En estos tiempos que estamos viviendo, cuando todas las actividades humanas están siendo condicionadas por la pandemia del coronavirus, se abre una posibilidad para que, la sociedad venezolana, de manera específica, sea liberada, al menos durante algunos meses, de las amarras que impone la educación formal, en sus diferentes niveles, y se promueva, intensamente, el autoaprendizaje.
La idea que propongo es muy sencilla: los lapsos educativos que están en curso deben darse por concluidos, y esperar a que existan las condiciones adecuadas para dar inicio a un nuevo año escolar o a nuevos semestres. Todos los estudiantes, sean niños, jóvenes o adultos, y las personas en general, podrían sumergirse entonces en un proceso individual y familiar de autoaprendizaje, de experimentación de la curiosidad y de la creatividad.
Eso de pensar que los lapsos educativos que están en curso puedan ser completados de manera virtual, en línea o a distancia, es simplemente perder el tiempo. En Venezuela no están dadas las condiciones para que ello sea posible. A la angustia y zozobra que ha impuesto la amenaza del coronavirus, se unen las ya sabidas deficiencias en materia de servicio de electricidad, servicio de Internet y servicio de telefonía celular, que afectan a toda la sociedad, lo que impide la necesaria continuidad de los procesos educativos.
¿Cómo se concretaría el autoaprendizaje? Pues de manera muy sencilla. Que las personas que quieran y puedan, de manera individual o familiar, se dediquen, durante algunos meses, a aprender aquello por lo que sienten algún interés. Pueden hacer uso de recursos tecnológicos, durante las horas que estén disponibles, como el Internet y la televisión, y aprovechar de leer, escuchar o ver materiales que les llame la atención. También puede ser algo tan sencillo como aprender a hacer pan, mejorar la manera de leer, escribir y hablar, o la manera de comunicarse. En fin, hay tantas cosas que las personas pueden aprender de manera libre, si se lo proponen, lejos de la rigidez de la educación formal. Además, eso no va a ser tampoco ---se espera que sea así--- por mucho tiempo. Es una oportunidad que la sociedad toda debe aprovechar, porque no se sabe, a ciencia cierta, hacia dónde vamos, ni qué nos depara el mañana. El mundo post-coronavirus aún no se visualiza bien.