Lo horrible y lo hermoso
Por: Miguel Homero Balza Lima
Lunes, 08/06/2020 06:51 AM
Lo horrible y lo hermoso, surge, en después, en el magín de este cura raro ignaro cleuasmo asno, de una experimentada calentera youtubeiana, pues, gústame escribir escuchando la música que háceme que las cosas emanen sabrosas, mas y más, interrúmpenme el emocionante encanto anhelante de la inspiración, esos anuncios indeseables youtubeianos, en que hay que estar saltando estos fastidiosos anuncios incisivos seguidos, que no he podido borrar o eliminar de mi maquinal máquina escribana, para poder ejercitar libre los casos límite contradictorios caliginosos. Bueno, he llegado al paroxismo de la locura, con estos benditos infelices condenados anuncios. Y, para término y remate, los insolentes petulantes anuncios, siguen y siguen, y, los que los manipulan hasta el desquicio, envíanme, una desgracia, que no gracia, con las siguientes palabras: “Valora la experiencia que has tenido con los anuncios en YouTube recientemente, entre lo Horrible y lo Excelente.” Imagínense ustedes, lo que, y, cómo pude reaccionar, esto fue el día 06/06/2020, a las cinco en punto de la tarde garcialorcaiana, el día del emperador Claudio Cesar, el emperador del decreto del peo en comilonas, que bien relatara don Francisco de Quevedo, en sus obras jocosas contradictorias borrosas, Gracia y Desgracias del Ojo del Culo. Esto, parecía como para formar un peo. Por supuesto, que la respuesta fue la de lo horrible terrible youtubeiano youtube, que culpa no tuve. Y, mas y más, la sátira que no la ironía, de darme las gracias por la denuncia desahucia infausta. Total, que sigo escribiendo, y, a cada rato, la interrupción de lo escrito, para saltar al anuncio. Menos mal, que tenía un gélido frasco de cocuy de penca en chicha de mango bocao cojedeña, similaricadencia tautológica repetitiva platónica del mango en entrada entrega a la ciudad capital sancarleña nuestra, ambrosía báquica envidiable, que mitigaban y bajaban la arrecha copiosa adrenalina combinatoria con la sensoria escritura subversiva de lo horrible y lo hermoso josebalzaiano escritor deltano hermano.
Pudo al tiempo discurrir, lo horrible y lo hermoso, ante imperio acosador y acusador pretor youtubeiano, lo repugnante jurisprudencial octaviopaziano de lo humano y de lo divino en el punto inflexivo topológico contradictorio borroso, del relativo puntillismo impuro y de la cúbica curvatura del cubismo lemniscata Bernoulli picassoiana, borracho entre Pinto y Valdemoro, contenidos que contiene el continente borroso del ser y noser védico upanisha sánscrito de la nueva orientación einsteiniana y de las nuevas conceptualidades trascendentales revolucionarias ludovicosilvaianas, algo nuevo ante el sol ludovicosilvaiano y nada nuevo bajo el sol eclesiástico, contenidos que contiene el continente de continentes de la noche de los tiempos védicos upanishad sánscritos, en que incrustado encuéntrase el convite cívico mílite policial venezolano épico Macuto-Chuao, metafísico conocimiento de las causas bolivarianas revolucionarias, tal como entre lo horrible y lo hermoso titulativo del ejercicio en comento, y, que no miento con Baco en el Quijote Cervantes lo ha abierto.
Y, estando en esto recibo de María Alcira Matute esta agradable gracia, que no desgracia youtubeiana del día del emperador Claudio Cesar, de Joel Dicker, “El enigma de la habitación 622”, el día del emperador Claudio Cesar, el del peo en la mesa comilona en que había que aflojar las nalgas para despedir el pedo, que por decreto había que hacerlo, so pena de castigo, el retenerlo, y, llégame de María Alcira: “La gente suele creer que para empezar a escribir una novela hace falta una idea. Cuando en realidad la novela nace, antes que nada, del anhelo de escribir. Un anhelo que te entra y que nadie puede evitar, un anhelo que te distrae de todo lo demás. Ese deseo perpetuo de escribir yo lo llamo la enfermedad de los escritores. Ya se le puede a usted ocurrirla mejor intriga para una novela que, si no anhela escribirla, es como no tener nada…” Mas y más, Robert Louis Estevenson, responderíale a María Alcira, sobre ese sentido anhelo, que: “Hay una cualidad literaria sin la cual todas las demás resultan inútiles, esa cualidad es el encanto.” O sea, al anhelo de María Alcira, traído de Joel Dicker, ha de ir pegado y bien pegado al encanto, tal como han de ir pegado y bien pegado lo horrible y lo hermoso, en unidad de contrarios y en lucha de opuestos. Contradicción esta, sentida en la teoría de la sesibilidad subversiva marcuseiana, de la sensibilidad lingüística y de la racionalidad logística. En que ambas habilidades, distinguen lo hermoso de lo horrible, una con la intuición y la otra con la razón, ambas distinguen el error del acierto, aspectos límbico antagónicos ambiguos. Mas y más, María Alcira, mitígame la calentera con la gente de youtube, en que me solicitan la valoración, entre lo horrible y lo excelente, de la experiencia tenida con los anuncios recientemente remachados en mi máquina maquinal.
Y, sigo en lo horrible y lo hermoso, salgo al patio del rancho de Cantaclaro, de cuyas coordenadas no quiero acordarme, a las cinco en punto de la tarde garcialorcaiana, al control del agua, y, en esto varias hojas y flores de la hierba lecherito pegáronse bien pegadas en la suela mis zapatos, y vuelvo las nalgas a la computadora, y en cuestión de nalgas, veo las hierbas, y, en inmediata simultaneidad contrariada, viénenseme al desmemoriado magín interior, Las Hojas de Hierba de Walt Whitman, y el final del poema Canto de Mí Mismo: “Si quieres encontrarte conmigo, búscame bajo la suela de tus zapatos”. De cierto os digo, que las hojas y flores de lecherito en la suela de mis zapatos, continente de lo hermoso y de lo horrible, que no desgraciara los zapatos, pese a que en el jardín del rancho sacuden sus heces los gatos callejeros, para hacer como hecho cierto lo dicho en la titularidad del ejercicio, y, de suerte que no ha existido un decreto imperial claudiocesariano de llevar flore de lecherito y heces de gatos callejeros en los zapatos en rotunda redondez poética de lo horrible y lo hermoso, de la sensibilidad lingüística y de la racionalidad logística, aspectos límbico antagónicos ambiguos entre grandes estrellas de escarchas borrosas garcialorcaianas en zapatos y alpargatas.
Si lo horrible y lo hermoso, aspectos límbico antagónicos ambiguos, como grandes estrellas de escarchas borrosas garcialorcaianas en zapatos y alpargatas, expresión que vile al poeta deltano de la D de Delta, y, de las Setecientas Palmeras, José Balza, en que ahora, toma surtida salida de la sombría penumbra whitmaniana, en que surgen iguales elementos contrarios, de la forma ser y noser, en el lienzo pictórico blanquinegro del yin y del yang, similaricadencia tautológica repetitiva platónica del contradictorio caliginoso 69 cojedeño. Entonces sea dicho que, lo repugnante jurisprudencial octaviopaziano de lo humano y de lo divino está en el punto inflexivo topológico contradictorio difuso, del relativo puntillismo impuro y de la cúbica curvatura del cubismo lemniscata Bernoulli picassoiana es tanto como lo horrible y lo hermoso josebalzaiano. Ergo vergo sea dicho que los anuncios en YouTube recientemente, entre lo horrible y lo excelente, asina asín así, se ha de valorar la experiencia terrible que hase tenido. Ergo vergo sea dicho que María Alcira mitiga las incomodidades como las de youtube con sus reflexiones tan mas y más oportunas. Ergo vergo sea dicho que no vuelva jamás de los jamases el día del emperador Claudio Cesar a armarse mas y más peos con youtube. Ergo vergo sea dicho que las flores de lecherito en la suela de mis alpargatas, ayudáronme a entender mas y más el término del poema whitmaniano de Canto a Mí Mismo: “Yo me canto y me celebro, mas y más, youtube, horrible terrible, no me descerebro, y, búscame en la suela de tus aparatos”. Ergo vergo sea dicho que ¡Viva Baco! en el cocuy de penca en chicha de mango bocao cojedeño. Ergo vergo sea dicho que, y, en miente, que El Quijote, no miente.
Otrosí: Rempujo con flores de lecherito del jardín de mi rancho de Cantaclaro, de cuyas coordenadas no quiero acordarme, para que vayan directo al corazón del Premio Nobel de Literatura: Luis Brito García y José Balza, que a buen seguro no correrán la suerte de Jorge Luis Borges, que murióse sin tener el premio, pese que todos los años sus amigos lo postulaban. Asina asín así, arrime usted los suyos, que Aporrea y La Iguana agradéceselos.