"Que vaina, c de la m, colmo de la miseria que a estos rojos otra vez les suba esa vaina", más o menos la estúpida queja de un disociado al saber el aumento internacional del precio del petróleo. Suelen acusar al gobierno y les duele que el Ejecutivo autorice nuevas tarifas de luz, gas, teléfono y agua, regalado su costo en Venezuela. Mismos quejosos opositores que en el exterior les parece bien así sean carísimos esos servicios, y en nuestra democracia votaron por un candidato opositor que en el 2018 prometió en la campaña electoral dolarizar la economía.
La ignorancia y el resquemor político se unen en esas lúcidas mentes enemigas del socialismo, que las "lucen" dondequiera, sin recordar cuando abusaron del discursito contra "la dictadura de Maduro", porque si existiera en Venezuela un gobierno dictador, esos bocones estarían tras las rejas. Lo cumbre es que donde si pasa, los reprimen y encarcelan es en países con Presidentes de la derecha "representativa", pitiyanquis adulantes, mafiosos, ladrones y homicidas, comprobados.
Otros que se las dan de arriesgados y sobrados opinadores confiesan en voz alta y desafiante, que trabajan en dependencias oficiales y se jactan de hablar contra el rrrrégimen, esos le explicarán que por ser venezolanos les corresponden bonos, jubilaciones y pensiones, ganancias petroleras de todas y todos, que la revolución socialista les concede sin problemas. Lo inexplicable es que se alegren cuando baja el precio petrolero y se arre….bachatan cuando sube. Estultos de la guachamaronería que nada decían por jóvenes o nada saben de los ladrones bipartidistas en la era adecopeyana, hoy hablan babosadas del socialismo sin conocer un carajo de qué es, y la diferencia obvia con la pantomima que ellos cumplen con los gringos, haciendo el papel de hala turmas representativos.
"Qué va usted a hacerle, va usted a pegarle, va usted a matarle, hay que dejarle", era el lema de una de las secciones humorísticas en Venezuela para burlarse desde Radio Rochela de individuos poco inteligentes. Fue el país que regalaba petróleo a EE UU, el de las Misses perfectas y la publicidad consumista, mientras en política la adecopeyanquicracia cometía masacres y desaparecía opositores, denuncias que en la prensa se diluían con temor de ser fichado el medio y el periodista, en administraciones social demócratas y social cristianas disimulócratas, que idealizando al Agente 007, tenían licencia para matar adversarios políticos.
A una periodista argentina, en 1989 Fidel Castro la dejó en el sitio, ella le preguntó por "las torturas en Cuba a cientos de detenidos", el Comandante revolucionario le dijo que podía hablar de miles si así lo prefería, pero que le comprobara siquiera uno, no diez, ni veinte, sino UNO SOLO, la comunicadora no tenía pruebas sino los inventos de la prensa capitalista, igual que ahora lo hacen contra Venezuela y el socialismo Siglo XXI. No nos dejan pasar gasolina, tampoco alimentos y medicinas, pero quieren liberarnos a bombazos para "reconstruirnos".