El Instituto Nacional de Higiene "Rafael Rangel": la punta de lanza contra la pandemia en Venezuela

Viernes, 17/04/2020 07:51 AM

En Venezuela, ocurrió la epidemia de la Gripe Española en 1918, ya veníamos de sufrir de la epidemia de viruela en 1898 y de Peste Bubónica en 1908 e igual que el resto del mundo sufrimos las consecuencias de estas enfermedades afectando a miles de venezolanos. El país tenía grandes desventajas desde el punto de vista de la cantidad de profesionales y centros de estudio que atendieran los grandes desafíos, sumado a la debilidad del sistema de salud pública del Estado.

Algunos acontecimientos están asociados al fortalecimiento de la medicina y la salubridad pública en Venezuela, que contribuyeron más adelante para atender las emergencias sanitarias como son la creación del Hospital Vargas de Caracas y el envío de jóvenes por el Gobierno para su formación en Europa, entre ellos Luis Razetti, José Gregorio Hernández, Pablo Acosta Ortiz, Elías Rodríguez, Elías Toro, Santos Aníbal Dominici, Emilio Conde Flores entre otros, quienes transformaron la enseñanza de la medicina y la atención médica e incorporaron los principios y estrategias como responsabilidad del Estado para la atención de la salud pública en el país.

Las enfermedades desafiaron tanto la respuesta del Estado como de los profesionales, que llegados de Europa a finales del siglo XIX y principios del XX, pusieron a prueba sus conocimientos y capacidades.

Es el caso de Luis Razetti (1862-1932), formado en Francia y cuando regresó al país no descansó para promover lo que se ha llamado el renacimiento de la medicina venezolana. Entre otras iniciativas, participó en la fundación de la Sociedad de Médicos y Cirujanos de Caracas, el establecimiento de la enseñanza clínica en la Universidad Central de Venezuela, el establecimiento de los concursos del internado y externado de los hospitales, la reforma de las cátedras de Anatomía y de Medicina Operatoria, la fundación del Colegio de Médicos de Venezuela y la fundación de la Academia Nacional de Medicina. En 1918, durante la "Fiebre Española", fue designado Director Técnico de la Junta de Socorro del Distrito Federal para el desarrollo de la campaña sanitaria contra la gripe, frente a la cual expresó oportunas declaraciones sanitarias y recomendaciones para evitar el recrudecimiento de la gripe. Los lineamientos acordados estaban referidos a: tratamiento clásico de la gripe tal como se hacía en otras partes del mundo, instalación de juntas subalternas parroquiales, distribución de víveres y utensilios, organización de servicios especiales de enterramiento (del 28 de octubre al 24 de noviembre, los cadáveres trasladados ascendieron a 1665), instalación de hospitales de aislamiento, creación de un servicio especial de cocinas para las clases sociales más necesitadas.

Posteriormente, el trabajo conjunto entre el gobierno, los médicos y otras profesiones, estuvo dirigido a implementar la política de prevención por lo que se ejecutaron medidas de saneamiento ambiental y de higiene pública como la limpieza de las calles, limpieza de los mercados, vigilancia de las condiciones de higiene de los mataderos, examen sanitario de los animales, eliminación de aguas putrefactas, inspección e higiene de los alimentos, publicación regular de boletines epidemiológicos, planes de vacunación, certificación sanitaria a los expendedores de carne, leche y legumbres y demás medidas para evitar la transmisión de enfermedades e impulso de la ingeniería sanitaria mediante la construcción de acueductos y redes de cloacas. Luis Razetti propuso llevar a los hogares la mayor cantidad posible de alimentos para ayudar a "los trabajadores, artesanos y peones (...) porque han vivido al día".

Luis Razetti se convirtió en referencia esencial de la medicina en el país a propósito del debate científico que se suscitó debido a la incertidumbre que generó la epidemia a propósito de los tratamientos a utilizar; sin embargo terminó imponiéndose la racionalidad científica, el interés por conocer, comprender e investigar tal enfermedad y Razetti como voz autorizada de la Academia de Medicina y del Gobierno guio las acciones hasta concluida la emergencia a principios del año1919, en coherencia además con sus planteamientos de siempre sobre la higiene pública y la necesidad de hacer de la medicina una ciencia de interés social al servicio del común para el engrandecimiento de la nación.

El 17 de Octubre de 1938, el Presidente de la República Eleazar López Contreras crea el Instituto Nacional de Higiene con las siguientes funciones, entre otras: investigaciones de enfermedades endémicas, epidémicas, epizootias y todas aquellas que puedan existir en el país, así como los métodos para combatirlas; estudio de los problemas de nutrición, análisis de las aguas y sustancias alimenticias, preparación técnica del personal de los diferentes servicios del Ministerio de Sanidad, elaboración de productos biológicos y químicos de uso humano y veterinario( toxoides, vacunas, tuberculina, entre otros). Es decir, le asignó tareas estratégicas como son la investigación, la producción de biológicos y la formación del talento humano especializado.

Inicialmente, se constituye un núcleo de investigación formado por los Dres. Martín Israel Mayer, Félix Pifano, Allan Scott, Antonio L. Briceño Rossi y Pablo Anduze para estudiar enfermedades tropicales y diseñar algunas disciplinas como protozoología médica, helmintología, dermatología y micología y entomología. El Instituto adquirió forma y funciones de Escuela de Salud Pública y los investigadores que se incorporan posteriormente dan muestra de capacidad, dedicación y excelente desempeño científico dentro de la Institución.

El Instituto Nacional de Higiene adquiere el nombre de "Rafael Rangel" (INHRR, Decreto Nº 2.104 del 29 de marzo de 1977, publicado en Gaceta Oficial Nº 31.211) para exaltar la obra del sabio de Betijoque a los 100 años de su nacimiento. El mismo hombre quien diagnosticó la enfermedad bubónica de 1908 en el país, el mismo "hábil e inteligente joven Doctor" pionero de la investigación científica aplicada a la solución de los problemas sociales del país.

El INHRR es una ESCUELA y como tal tiene sus MAESTROS y no está en pausa, está más activa que nunca al frente de la pandemia del COVD19 en Venezuela. El Instituto Nacional de Higiene, como señalan algunos autores, es gente de ayer y hoy, es gente de ciencia al servicio de la salud de los venezolanos, que merece todo el apoyo para seguir fortaleciéndose y avanzando hacia la compleja incertidumbre sanitaria. El INHRR contó entre sus integrantes a hombres de la talla moral y profesional como el Dr. Jacinto Convit, quien fue ejemplo de perseverancia y constancia al punto que su último estudio lo publicó en 2013 a la edad de 100 años y afirmó que "No me quita el sueño ganar el Premio Nobel, pero si hallar la cura para el cáncer".

El INHRR es un ejemplo para muchas instituciones del Estado venezolano, que a pesar de sus limitaciones, ha dado la cara para enfrentar los problemas sanitarios actuales. En el INHRR la ciencia, en todas sus expresiones, y el conocimiento organizado en esta Escuela del pensamiento y del saber, nunca estuvieron ni están en cuarentena y mucho menos cerradas. Hoy más que nunca intensifica su labor para dar respuesta a los grandes problemas de la sociedad. Venezolana.

Estamos nuevamente en otro momento histórico, calificado de catástrofe sanitaria como es la pandemia por el coronavirus y se pone nuevamente a prueba la relación Estado-contingencia-respuesta. La historia nos demuestra que solo con instituciones sanitarias fuertes, un Estado predominantemente humanista y una población educada, disciplinada y organizada podemos salir victoriosos de esta nueva batalla mundial y desde ya diseñar los planes que implementaremos luego para disminuir las posibilidades de la recurrencia y aparición de nuevos virus que no vendrán con corona sino con todo el cortejo si el hombre no cesa en su afán de autodestrucción.


 

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