Quevedo y coronavirus

Domingo, 26/04/2020 06:32 AM

Don Francisco de Quevedo y Villegas, en sus Obras Jocosas, dejáranos esta monumental contradictoria creación borrosa límite de las gracias y de las desgracias del Ojo del Culo, en que el fabuloso introito es mas gracioso que el título mismo, cuando estampa derramada tinta: "Gracias y desgracias del Ojo del Culo, dirigidas a doñ Juana Mucha, Montón de Carne, mujer gorda por arrobas, escribíolas Juan Lamas, el del camisón cagado." El cuento viene por la excentricidades del monarca Claudio Cesar, que llamárale atenta atención a nuestro poeta, el de las lentes culo’e botella, y de su nombre bien, los quevedos gafas antiparras. Y, digo que Claudio Cesar, el emperador romano, que gobernó desde el 24 de enero del año 41, hasta su muerte en el año 54. El primer emperador romano nacido fuera de la península itálica, y, sigue Don Francisco: "Claudio Cesar, promulgó un edicto mandando a todos, pena de la vida, que (aunque estuviesen comiendo con él) no detuvieran el pedo, conociendo lo importante que era para la salud. Otros dijeron que lo había hecho por particular respeto que se debe al señor ojo del culo."

Si bien es verdad, lo del emperador Claudio Cesar, lo del decreto bando de echarse un peo, y, mas y más en su presencia comilona, que soltaran la retreta retrete de borrascosos peos, los que pujaran pudiéranse por repujado fundillo, del flatulento fluctuante saludable significativo, de aquellos tiempos imperativos idos, lo que eran recomendable, y, también es verdad, que a buen seguro, que al excéntrico rey, no pasárale por su mente, jamás de los jamases, una pandemia del tipo coronavirus, y, que uno nunca sabe, como dice El Principito, hubiera hecho la misma varilla que Pato Donald Comiquita Trump, de relajar la retreta de peos, y, desobedecer al OMS, y, la cuarentena al carajo de un solo y sólo peo, y, ¡no jiede carijo! como dice el maestro de Mango Redondo de San Carlos, Anastasio Hernández, y, ¡no joda carajo! como dice Julio Mantequilla el hijo de Rosa María en la calle Alegría de la capital de Cojedes.

Si bien es cierto que en los momentos de Claudio Cesar, no había necesidad de tapa boca horizontal a ojos vistas de la cara ni tapaboca vertical a ojos ocultos del ojo del culo, el uno por la horizontalidad de los labios de la jeta, y, el otro por la verticalidad de los labios de las nalgas, lo que, a lo cojedeño, llámase la zanja rajá del rabo. No es menos cierto que, el tapaboca de la jeta y el tapaboca del culo, son casos límite contradictorios borrosos, que ha de ser, algo asina asín así, que como cuando repetitivo uno escuchaba decir, qué tienen que ver las pestañas con el culo. Bueno pues, en los tiempos de la pandemia del coronavirus, preséntanse ambos tapabocas, y, que sí tienen que engastarse, ya que en todo sistema hay entradas y salidas, pues el coronavirus preséntase en las liberadas heces de pacientes infectados, en que pudiera esparcirse, similaricadente, al través de los peos del emperador Claudio Cesar, si hubiera habido la guerra biológica, de aquellos polvos estos peos, en reprimida comilona decretada sonoridad de borrascosos pedos. Y, la razón, déjase ver sorpresivamente con lo dicho en la página web, https://www.pulzo.com/mundo/flatulencias-transmitirian-coronavirus-medicos-PP885028: "¿Pueden las flatulencias transmitir el coronavirus? Médicos australianos dicen que sí. "Creo que otra forma de atender las recomendaciones de distanciamiento social es no echarse gases cerca de otras personas", asegura el doctor Norman Swan. El médico dijo en un programa online en vivo, citado por el New York Post, que en una flatulencia salen partículas de materia fecal y que, si una persona está infectada con COVID-19, existe la posibilidad de contagiar a otra. Eso sí, el galeno explica que estos efectos contagiosos se disminuyen casi al mínimo con el uso de ropa interior y pantalones, vestidos, pantalonetas, ‘shorts’ o faldas y enfatiza, medio en broma, en que no se deben expulsar flatulencias delante de otra gente si está desnudo. "Por fortuna, los médicos usamos mascarillas para atender a los pacientes que se echen gases", bromea el galeno, según el medio. Y en un tono más serio, Swan dijo que los estudios avalan la teoría de que, por ejemplo, cuando se descarga el inodoro, quedan flotando partículas de heces en el ambiente, que a veces han sido causantes de contagiar a otros de diferentes enfermedades, y el coronavirus no sería una excepción. Otro médico citado por el ‘Post’, el doctor Andy Tagg, que atiende una unidad de urgencias en Australia, dio un tajante "sí" a esa posibilidad, al tiempo que explicó que las flatulencias se comportan como cualquier aerosol, ya que los científicos han comprobado que el coronavirus está presente en las heces de las personas infectadas. Por ello, este médico recomienda no tener contacto oral con materia fecal ni siquiera durante las relaciones sexuales. En cuanto a las flatulencias y su capacidad de contagiar con COVID-19, el galeno australiano lamentó no contar con más estudios a este respecto para reafirmarse en su teoría."

Con digresión y sin digresión, si bien es cierto, lo acotado por los doctores Norman Swan y el doctor Andy Tagg, sobre las flatulencias y el peo, y la práctica sexual orogenital bucogenital sexo oral, lo que implica un riesgo considerable de transmisión de VIH, tanto como de COVID19, no es menos cierto, que el preclaro filósofo cojedeño, Roque Roco Pollo Ronco, tajante expresara, que no de otra suerte, que el contradictorio borroso tocante recíproco 69 cojedeño, tiene una vigencia vaginal real y una vigencia vaginal virtual, pues, asina asín así, como los panes en el horno se besan, también los panas bésanse en el punto G tangencial. Y, que al controversial difuso complementario 69 cojedeño solidario, como llanero solitario, ejemplo y aviso de lo borroso a diario, no ha de picarlo coquito, por mas y más que vengan coronavirus, con peo y sin peo, en eterna noria notoria a lo Ludovico.

Si don Francisco de Quevedo y Villegas, en sus Obras Jocosas, dejáranos esta monumental contradictoria creación borrosa límite de las gracias del Ojo del Culo y de las desgracias del Ojo del Culo. Entonces sea dicho que el emperador Claudio Cesar ha sido tan excéntrico, por lo del peo, como su par norteamericano Pato Donald Comiquita Trump. Ergo vergo sea dicho que con ambos emperadores, Claudio Peo y Comiquita Trump, cada cual en sus calendas calientes pedos, han de echárselos, por la calle de en medio, entre bienestar y malestar, en salutíferos coronavirus flatulentos nidorosos abismales. Ergo vergo sea dicho que con tapaboca desechable del ojo del culo y tapaboca no desechable de los ojos de la cara, es preferible estar seguro con baratos pañales de trapo lavable. Ergo vergo sea dicho que el controversial difuso complementario 69 cojedeño solidario, como llanero solitario, es ejemplo y aviso de la borrosa realidad diaria. Ergo vergo sea dicho que al 69, no ha de picarlo coquito de la sabana, por mas y más que vengan coronavirus, con peo y sin peo, en eterna noria notoria ludovicosilvaiana. Ergo vergo sea dicho que el contradictorio borroso tocante recíproco 69 cojedeño, tiene una vigencia vaginal real y una vigencia vaginal virtual. Ergo vergo sea dicho con Whitman: "¡Una mujer me espera! ¡El sexo todo lo contiene!"

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