Quien domina la agenda domina al mundo: el asesinato de Chávez y PDVSA

Domingo, 17/05/2020 08:33 AM

Quien domina la agenda comunicacional domina al mundo, es dueño de su espiritualidad, controla el pensamiento, evita la atención en otros asuntos. De esta manera, genera conductas, va conduciendo al rebaño, aplastando a la mayoría actuante, creando modorra social. La perfección de la dominación la hace imperceptible, ahora no se usan cadenas de hierro sino cadenas mentales, los medios de comunicación son los nuevos tiranos.

Sus métodos son muy eficaces, van desde el uso del sexo como atrayente, la promesa de recompensa, los falsos dilemas, los escándalos siempre transitorios, las metas triviales, las competencias vacías, hasta el miedo a fantasmas, la persecución de brujas.

El ejemplo más claro de lo anterior es la clase obrera, otrora esperanza revolucionaria, es desde hace muchos años controlada manipulándole la agenda, hace mucho tiempo que en su pensamiento no figura el sistema capitalista, su sustitución, en ese cerebro sólo entra el contrato colectivo, el salario mínimo, el aumento de sueldo, el economicismo es su condena y la tranquilidad de los capitalistas.

Ahora el mundo padece la cuarentena del coronavirus, algunos países ya vienen de salida de la exagerada reacción, el miedo creado por los medios fue desmedido, paralizó al mundo, causó mucho más daño que el propio virus. Es suficiente comparar las muertes atribuibles al tabaquismo, o fallecimientos atribuibles al alcohol, a las faes, ver la pasividad del mundo frente a estas mega epidemias, para comprender la manipulación de la agenda por parte de gobiernos y medios.

Pero, ¿cómo es la agenda mediática en Venezuela, quién la impone? Con la llegada del madurismo los medios de comunicación se confabularon en contra del intento socialista. Comenzó la operación de distracción. El primer tema que salió de agenda fue el asesinato de Chávez, cualquier intento de pedir investigación fue catalogado como sospechoso. Luego se produjo una trivialización de la política, no había contenido, argumentos, sólo chalequeo, chismes, calificativos, abundantes mentiras. El gobierno es igual a la oposición, entre ellos sólo boxeo de sombra, no se tocan los temas trascendentes.

Y así llegamos a la estafa de la cuarentena, una pieza de manipulación digna de estudio por politólogos y psiquiatras. La cuarentena le llegó al gobierno como un milagro, cuando todo estaba trancado, cuando la invasión se desgastaba como dominante de la agenda, el ambiente lucia empantanado, la agenda de manipulación se agotaba. Y entonces, apareció la cuarentena como salvavidas, los programas de la adulación televisiva encontraron relleno para su agenda, todo giraba alrededor del virus, se olvidaba la falta de gasolina, la venta de PDVSA, todo fue sepultado por el virus, no había protesta, no había necesidad de justificar nada, todo se remitía al virus.

Pero tanta belleza no podía durar. El presidio voluntario que es la cuarentena tiene su efecto en la economía y en la psicología: el país se paralizó y se neurotizó. Ahora la situación es peor que antes, los problemas continúan empeorando, la economía se hunde, la existencia es de náufragos.

Es vital recuperar la agenda, llenarla de verdades, dotar a la gente de elementos que la capaciten para construir su propia visión del mundo, argumentos para la discusión, ejercer la crítica. Para eso es impostergable sustituir la costra gobernante, al madurismo y a la derecha gringa, todos mentirosos. La situación es de sumo peligro, el país está extenuado material y espiritualmente, a punto de estallar; el gobierno y la oposición perdieron el hechizo, la sociedad está al garete. Es urgente, la Patria reclama un liderazgo que conmocione al país, que cambie la agenda, que despierte al rebaño, que pensemos lo importante, empezando por la pregunta: ¿El móvil del asesinato de Chávez está logrando sus objetivos?

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