Al parecer, no basta con la desgracia a la cual somete el virus Covid-19 a toda la población mundial.
Los perversos defensores del libre mercado, del capitalismo y de los poderes del imperialismo, a diario encubren la realidad infame con la cual estos factores se manifiestan, determinando las vilezas de la aplicación de las doctrinas del capital, y superponiendo a las necesidades humanas, la preponderancia de la "mano invisible" del mercado.
Escuchamos y vemos con tristeza las pugnas de los "líderes mundiales" del capital, por exigir el reconocimiento y acción a favor de las minorías empresariales y de los intereses de las multinacionales.
Los gobernantes de las naciones controladas por el capitalismo, desdeñaron de la emergencia ante la pandemia; mantuvieron la exposición de la población hasta momentos insostenibles, solo con el afán de lucro de las élites depredadoras. Es el ejemplo del dicho popular "más pudo el interés que el amor que le tenía".
Hoy se manifiesta el crecimiento exponencial de los infectados por el Covid-19, principalmente en Europa, Norteamérica y los países satélites del imperialismo en América Latina y el Caribe. La afectación agravada por sistemas de salud privatizados o desatendidos por estos Estados (entendido que consideran la salud como un gasto y no como inversión social), pronostica una cantidad ingente de fallecimientos en el futuro inmediato.
Jugaron con fuego y se quemaron.
Así como los pueblos de estos países, deben prepararse con resignación para llorar y sepultar a sus muertos, también deben asumir y ejecutar la deposición de todos estos gobiernos títeres del imperialismo y del capital. Cabe decir, "cueste lo que cueste"; que sea suficiente el sacrificio de quienes caerán por efectos de la pandemia, pero que dicho sacrificio no amilane las fuerzas para eliminar de la faz de la tierra los rancios poderes opresores y devastadores del capitalismo y del imperialismo.
Luego de controlada la pandemia, rompamos las cadenas, que no sean sometidos los pueblos a controles artificiosos y limitaciones a los derechos humanos fundamentales, que impidan resolver el futuro necesario de extirpar el tumor de las élites imperialistas mundiales.