En tres palabras

Te amo Maryorirma

Domingo, 29/03/2020 07:30 AM

"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño."

Corintios 13:11

CON MUCHO AMOR A MI HIJA MARYORIRMA

Dedico estas líneas, que salen desde lo profundo de mí ser esencial, con mucho amor, a mi hija Maryorirma Moyer Querales, quien como su hermano, Christopher Enrique Moyer Ortega, está cumpliendo 38 años. Tres días después del cumpleaños de su hermano paternal.

Ustedes dos - como energía espiritual que son - decidieron venir al mundo físico tridimensional usándonos como instrumentos. Tengo la certeza. Estoy convencido de eso. No los buscamos. Ustedes nos buscaron a nosotr@s. Sus espíritus superiores y divinos, no humano, sabrán el por qué lo hicieron de este modo. Sería deshonesto si dijéramos que vinieron "planificadamente". En verdad, al menos para mí, llegaron sin esperarlos. Ustedes lo saben porque ya grandes, adultos, hemos conversado sobre el tema. También mentiríamos si reconociéramos que vinieron al mundo sólo por haber vivido una experiencia sexual irresponsable. Como, tal vez, ustedes o algunas otras personas piensan. Nunca he podido hacer sexo con alguien a quien, al menos, no le tenga aprecio. Me encanta hacer "el ejercicio de la función sexual" con alguien a quien ame intensamente. Mi cerebro reptileano suele conectarse con mi cerebro límbico y ambos derrotan la neocortexa racional, fría, lógica y calculadora. Hay quienes nos juzgaron y aun nos juzgan de haber sido irresponsables: A sus madres y a mí. Yo respeto esas opiniones aunque no las comparta. No saben que, a veces, el amor es así. Intenso. Sin límites. Descuidado. E incluso, confiado de que nada va a pasar ¿Quién sabe si ustedes mismos lo han vivido? Solemos confundir el sexo, que responde al cerebro central o reptileano, con el AMOR que es propio del cerebro derecho o cerebro límbico. En mi caso, ambas funciones cerebrales se funden en un solo instante. Sobre todo cuando fui joven y aún no tenía experiencia previa. Hoy, tomo previsiones con el cerebro izquierdo y racional. Claro, a veces.

NECESITAMOS PERDONAR PARA PODER AVANZAR

Ustedes fueron concebidos como los hemos tratado durante estos 38 años: con mucho amor. Aunque ustedes aún lo duden o vivan, de vez en cuando, de resentimientos y amarguras. De verdad, es lamentable que así sea. Como si nosotros hubiéramos querido o quisiéramos hacerles daño. Ningún padre, en general, quiere que sus hij@s sufran. Por el contrario, siempre quieren lo mejor para ell@s. Seguramente, también lo han vivido. Tal vez, reproduciendo la historia familiar producto de los "movimientos del alma", como dicen en "Constelaciones familiares". No es un regaño público, es una realidad que percibo y me gustaría lograran superar para bien de ustedes y de sus propias parejas y sus hij@s, es decir, mis niet@s. No dudo que vivir esa experiencia humana desde que fueron concebidos en el vientre de sus madres y vivir una niñez sin paternidad responsable cercana – aunque ambos tuvieron padres sustitutos - les haya causado dudas, dolores emocionales y resquemores. Ofrezco mis disculpas y les pido, en mi caso, me perdonen si aún no lo han hecho. Al menos, creo que tú, Maryorirma, lo hiciste con sinceridad en aquel Taller de formación cristiana en el que te acompañé para complacerte y demostrarte, como lo he hecho tantas veces, que te amo. Te amé desde el día en que llegaste radiante, aquel 28/03/1982, en el Hospital Chiquinquirá, en Maracaibo. Perdóname si no lo hice antes. Estaba confundido y no sabía ni qué pensar. Desde que llegaste y te tuve entre mis brazos todo cambió. Luego, he andado detrás de ti todos estos años. Tú lo sabes. Incluso cuando estudiabas Ciencias Jurídicas en Mérida, siendo yo Presidente de CORPOANDES.

YO FUI UN NIÑO Y UN JOVEN "ABANDONADO"

Yo también fui, en parte, un niño "abandonado" por mis padres. Viví, buena parte de mi infancia, con mis abuelas Rita Elena (Mamaita) y María Sansón (Mamacita) y, en parte, con mi tía Ligia de Guerra. Conviví, en mi juventud, con muchas madres adoptivas (Berta de González, Nancy de Negrón y Margarita de Lugo) y, sin embargo, logré superar y curar esas heridas emocionales que fui acumulando ¿cómo? Comprendiendo y amando a mis padres. Por supuesto, es su problema y no el nuestro que ustedes dos continúen con sus reclamos y, a veces, con sus ofensas o actitudes. Yo les perdono. Y, estoy seguro, que también sus madres. Nosotros, simplemente, les amamos. Lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo incondicionalmente. Sin esperar nada a cambio. Ojalá, algún día, lo logren comprender y aprehender. Ya se están haciendo "viejos". Tienen 38 años. No son niños. Ya son adultos y con tres niños cada uno. Ya es hora. Recuerden, Corintios 13:11 "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño."

Son hombres y mujeres. Y ¡Gracias a Dios! Hombres y mujeres de bien. Y sé que son buenos padres. No cometieron mis fallas y errores. Y si lo hicieron al comienzo han corregido: paciencia y tolerancia. Sobre todo mucho amor. El que cura todas las heridas.

EL ABORTO FUE UNA OPCIÓN QUE DESCARTAMOS

Confieso, con pesar, que en esos días aciagos me debatí con sus madres entre traerlos al mundo o causarles la muerte, es decir: abortarlos. Muchos países y religiones se oponen al aborto. Nosotros lo hicimos en la práctica. Nos decidimos por traerlos a la vida. Si no fuera así, hoy no estarían con nosotr@s.

Isabel y Dilcia son dos mujeres valientes y luchadoras que me ofrendaron y disfruté con amor, no sólo sus juveniles y hermosos cuerpos sino, con sinceridad, sus mejores sentimientos de juventud y sé que lo hicieron por y con amor. Yo también las amaba. A mi modo. Lamenté mucho no poder corresponderles como hubiera querido. Ellas se lo merecían. Quien no las merecía era yo. Ellas son dos mujeres buenas y trabajadoras que se dedicaron a ustedes. Yo andaba, en esa época, en una onda de libertad que convertí, tal vez, en "libertinaje". No había tenido tiempo para vivir, como es debido, mi juventud. Me la pasaba trabajando y estudiando. Fui profesor desde los 16 años y estudiaba sin descanso, en mi aspiración de ser siempre el mejor estudiante. Apenas a mis 30-31 años comencé a vivir mi verdadera juventud. Muy tarde ya. No voy a entrar en más detalles ahora: vivimos una experiencia humana de juventud y punto.

Ellas, sus madres, estoy persuadido, han entregado lo mejor de sí para verlos crecer como hombres y mujeres de bien. Y sé que ustedes dos se lo agradecen. Aunque, a veces, nos recriminen lo que es responsabilidad de ustedes dos y no de nosotros ¿O acaso no han dejado de ser niños como nos recuerda Corintios 13:11? Por mi parte ofrezco, una vez más, mis disculpas, por mis fallas y desaciertos: Soy imperfecto. Ahora, lo hago públicamente.

UNA DE MIS DEBILIDADES: ¡CONFIAR!

He confiado siempre en la otredad. Y la confianza nos regaló una sorpresa. También les sucedió a mis padres. Sesenta años después descubrí en unas sesiones de "Constelaciones Familiares" que yo vine al mundo inesperadamente, por sorpresa. Era falso que era sietemesino. Nací a los nueve meses reglamentarios, a través de dos seres de luz a quienes amo profundamente: Irma Nazaria y Hugo Antonio. A quienes no les recriminé nunca nada y menos ahora. Por el contrario, los llamaba el día de mi cumpleaños para agradecerles que me hubieran permitido venir a la vida.

NUNCA HE DESEADO HACERLE DAÑO A NADIE

Y menos a quienes serían luego mis dos hermosos hijos. Tampoco a sus madres a quienes a pesar de todo lo que ha pasado las sigo amando. Decirlo y demostrarlo me ha traído muchos problemas. Los he asumido. En aquel Taller en la Iglesia Evangélica, en Barquisimeto, que ustedes frecuentan y en las que les acompañé, tu madre, Dilcia Querales, se me acercó como apenada y en voz baja me dijo: "Hugo perdóname" Y para mí fue suficiente. Le respondí con un abrazo fraternal y le expresé: "yo también te pido perdón, mi querida Dilcia".

Sabes bien que muchas veces los visité en Barquisimeto, sólo o con mis parejas, para expresarles con mí presencia que el amor es la fuerza que une a la gente. Que perdonaran mis errores y que estaba dispuesto a enmendarlos, aunque fuera parcialmente. Hace unos años ella me pidió que no la visitara ni llamara más porque quería consolidar su unión con su esposo Luis, a quien aprecio y me llevaba muy bien. Así lo hice. Respetando su libertad y su exigencia. He aprendido a volar por encima de las miserias humanas, los apegos y el sentido de pertenencia. Nada nos pertenece. No nos pertenecemos ni a nosotr@s mism@s. Somos uno con Dios. Porque somos parte de una energía universal. Somos fractales de Dios.

HOY PUEDO MOSTRARME, SIN PENA, COMO SOY

Hoy, vivo un momento estelar en mi vida. Soy capaz de desnudarme y decir mis verdades sin tener temor al qué dirán. He descubierto que: ¡¡¡Soy el que soy!!! Con mis virtudes y defectos. Ojalá, algún día, se percaten de sus propios errores y con humildad los reconozcan y aprendan a perdonar, desde lo más profundo de su ser, para que sean más productivos y felices. Creo que tú has avanzado en ese necesario proceso y te felicito.

NACISTE EN UN MOMENTO DIFÍCIL PARA MÍ

1982, querid@s hij@s, fue uno de los más difíciles años de mi vida. Estuve a punto de suicidarme y no tuve el valor para hacerlo. Viví variedad de angustias. Lloré como nunca lo he hecho. Vivía deprimido y no le encontraba sentido a la vida. Vivía solo en el apartamento de El Milagro en "Los Faroles" y obligado, por la situación económica, lo alquilé y me fui a cuidar la casa de un generoso amigo (Víctor Carreño). Hasta mis amigos más cercanos desaparecieron. Si no es por mis padres y por Arelis Alemán, quien apareció por "casualidad" en mi vida cuando hacía un viaje por el oriente del país sin saber que ustedes dos venían en camino. Si no es por su apoyo, emocional y físico, hubiera sucumbido moralmente. Es una historia que algún día contaré. Nunca he dejado de agradecerles, a quienes me apoyaron, sus gestos de amor y solidaridad de aquellos días. Fueron momentos muy difíciles para mí, que suelo asumir en silencio, sin compartir con nadie, mis sufrimientos. Solía ser muy reservado y sólo ahora, hasta públicamente, lo comento con total tranquilidad. En esos días, me embargaban sentimientos muy encontrados de rabia, dolor, culpa, alegría, felicidad…No sé cómo pude superarlos sin guardar rencor, rabia o melancolía en mi alma en contra de nadie. Hoy recuerdo esos días, como parte de mi aprendizaje para crecer como ser humano y como ser espiritual. Hoy, no siento dolor sino alegría. No quiero olvidar el pasado porque forma parte de mí historia de vida y porque lo he perdonado. No creo mucho en eso de vivir sólo el AQUÍ Y AHORA, sin recordar y aprender del pasado y sin ver con esperanza y también con objetividad el futuro. Otra cosa es aferrarse al tiempo de manera enfermiza. La historia universal y de Venezuela, nos permite comprender el presente de la humanidad y de nuestro país y, además nos permite prepararnos con entereza para afrontar con optimismo el porvenir. Estoy orgulloso de mi pasado. Así como estoy orgulloso y feliz con las parejas que me han tocado y l@s hij@s que he tenido. Lo digo con honestidad.

FINALMENTE:

Hoy día de tu cumpleaños, querida hija, vuelvo a refrescar el final de aquel artículo que te escribí aquel 28/03/2002, publicado en el diario "Fronteras" en Mérida, el 31/03/2002 y el cual apareció luego publicado en las páginas 170-172, del libro "Andinidad" en el 2003:

"…hija, donde quiera que te encuentres hoy, donde quiera que tus ojos iluminados y el soplo de tu aliento apague las velas de tu cumpleaños, recibe esta ofrenda de Amor desde lo más profundo del azul de mi corazón, que hoy palpita acelerado y sediento por la esperanza de tu presencia. Ese, mi corazón atribulado, desea pronunciar, como nunca, el verbo fecundo y anhelante de nuestro encuentro"

EL COVID-19 IMPIDIÓ REENCONTRARNOS HOY

Lamento que la pandemia del coronavirus, Covid-19 y las restricciones de movilización, te hayan impedido venir a la "Casa de América Latina y del Caribe" para que pasáramos juntos este día y celebráramos como lo habías deseado tu 38 cumpleaños. Gracias por haberme comunicado tu deseo. No es el tiempo. Tú que eres cristiana y casada con un pastor de la Iglesia Evangélica lo sabes y hoy te lo repito como regalo de cumpleaños:

LA PREMINENCIA DEL AMOR

"Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."

Corintios 13.

Dios te bendiga amada hija

¡Feliz Cumpleaños!



 

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