Crecimos en un país desbordado de belleza natural y recursos
incuantificables que daban la sensación de nunca acabar, en medio de
la abundancia y riqueza grosera de la clase gobernante nos
acostumbramos al consumismo estimulado por la gran prensa, era típico
que las madres cuidaran a sus hijas con la esperanza de casarlas con
un trabajador petrolero, por otro lado animaban a los hijos para que
estos se casaran con una enfermera o maestra por aquello de que "eran
una beca".
Recuerdo que muchos se dedicaron a estudiar medicina porque era parte
del camino para cambiar de status cuo y salir de abajo, también
recuerdo el contraste de la abundancia en los anaqueles con productos
que ni los mismos productores podían comprar, un albañil no ganaba
suficiente para construir su casa y así fue como los gobiernos de la
derecha convirtieron su política del estado de bienestar en una dadiva
acostumbrando a una buena parte de nuestra población a vivir de la
mendicidad política de un estado paternalista.
Pero cuando el estado de bienestar de la derecha se agotó y comenzaron
a realizar las gestiones para meter una sobredosis de neoliberalismo
como única vía, según ellos, para salvar al país de la banca rota. La
preferencia de algunas madres por un trabajador petrolero para sus
hijas fue cambiada por su anhelo de ver a su hija casada con un
atracador de bancos, los médicos, enfermeras, maestras y pensionados
tomaron las calles hasta que se dio la primera gran batalla contra el
neoliberalismo y el pensamiento único en la tierra de Bolívar y Chávez
aquel memorable mes de febrero de 1989.
De niños muchos soñamos con trabajar algún día en la industria
petrolera y la realidad que no sabíamos era que había un filtro
excluyente que impedía el ingreso de trabajadores por razones
políticas.
Así llegamos al proceso revolucionario liderado por Chávez, luego de
mil batallas, de rebeliones populares y rebeliones militares que
fueron el desencadenante histórico para lograr la unidad en torno a un
líder que logro encarnar las aspiraciones históricamente insatisfechas
de nuestro pueblo.
Era lógico que la clase gobernante y sus dueños, los dueños de las
empresas transnacionales que nos escamotearon nuestras fuentes de
energía y materia prima durante años, hicieran lo difícil y lo
imposible por evitar que, como decía Antonio Gramci que: "aquello que
tenía que morir terminara de morir y aquello que comenzaba a nacer
terminara de nacer".
Esa oposición internacional con sus secuaces nacionales han intentado
todos los manuales de conspiración para torcer el rumbo trazado por
nuestro líder histórico Hugo Chávez y apoyado por la mayoría del
pueblo de Venezuela, incluso, mas allá de nuestras fronteras se
convirtió en fuente de energía y de inspiración para los pueblos
oprimidos del planeta.
Golpes de estado, guarimbas, paro petrolero, intentos de magnicidio,
bloqueo económico y demás medidas coercitivas e injerencistas del
gobierno norteamericano, el régimen sionista de Israel en complicidad
de gobiernos lacayos, organismos que carecen de legitimidad y
legalidad internacional como la OEA y la ONU y los carteles del Estado
narcoterrorista colombiano.
Las hostilidades derivadas del intento desesperado por tomar el
control del gobierno para retornar a la época en la que nos
escamotearon el presente y futuro generan la resistencia popular ya
que su impacto criminal afecta nuestra cotidianidad, nuestros afectos,
el bolsillo, el estómago, la paz y seguridad de nuestro pueblo
provocando en medio del conflicto un dilema irracional por la
existencia de opiniones encontradas de apoyo y rechazo al gobierno
como consecuencia del trabajo propagandístico y de guerra psicológica
a la que ha sido sometido nuestro pueblo hasta el punto de que
actualmente existe gente que anhela volver al pasado y otros adoran a
sus verdugos, pero lo más irónico es ver personajes "en otrora"
perseguidos, caminar de la mano de sus antiguos perseguidores, quienes
hoy son "los mejores de sus mejores amigos".
El empobrecimiento de nuestra moneda y la dolarización ilegal de
nuestra economía conspira con el remarcaje de precios de bienes y
servicios que convierten el costo de la vida en Venezuela en el más
alto del planeta y esto fue caldo de cultivo para que se diera el
segundo éxodo masivo de compatriotas hacia otros países, es importante
recordar que el primer éxodo masivo se dio cuando el gobierno otorgo
dólares de viajeros a través de CADIVI, en ese periodo de tiempo los
venezolanos eran recibidos, amados y adorados por comerciantes,
hoteleras, restaurantes y casa de cambio que hicieron negocios con el
desangramiento de nuestras reservas en divisa pero hubo un segundo
éxodo previamente criminalizado por Julio Borges, quien dijo que: "los
venezolanos que están migrando son una plaga, una amenaza para la paz
y seguridad del continente", seguidamente la gran prensa y gobiernos
de derecha comenzaron a tratar con desprecio a nuestros hermanos
venezolanos y esta campaña contra nuestro gentilicio trajo como
consecuencia el surgimiento de la xenofobia.
Los primeros en migrar fueron los que rasparon cupos CADIVI y a la
mayoría les fue bien, están instalados viviendo de las migajas que la
derecha internacional les otorga para justificar el status de
refugiado pero la segunda ola de migración estimulada por la primera a
quienes ofrecieron villas y castillos, les hablaron del sueño
americano, del sueño colombiano, del sueño peruano, del sueño
brasileño, del sueño de la argentina de Macri o del sueño del México
de Peña Nieto pero fueron convocados a vivir la peor calamidad de sus
vidas porque allá tuvieron que hacer cosas que aquí en su sano juicio
nunca serían capaces de hacer.
Criminalizados, perseguidos, ahogados en deudas por el pago de
residencia, alimentos y servicios, todo agravado desde el surgimiento
de la pandemia del coronavirus y las medidas de emergencia adoptadas
por todos los gobiernos del planeta, la cuarentena cerro todas las
fuentes de suministro e ingresos de nuestros hermanos en el exterior
hasta el punto que muchos se lamentan de estar fuera de "esta tierra,
donde están los metros de tierra que a nosotros nos toca del planeta"
y anhelan volver pero más nunca será igual salir o volver al país
después de la cuarentena.
Primero porque al concluir la cuarentena en países vecinos comenzara
el retorno masivo de compatriotas ya que no cuentan con recursos para
sostener la satisfacción de sus necesidades básicas, esto lógicamente
y por influencia mediática genera un estado de alarma porque con el
retorno de la gente pueden venir potenciales portadores del virus y
quienes salen con destino a otros países correrán con la misma suerte,
la duda de los organismos sanitarios los obligara a crear espacios
para descartar mediante pruebas médicas que ningún viajero ponga en
riesgo la salud de los demás ciudadanos y esto se desarrollara en el
contexto de la peor recesión económica en la historia del pensamiento
de la raza humana, así que no existe otra alternativa que pensar en
colectivo Que Hacer. Para nosotros los venezolanos al concluir la
cuarentena apenas comienza la verdadera emergencia porque tenemos que
recibir a nuestros hermanos tomando todas las medidas preventivas para
evitar la propagación del virus y esto no debe ser causal para que se
generen temores colectivos porque uno de los gobiernos que ha actuado
con responsabilidad a pesar del bloqueo, la caída de los precios del
petróleo y todas las conspiraciones en su contra es el gobierno del
compañero Presidente Nicolás Maduro.
Quienes regresan sean bienvenidos a la tierra que los vio nacer y
quienes se van ojala que les vaya bonito porque cada quien es amo y
señor de sus aciertos y errores.
Para concluir por el momento quiero expresar mi agradecimiento a todas
las personas por sus comentarios al privado y correo electrónico
porque aunque no soy dueño de la verdad sino buscador de ella, me
ayudan día a día a profundizar más en la formulación y expresión del
pensamiento crítico.
La migración vista desde la perspectiva de los venezolanos
Por: Edwin Martinez Espinoza
Domingo, 03/05/2020 07:27 AM