencia y destrezas adquiridas en sus distintas disciplinas. No fue una bomba solo matagente, ni un asteroide fuera de su requerido, sino un microscópico enemigo que ha demostrado muchas caras a medida que se entromete en la vida de las personas. Por ello, estos sin par hombres y mujeres se han alzado con el mas honroso de los calificativos sin trajinar los espacios de un set de Hollywood, sino con sus vecinos, con gente real y cercana que inclusive nunca habían visto. Para ellos la gloria eterna. Vivan los médicos, enfermeras y enfermeros, personal paramédico, bomberos y todos aquellos prestos a brindar el bien común.
Esa es la realidad. No hay otra. No obstante, podemos observar como un médico, un científico, o un enfermero y enfermera, ganan salarios mendigados, en algunos países, mientras que las élites del fútbol, el béisbol, el básquet, el tenis, entre otras disciplinas deportivas, ganan salarios multimillonarios, y acaparan toda la atención de millones y millones de fanáticos. Esto es justo. ¿Qué está pasando en ese mundo, cada día más desigual? Se estima que un grupo de personas son se han apropiado de toda la riqueza del planeta. ¿Es esto correcto?
Coincidiendo un año más con el inicio del Foro Económico Mundial de Davos (que reúne a los más ricos entre los ricos), además de líderes mundiales, la organización no gubernamental Oxfam publicó su estudio sobre la situación de la desigualdad económica en el mundo, encontrando que la riqueza está cada vez más concentrada en menos manos. Unas 40 personas son dueñas de la riqueza que produce la tierra. ¿Es eso correcto? ‘Hasta dónde se va a llegar? Mientras hay más ricos, la pobreza se triplica. ¿Eso es justicia? Quién sabe si la presencia entre nosotros de Jesucristo, podría equilibrar tal desequilibrio. Sería el mayor regalo que Dios pueda ofrendar a los habitantes del planeta tierra.
Querétaro, México, 22 de marzo del 2019.
El valor de los médicos
Por: Teófilo Santaella
Lunes, 23/03/2020 01:48 AM