El coronavirus en Barcelona: ha traído una filósofa al mundo
Por: Esteban Rojas
Domingo, 29/03/2020 12:47 PM
Por lo que ella, una colombiana con tacones muy altos temblando de una nueva sapiencia a ultranza: goleará a España de intrigas y de un sustancioso aprendizaje de vida nueva que Barcelona desconocida y asustada con su pánico de tristeza, espera que le pase su balón verbal a los peldaños de la Historia que, José Ortega y Gasset, como su admirador lejano la observará con cierta envidia si algún día llegara a descubrir quién, el huevo o la gallina fue primero y, ese balón de las frases que vuelan de grandeza, Piqué no podrá patear como el afamado que trabaja con los pies no por el bien de los incapacitados que no forman parte de su público futbolístico que rabia de emoción sin poder cantar gol y, él con cierta pesadumbre por nuestro destino, nos ha lanzado una lapidaria frase: "Es una situación muy, muy difícil, pero la sacaremos entre todos". Bien dicho, mejor no pudo ser que, el balón del coronavirus le ha dado por correr por tantos países y, no ha podido ser atajado por los porteros que juegan por salvar vidas a como sea. ¿Y, qué es lo importante para Piqué, que parece no filosofar como Shakira que solamente ve de reojos? Posiblemente cada uno jugará su mejor partido: ella bailando con la cadencia de su ánimo y estudiando filosofía y, él tratando de aupar a su público que lo anime sin meter ninguna patada que le dé fama.
Quién no va a desearle por más obtuso y avaro de sentimientos que sea: a Shakira que coteje y guíe sus primeros pasos por el bien de los colombianos que están muy mal desanimados de ese mal gobierno, corrompido y sumiso que tienen arrimado a Trump con muchas muertes antes del coronavirus y, la droga sin paranza que sale al mundo a sembrar vilezas contradictorias con muchos pobres sin tierra, ni valor de integridad ni honor ni confianza: ladrando como seres olvidados, a que le siembre la paz y la armonía a la gran mayoría y que sean de nuevo los hermanos que una vez fueron de los venezolanos sin ser cómplices de nadie que, como ellos también salieron al mundo a probar suerte y, ojala se enfoque en darles más dignidad de entereza que despierte de su mal convivir que se los traga vivos.
Se espera que los filósofos del mundo no se sientan ofendidos porque Shakira descubra en estos días de pandemia viral que, entre más aprendamos a comportarnos más felices seremos. Sin importar que Sócrates, Aristóteles y Platón la vean con cierta preocupación por descuidar sus millonarios conciertos musicales y meterse en ese mundo oculto, en donde la especulación no cabe ni el mal gusto tiene sentido y, además, que bueno sería que nuestro mundo deje de caminar de cabeza y entre en el volumen voluntario de más ricos que pobres y, en lenguaje de oportunidades nos traiga como un imán de sabiduría buenos deseos que, hay tanto por hacer que estudiar no mata los buenos deseos del ser dentro del no ser del yoísmo.
Que así como Piqué en el campo de juego: pasa el balón que al darse cuenta que su compañera Shakira entraba en el campo del conocimiento oculto, no dejen de pasarse el balón de tantos goles por el bien de la humanidad: sin que se mueran a mengua como parece ser que en España se les fue la luz de la cordura que como país del viejo Continente no dejen de patalear con ganas por ellos mismos que, si Venezuela es pobre, ellos como que son pobrísimos.
Nadie lo podrá creer si quiere, pero Shakira nos embestirá con mucha fuerza algún día que en vez de cantar: ¡gol de Piqué! Podamos gritar sin traspiés: ¡Shakira filosofa!