Las derrotas son huérfanas y a los triunfos le sobran los padres. El llamado del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en el sentido de declinar los conflictos y establecer un alto al fuego poniendo fin a los enfrentamientos en todas partes, la derecha terrorista venezolana y sus secuaces han vuelto a acciones aventureras tratando de aprovechar esta coyuntura de la forma más cobarde y criminal. No les importó ni les importa la crisis de salud mundial que exige concentrar todos los esfuerzos en salvar vidas, no imponiendo la muerte como se ha pretendido una vez más el pasado 3 de mayo en Venezuela. La aparición de la pandemia del coronavirus ha acentuado la división del mundo, los liberales y neoliberales viendo el panorama del mundo desde el punto vista del capital y las concepciones humanistas, del trabajo y ecologistas que buscan resorber la crisis y amenaza del coronavirus, garantizando la permanencia de la especie humana. Lo lógico sería que EE.UU, Canadá, la Unión Europea y el nefasto cartel de lima, se hubieran puesto de acuerdo para atacar la pandemia, pero no es así, cada quien por su lado, no hay amigos ni aliados solo intereses, que le importa a Canadá y a los Estados Unidos el destino de: Haití y de Republica Dominicana. Para nada.
La lucha de clases es un fenómeno que se refiere al eterno conflicto entre las dos clases sociales existentes, entre los que producen y los que no producen, entre los que sin trabajar se adueñan de la producción y excluyen a los que trabajan, entre explotadores y explotados; históricamente entre amos y esclavos, patricios y plebeyos, terratenientes y campesinos, burgueses y proletarios, ricos y pobres, entre depredadores y presa, entre el 1% y el 99%. Unos luchan por la liberación y otros por la opresión. En el esclavismo los amos se apropiaron de la producción, lo tenían todo y dominaban a los esclavos o productores. En el feudalismo, la minoría que se adueñó de la tierra y la producción dominaba a la mayoría que fue expropiada, es decir, a los que no tenían nada.
En el capitalismo dominan los se han enriquecido con la tierra que es propiedad de todos y con la acumulación originaria, (saqueo de riquezas a otros pueblos) se adueñaron además de todos los medios de producción, de la materia prima, del trabajo y del trabajador o esclavo de nuevo tipo a través de la esclavitud asalariada. En la naturaleza las manadas o presas desorganizadas, nunca dominarán a sus depredadores. En el gobierno de los amos, un esclavo nunca será rey y así mismo en el gobierno de la burguesía, un obrero o proletario, jamás llegará a gobernar a los burgueses.
Si dado un caso especial, ocurriera un fenómeno de este tipo, es porque ha sido producto de una Revolución que no es otra cosa sino poner derecho lo que viene funcionando al revés, es decir, una clase social se organiza y se rebela contra los poderes opresores de la otra clase y toma el poder político o ejecutivo pero la Revolución tendrá éxito si puede controlar el Estado. Antagónicas Se refiere a los explotadores y explotados. En nuestros tiempos a la burguesía y al proletariado. Estas dos clases sociales son irreconciliables, son contrarias, no se unen. Es como el amo y el esclavo. El esclavo jamás puede amar al amo que lo maltrata, pero el amo para sobrevivir, necesita maltratar al esclavo hasta matarlo, luego en la sociedad llena de miserias y necesidades, encuentra otro esclavo (esclavo asalariado) al que succiona su energía, su trabajo y su sangre hasta el exterminio en una cadena interminable de explotación del hombre por el hombre.
El mundo no se detiene, hay opiniones donde se indica que el mundo será otro después que pase el coronavirus, con la vacuna que controle el virus señalado. Esperamos un mundo donde el imperialismo actual sea derrotado, yo espero ver esa nueva sociedad, pero se está haciendo poco para que ese cambio ocurra.