La vida es una totalidad infinita.
Las analogías para comprender esta premisa saltan a la vista. La naturaleza se expresa:
Tomemos a las plantas como ejemplo para esta analogía.
Las plantas son seres vivos que cumplen a cabalidad sus funciones, en correspondencia con su potencial genético y de acuerdo a las posibilidades que el ambiente donde se desarrollen, se los permita.
Los procesos de funcionalidad de las plantas son la división celular, la diferenciación, el desarrollo vegetativo, la absorción de agua y nutrientes, así como el transporte o translocación de la savia, producto de la fotosíntesis a través del floema y de la translocación de agua y nutrientes a través del xilema. Todo ello, para mantener el almacenamiento de alimentos requeridos para su metabolismo, reproducción y mantenimiento.
El conocimiento formal, académico afirma que las "enfermedades", "ocasionadas" por los diversos "patógenos", tales como los hongos, los virus, las bacterias y los nematodos, pueden alterar este funcionamiento, teniendo en cuenta que en el medio existente se den las condiciones para que se reproduzca y exprese el agente "patógeno" o se combinen ataques de "patógenos" con condiciones adversas para el normal proceso de funcionalidad de las plantas. Ahora bien, todo esto va a variar, dependiendo del tipo de agente que "causa la enfermedad" y de la reacción o respuesta de la propia planta. Por un lado, el "agente causal" tendrá preferencia por una o varias partes de la planta, y esta responderá con una manifestación en la parte alterada, produciéndose cambios histológicos que constituyen los "síntomas de la enfermedad" en cuestión.
Continúa el conocimiento convencional con sus postulados:
Las células de las plantas y sus correspondientes tejidos, manifiestan el efecto causado por el "fitopatógeno" y esto es una expresión de que la planta "está enferma", alterándose su fisiología y llegando a causar la muerte. La fisiología alterada de la planta que expresa "la enfermedad", se corresponde con el órgano o parte de la planta que ha sido atacada por el "fitopatógeno", de tal modo, que pudieran verse alterados los procesos de absorción de agua y nutrientes, si la parte afectada es el xilema, o pudieran verse alterados los procesos fotosintéticos si lo que se afecta es el floema. Igual ocurre con la funcionalidad reproductiva y metabólica, si lo que se afectan son los órganos destinados a la reproducción o almacenamiento. Ahora bien, la interacción planta-patógeno, y en general, el mecanismo de "patogénesis" es muy diverso y dinámico. En algunas ocasiones, el "patógeno" induce a la planta a la hiperplasia (mayor velocidad de división celular) o mayor crecimiento de las células (hipertrofia), provocando, igualmente alteraciones fisiológicas, ya que estas partes de la planta absorben mayor cantidad de alimentos que aquellos tejidos normales y afectan el crecimiento de los tejidos sanos.
El conocimiento intelectual prosigue:
En forma sintetizada, pudiera decirse que las "enfermedades" en las plantas son un alterado funcionamiento de células y tejidos de la planta hospedera, producto del efecto permanente y continuo de un factor adverso, llámese "patógeno" o agente causal ambiental, lo que provocará la aparición de síntomas, iniciándose transformaciones en la fisiología de la planta. Esto traerá como consecuencia daños parciales o terminales que provocarían la muerte de la planta. Los agentes "fitopatógenos" que ocasionan daños parciales o terminales lo hacen ya sea, debilitando la planta, ya que absorben el agua y los nutrientes que esta destina para su normal fisiología; produciendo toxinas u otras sustancias que alteran su metabolismo; obstruyendo el paso de agua, nutrientes y savia, producto de la fotosíntesis y finalmente, absorbiendo todo el material de las células que atacan.
La racionalidad de la ciencia materialista no busca atajos:
Debe, por supuesto, considerarse la participación que tienen los factores ambientales en la "patogénesis", ya que ellos juegan un importante papel como influyentes para que el agente "patógeno" se instale en el cuerpo de la planta. De igual manera, el tipo de manejo agronómico. En este sentido pudiera ampliarse la interacción a: planta-patógeno-ambiente-manejo del cultivo, con la finalidad de estudiar el fenómeno de la "patogénesis" de una manera más integral.
Hasta ahora, el argumento que hemos considerado para el estudio de la "patogénesis" en plantas, es básicamente producto del conocimiento intelectual del cual está provista nuestra mente concreta. Conocimiento racional, académico derivado de un sistema de creencias que nos somete al dominio.
Permitamos algunos esbozos conscienciales:
El tipo de agricultura que se viene practicando en el mundo desde la llamada revolución verde, con el uso indiscriminado de insumos químicos, altamente tóxicos y persistentes en el ambiente; la utilización intensiva de la mecanización agrícola, que provoca el empobrecimiento y erosión de los suelos, el uso de material genético híbrido o transgénico y la utilización de fórmulas de fertilizantes químicos, descuidando la biología de los suelos, ha provocado un giro severo para considerar la "patogénesis" en las plantas con un enfoque más profundo e integrado.
Las tecnologías, utilizadas con un alto nivel de desconocimiento, han provocado en la agricultura mundial una alteración severa del equilibrio natural. De tal modo, que aquellos microorganismos, que antes no se consideraban agentes causales de "enfermedades", hoy día, producto de haberse roto el equilibrio natural, se han convertido en "agentes causantes" de significativas sintomatologías que derivan en daños severos o terminales en las plantas cultivadas.
En el plano consciencial, causa primigenia del conocimiento real, una "patogénesis" en las plantas es un cúmulo de manifestaciones. La causa no son "plagas y enfermedades" producidas por bacterias, hongos, nematodos, ni virus. Desde esta perspectiva, no existe el concepto "plaga o enfermedad". La vida es una totalidad, un equilibrio perfecto, nada sobra, nada falta, nada ataca a…, nada es atacado por…. Todo está armoniosamente integrado. Los humanos, que aunque dotados de consciencia, fraccionamos la vida y dividimos el todo en partes. La visión racional imperante nos impide contemplar la totalidad. En ese fraccionamiento rompemos el equilibrio natural.
Las plantas (también minerales, animales y humanos), no se enferman por el ataque de "plagas o enfermedades". Estas aparecen manifestando síntomas que nos informan que se ha producido un desequilibrio energético en uno o varios de los cuerpos o vehículos con los que se aprovisiona la consciencia para re-evolucionar en su fase mineral (cuerpo físico), en su fase vegetal (cuerpo físico y emocional), en su fase animal (cuerpo físico, mental y emocional) y en su fase humana (cuerpo físico, mental, emocional y etérico). En esto, el conocimiento formal academicista campea en una profunda ignorancia. Los saberes de las culturas antiquísimas de Maestros Pueblos, atesoran este conocimiento.
Nunca enfermamos en realidad. Por ley natural, no existe la "enfermedad". El gran olvido de lo que somos y el velo de maya que nos dibuja una realidad que no es tal, cubren nuestra memoria.
La "enfermedad" se manifiesta producto del desequilibrio que el humano se ha provocado asimismo. Esta sociedad distópica, al ver aparecer los síntomas, inventa un sistema de creencias basado en el valor de cambio y aparecen las vacunas, los medicamentos y toda aquella madeja del "tratamiento médico" que acabará con la "enfermedad". Pero esa es una ilusión, porque lo que se está tratando es el síntoma, no la causa. Ilusión, que la conocen por cierto, las grandes empresas farmacológicas y agroquímicas del mundo, así como también la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO). No es fruto de la casualidad que la gran mayoría de las empresas productoras de fármacos para animales y humanos, también produce los venenos para la agricultura.
No es que es que nos enfermamos. Es que lo que llamábamos alimento, ahora son cosas que se comen, sin ningún valor nutricional y energético El desequilibrio provocado en la naturaleza: destrucción de bosques, erosión de los suelos, pérdida de la biodiversidad, contaminación del aire y del agua, indubitablemente se manifiesta como "enfermedades" en los seres humanos. Porque la vida es un todo.
Podemos inventar una vacuna o un medicamento para tratar una "enfermedad", pero si seguimos aupando un sistema que prioriza el tener sobre el ser, la "enfermedad" se seguirá manifestando con otros nombres.
Diariamente los noticieros en todos los países hacen un reporte detallado y comparativo del covid-19 (número de contagiados, número de recuperados, número de pacientes en cuidados intensivos, número de pruebas de diagnósticos efectuadas, número de decesos, entre otros). La mayoría hace un festín de este reporte. Lo importante es enterarse que país va de primero, en una cosa o en la otra.
¿Y dónde están los reportes del número de especies vegetales y animales que desaparecen diariamente de los ecosistemas naturales a causa de un oprobioso sistema que todo lo transforma en mercancía?
¿Dónde está el reporte del número de hectáreas de bosques que son devastadas diariamente en la amazonia para dar paso a la siembra de soya transgénica?
¿Dónde está el reporte de la cantidad de agrotóxicos que se aplican diariamente en la agricultura?
¿Dónde está el reporte diario de la cantidad de niños y niñas que nacen con malformaciones congénitas, derivadas de los venenos producidos por las grandes empresas que controlan el sistema agroalimentario mundial?
¿Dónde está el reporte diario del número de quebradas y ríos que se secan, producto de la tala y quema de las nacientes en nuestros bosques, para dar paso a un sistema que controla la soberanía alimentaria de los pueblos?
¿Dónde está el reporte diario del número de toneladas de suelo que se pierden producto del manejo de la agricultura como un "negocio"?
¿Dónde está el reporte diario de la pérdida de semillas nativas producto de la incorporación de híbridos y transgénicos en el "negocio agrícola"?
Silencio.
Si nos hubiésemos ocupado de estos reportes, asumiendo responsabilidades y decisiones conscientes para transformar la visión egoíca del mundo, no existirían los reportes diarios del covid-19. Porque viviríamos en una sociedad con principios de respeto por la vida. Viviríamos en consciencia.
Mientras continuemos en esta desaforada visión distópica del mundo, jamás se nos darán estos y otros reportes asociados al mismo.
Una cosa es tratar la manifestación o síntoma.
Otra cosa es tratar la consecuencia.
Otra cosa es tratar la causa.
¿Qué estamos tratando en la llamada pandemia del covid-19?