Crítica ácida

Hambre en Venezuela desde la prepandemia

Domingo, 03/05/2020 08:02 AM

Cuan fácil es opinar acerca de carencia de alimentos en Venezuela, y culpar a Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Que mantequilla diría popularmente cualquier venezolano o venezolana, se manipula a los desavisados y vidiotizados que a la ligera son esclavos de campañas contrarrevolucionarias dentro y fuera del territorio nacional, aderezadas con videos y fotos que provienen de lugares en el extranjero, ataques de fakes news, sin aclaratoria posterior, salvo excepciones ínfimas en grandes medios de Nueva York, Washington, Madrid y Atlanta.

No escribo con fanatismo de socialista viejo o viejo socialista, sino que por 50 años no tuve militancia política partidista, hasta comprometerme con el gran líder Hugo Chávez por la necesidad de dar apoyo a la idea de un partido socialista unido, como medio de defensa sólida a las ideas bolivarianas antiimperialistas. Las lecturas de política internacional me definieron de manera diáfana desde bachillerato, viendo la falsedad de la mal llamada "democracia representativa".

Viví cuatro décadas blanquiverdes sin autodeterminacion de mi patria, ausente la soberanía, por ello insisto en este tema prácticamente en todos los articulos de opinión aún a riesgo de parecer monótono. Incluyo la autocrítica, he observado el comportamiento nefasto de medios que durante la era adeísta copeyana, falsearon el desempeño de la democracia venezolana, en forma similar a la que hoy viven países de la región, plegados a los gobiernos con sede en Washington.

Si los analistas de verdad, no los de ocasión y oportunidad, piensan que el habitual lector es tan pero tan pe ene pen de guayaba, es decir un peeerplejo como lo fue antes de 1999, están más "pelados que rodilla de chivo". Unos meten cizaña entre compatriotas peeseuvistas, y otros porque les es más simple criticar que explicarle el por qué Venezuela sufre bestiales ataques en 21 años de socialismo bolivariano antiimperialista.

Se dicen y consideran algunos unos "sesudos" que se oponen al aumento anual de salario por decreto oficial, no les gusta que el dinero del Estado el cual (antes trampeaban gobiernos adecos y copeyanos), llegue al colectivo mediante bonos bancarios, ayuda alimenticia, becas, atención médica, educación gratuita, créditos y viviendas a los más desasistidos, sacan cuentas capitalistas en base al precio diario del dólar, sin admitir que el "paralelo" lo han creado opositores, con el objeto de quebrar el socialismo siglo XXI venezolano, aumentándolo todo e igual que los gatos, guardando la m…, la mezcolanza de detritus, debajo de la alfombra disimulócrata.

Panaderías, carnicerías, charcuterías, ventas de víveres en general, supermercados, expendios de todo tipo de comida necesaria para la existencia diaria, hacen la vida imposible al consumidor. En honor a la verdad, no es que sean "santos", pero los más pequeños son los menos culpables, los elevados costos vienen ordenados desde las grandes industrias, empresarios y politiqueros, incluyendo "revolucionarios" de la permisología, junto a opositores que forman alharaca por todos los medios, sin perder ganancias ilegales y recibir coimas, comisiones o mordidas, como guste llamarlas.

No tengo dudas que gracias a la aparición universal del Covid 19, al momento de las definiciones y en particular para el gobierno socialista venezolano al que la ONU le solicita permiso a fin de estudiar su exitoso modelo de enfrentar la pandemia global, corresponde por última vez plasmar una estrategia auténtica de socialismo eficiente, ante la derrota del capitalismo brutal, expuesto por gobernantes disparatados sin saber qué hacer frente a los designios de la humanidad, a la que nada ni nadie detiene en su historia.

El hambre en Venezuela viene convenida desde antes de la pandemia, y no es precisamente por el modelo pendiente de cumplir con disposiciones del legado del socialismo Siglo XXI anunciado por Chávez, la falta de alimentos se debe al plan estratégico del capitalismo ladrón que la ha emprendido contra Venezuela, con el descaro más grande de la historia política, sustentado por una gran potencia contra un pequeño país, al que considera por el pensamiento independiente amenaza inusual y extraordinaria, tesis que no le cree nadie vista la realidad del fracaso gringo.

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