José Leonardo Chirino. Un esbozo de historia desde la totalidad concreta

Domingo, 10/05/2020 06:30 AM

El sentido de este trabajo es el de reconstruir la historia de un proceso social, vista y analizada desde diferentes ángulos, mientras revisamos las diversas fuentes que existen sobre ese "hecho" o proceso histórico – cultural. Consiste en la posibilidad de intentar el estudio de acontecimientos del pasado, desde diversas perspectivas, no totalmente excluyentes sino complementarias. Este problema de estudio busca reivindicar una propuesta crítica metodológica llamada totalidad concreta, que es el resultado de múltiples factores y componentes articulados entre sí, con relativa autonomía parcial, pero con absoluta interdependencia total.

De acuerdo con estas consideraciones previas, es pertinente aproximarnos al problema histórico que encierra la sublevación de José Leonardo chirino. Las fuentes históricas señalan el año de 1795 como la fecha de la insurrección de los negros de Coro, uno de los alzamientos más significativos de los que ocurrieron en la sociedad colonial, que permitió estudiar el carácter de las contradicciones de clase, el fondo económico – social "reivindicativo" y la influencia ideológica de aquel movimiento para levantar otras organizaciones sociales que intentaban zafarse del nudo gordiano de los países metropolitanos.

La clase terrateniente de Coro se valió de la mano de obra esclavizada para acumular inmensas fortunas de capitales que les sirviera para asentar las bases fundamentales de su dominio. Desde el inicio de la "inmigración forzada" africana al continente americano; éstos empiezan a vivir un drama mayor, porque son arrojados al seno de las contradicciones culturales y sociales entre la cultura europea que busca imponerse y la indígena que siempre se le resistió. Ambas culturas son contrarias a la cultura africana. Pues, el desarraigo de una identidad en otras tierras, los imposibilitaba de reconstruir sus tradiciones culturales negras a plenitud. Tuvieron que recurrir al sincretismo que simulara su proceder cultural. La crueldad y el dolor sirvieron de colchón para soportar las duras calamidades que tuvieron que transitar estas culturas milenarias ancestrales africanas.

En Venezuela, entre los años 1708 a 1780, el comercio de negros en calidad de mano de obra esclavizada, aumentó exponencialmente a tal grado que muchos barcos negreros entraban y salían de las costas venezolanas cumpliendo fielmente con el intercambio desigual que se configuró entre los países europeos y los pueblos dominados americanos, entre ellos Venezuela. A esto se une, que a mayor cantidad de tierras por cultivar y explotar; mayor la necesidad de importar mano de obra.

Desde esta perspectiva global, históricamente es posible hacer algunas aproximaciones de la cantidad de negros introducidos América como esclavizados. Se calcula más de 10 millones de africanos traídos no como turistas, sino como esclavizados. Fueron considerados una mercancía que intercambiaban por dinero o por otra mercancía, según su valor de cambio o de uso. Se convirtieron en la fuerza de trabajo del dueño de los medios de producción; y a su vez, en un sistema económico como el venezolano, donde el capital circulante era escaso; el negro esclavizado, adquirió el carácter de "bien capital" que permitió constituirse altamente, en un mecanismo de circulación de bienes durante la colonia y la construcción de la república en una primera fase.

Los negros africanos y sus descendientes, además de facilitar el intercambio comercial en la Venezuela colonial, contribuyeron a fortalecer la función económica desempeñada por la mano de obra esclavizada. Si es cierto que los indígenas constituyeron en un primer momento la fuerza de trabajo sometida a la esclavización, pero fueron las clases étnicas negras, los que aportaron el elemento humano necesario para transformar las incipientes formas de explotación esclavistas en una institución económica estable, base global de producción que predominó en el territorio venezolano desde las décadas iniciales de la invasión y conquista hasta principios del siglo XIX. Esta modalidad de explotación humana, insertó a Venezuela en el sistema – mundo del capitalismo. Las conexiones del territorio venezolano con el tráfico internacional de negros aceleraron exponencialmente la inserción de Venezuela al sistema dominante en desarrollo, a pesar de ser un intercambio desigual, esta participación le sirvió al sistema capitalista para asentar las bases fundamentales de dominio y hegemonía como sistema – mundo. A esto se suma, la expansión de la propiedad territorial agraria que facilitó la incorporación de más negros y sus equivalentes étnicos sociales , a las plantaciones, haciendas o hatos.

Ante todo, este escenario social, la lucha de los negros esclavizados en el periodo colonial es uno de los aspectos mas significativos de la historia social venezolana que debe ser revisada en mayor profundidad. De esas huellas hay mucha tela que cortar, hay elementos esenciales que se deben develar para reorientar la deformación historiográfica que niega la lucha de los negros esclavizados o lo banaliza como simples movimientos reivindicativos sociales de la historia de Venezuela. Para esclarecer este aspecto es necesario estudiar las sublevaciones y conspiraciones de las clases étnicas indígenas y negras, en función de una realidad histórica concreta. Las rebeliones que se dieron en la Venezuela colonial no se pueden estudiar como procesos aislados ni desconectados de un contexto interno y externo. Deben abordarse sus interconexiones, las relaciones abstractas y concretas.

Entre los movimientos insurgentes que hubo en la historia colonial de Venezuela, uno que tuvo alta resonancia fue el movimiento guerrillero de José Leonardo Chirino, que sirvió a las clases dominantes como un alerta de que algunos movimientos sociales subalternizados venían elevando su voz de protesta contra la explotación y el dominio de una clase social sobre otras. El zambo Chirino comandó un movimiento insurgente – guerrillero en contra de la opresión del sistema esclavista colonial. El pánico se apoderó de las clases dominantes de la época y no hubo un rincón de la región de Coro que no fuera peinado para castigar, con la muerte o la cárcel, a todo sospechoso de haber participado en la rebelión.

Todos los pobres de Coro eran sospechosos de conspiración. La oligarquía esclavista, conformada por los terratenientes Corianos, estaba desesperada por reafirmar el orden socio-económico colonial construido por el imperio español y sus congéneres. La clase terrateniente coriana temía que unos insurrectos negros se atrevieran a levantar la voz de las clases dominadas y que estas voces de emancipación se regaran como pólvora hacia otros territorios, fuera de la jurisdicción de Coro. Estos insurrectos debían ser ajusticiados con medidas ejemplarizantes para que las demás clases sociales subalternizadas vieran quien detentaba el poder en estos predios.

En este orden de ideas, la sublevación de los negros de la sierra de Coro tiene que ser estudiada no olvidando una premisa fundamental: la estructura de clase de la sociedad, cuyo desarrollo condicionó aquella protesta armada de "esclavizados y libres" que desde el mismo momento que los extranjeros pisaron tierras americanas, empezaron a luchar contra el orden hegemónico invasor, depredador, expoliador de las riquezas naturales y del trabajo humano de los indígenas, en un primer momento y negros, en un segundo momento. El símbolo de la resistencia se convirtió en una bandera de lucha durante la conquista, durante la cristianización y durante la imposición de una cultura extranjera que a lo largo de los años se convirtió en un imaginario social como propio, pero ajeno a los principios de nuestros ancestros. En otras palabras, se puede decir que la lucha armada de estos negros insurgente no nace precisamente en 1795 como un movimiento espontaneo. Sino como un acumulado histórico que revienta en 1795 y que se prolonga hasta la actualidad, cuando este pueblo continúa esa larga lucha por conseguir la emancipación y soberanía total del sistema – mundo capitalista que todavía nos ahorca en pleno siglo XXI.

Desde estas perspectivas históricas resulta importante aportar algunas consideraciones sobre el legado histórico heredado de este movimiento insurgente y descolonizador:

  1. El levantamiento de Chirino puede ser estudiado desde diversos ángulos, en análisis y síntesis capaces de ofrecer una idea articulada y global de este movimiento.

  2. La rebelión de Chirino se constituyó en un proceso histórico – concreto. Todo se relaciona en una totalidad como marco y como esencia, es decir, como "unidad de los diverso"

  3. La sublevación de José Leonardo reivindica el papel de la mujer y de los indígenas en la lucha diaria por alcanzar su emancipación.

  4. José Leonardo Chirino debe ser considerado como un precursor de la independencia venezolana y nuestra americana.

  5. La sublevación de negros corianos se instituyó en un antecedente histórico a la lucha armada de 1960.

  6. La insurrección de Chirino representa un conflicto social histórico de harta complejidad. Es la expresión de varios procesos históricos, de diversos engranajes de interrelaciones sociales que pasan por representar varios sentimientos colectivos.

  7. La sublevación de José Leonardo es el resultado de un proceso de agudización de las contradicciones de dos clases sociales que han llegado a ser inevitablemente antagónicos.

  8. Los grupos insurrectos representados por José Leonardo Chirino pregonaban la emancipación de un pueblo oprimido por las clases dominantes.

  9. José Leonardo Chirino representa la descolonización del hombre sumiso, la descolonización de un pensamiento otro, la descolonización del hombre nuevo e insurgente, la descolonización del estudio de la historia vista desde una visión de totalidad concreta, la descolonización de un gobierno colectivo

Finalmente, la insurrección, la sublevación, la rebelión guerrillera de José Leonardo Chirino representa la exaltación de los "héroes corianos negros" que rompen con esa exaltación del héroe con uniforme y medallas, es la ruptura con el discurso anecdótico, narrativo y fábula de un movimiento que cuestionó el establisment del poder constituido. No es la historia de los buenos contra los malos sino el cuestionamiento de clases. La insurrección de Chirino es la continuidad de un largo proceso de lucha de un pueblo rebelde que se inicia desde el mismo momento que la bota extranjera pisa estas tierras nuestra americana y que se prolonga en el decurso de la historia, pasando por Miranda, Bolívar y sus luchas emancipatorias, la rebeldía de Zamora de hombres y tierras libres, la constancia de Cipriano Castro y la planta insolente y la rebelión cívico militar del comandante Hugo Chávez fría cuando dijo "por ahora". Todo este acumulado histórico es muestra del estado actual de los estudios históricos de nuestro país que decidieron ser libres y soberanos con conciencia histórica del momento que vive el pueblo venezolano.

Fuentes Bibliográficas consultadas:

  1. Federico Brito Figueroa. La estructura económica en Venezuela colonial. Caracas, UCV, 1978

  2. Miguel Acosta Saignes. Vida de los esclavos negros en Venezuela. Caracas, Hespérides, 1967.

  3. Ermila troconis de Veracoechea. "El trabajo libre de los esclavos", en Boletín de la Academia nacional de la Historia, Nª 212, Caracas, ANH, 1980.

  4. Miguel Ángel Rodríguez. "Situación de los esclavos en Venezuela (siglos XVIII y XIX)". En José Leonardo Chirino y la insurrección de la serranía de Coro de 1795. Insurrección de libertad o rebelión de independencia. Mérida, editorial venezolana, 1996

 

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