Olores, sabores e instinto maternal de un pueblo creador

Viernes, 22/05/2020 07:08 AM

Por experiencia, he desarrollado el instinto animal del olfato más allá de los aditivos químicos puedo disfrutar del color, el olor y el sabor de una buena mujer en el buen sentido de la palabra.

El olor nos da una idea que puede agradar o no al sentido del gusto y ambos están sincronizados con el buen aspecto.

Más allá de la apariencia, del olor y el sabor esta otro instinto supremo como lo es el instinto maternal, es el único que puede desarrollar la percepción del bien o el mal que le ocurre o pudiera suceder a nuestros hijos.

Es el instinto que nos produce el deleite ante la felicidad de nuestros descendientes pero a la vez nos produce el dolor y la impotencia ante la calamidad.

El instinto maternal es la expresión más pura de amor verdadero que es capaz de amar por encima de las virtudes y defectos, el instinto maternal es capaz de ofrendar la vida si fuere necesario por el bienestar de sus hijos.

Del matriarcado de nuestros antepasados aborígenes venimos todos acumulando la mescla con razas, culturas y naciones que vieron en nuestra tierra la oportunidad de formar una familia, producir y prosperar para bienestar familiar y colectivo, nuestro pueblo siempre tan noble y solidario los recibió cuando venían huyendo de la guerra y la persecución de sus países de origen, pero la gran ironía y la infamia del siglo XXI es que los descendientes de la mayoría de los extranjeros que un día vinieron a nuestro país por refugio se convirtieron en juez y parte para juzgar y condenar sin el beneficio de la duda a nuestros hermanos venezolanos en el exterior con la acción criminal de la xenofobia, el desprecio y la semi esclavitud.

Se burlaron por la gran prensa con imágenes de los anaqueles vacíos sin alimentos ni papel higiénico, festejaron cada tragedia familiar provocada por la injerencia imperial y el bloqueo económico criminal, sionista y de las mafias del narcotráfico colombiano.

Hicieron grandes negocios con dólares provenientes del negocio de la Casa Blanca para empobrecer nuestra moneda y encarecer bienes y servicios hasta dolarizar nuestra economía ilegalmente: Colombia país potencia en la producción de drogas y Estados Unidos país potencia en consumo de las mismas.

Pero les llego como la profecía bíblica "la caída de Babilonia la grande", con la propagación de una pandemia que algunos expertos no descartan su fabricación en laboratorios de guerra norteamericano, les trajo a la vida real LA NOCHE DE LA EXPIACION.

El COVID 19 hizo visible que no existe pode económico, militar y político capaz de impedir la propagación y la muerte y que todo lo que hicieron contra nuestro pueblo se les devolvió como un boomerang como castigo DIVINO.

Ahora no dicen que es por culpa de Maduro o de los venezolanos pero el pánico, el terror y el miedo del imperio ante su inminente caída tienen a las bestias salvajes ocupadas para "fabricar" un culpable necesario como salvavidas electoral de Donald Trump.

La madre más grande de todas es nuestra madre tierra porque según la sabiduría milenaria china del YING YANG nos deja la enseñanza de que nuestra madre tierra es el ejemplo más genuino de amor verdadero porque del coito entre el cielo y la tierra a través de la lluvia germina todo lo bueno y todo lo malo que viene al mundo y aun así, nuestra madre tierra lo sostiene todo.

Por contradicciones en sus modelos hay gobiernos que están bajo presiones del poder económico para que concluyan la cuarentena y medidas sanitarias que paralizaron al sector privado y otros gobiernos centrados en proteger al ser humano están bajo hostilidades de grupos de poder económico para crear estallidos sociales pero las rebeliones populares surgirán donde menos se lo espera el poder económico, en el corazón del imperio, el sionismo y sus gobiernos lacayos.

El pueblo de Venezuela por encima de nuestras diferencias políticas hemos sido capaces de cruzar el túnel, de resistir las hostilidades de la injerencia extranjera estimuladas por grupos apátridas y nada detendrá nuestra determinación de crear condiciones objetivas para rescatar la unidad familiar y producir soluciones, producir para la satisfacción de nuestras necesidades existenciales y garantizar nuestra Soberanía e Independencia mediante el bienestar, la paz y seguridad de nuestro pueblo, de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Amen.

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