En este tiempo de cuarentena, en donde las familias intentan protegerse del Covid 19 y superar actitudes globales bélicas, de egoísmos y racismos, llega para la población venezolana el domingo 21 junio 2020, la conmemoración del Día del Padre.
Tiempo de reflexión sobre la importancia de la comunidad familiar, en medio de la comunidad nacional y global, en la construcción de un mundo fraterno. Cuestión de profunda relevancia en un mundo con tantas familias obligadas a separarse a causa de situaciones de insalubridad, opresión, xenofobia o racismo, con migraciones forzadas, tantas veces reprimidas en los muros o mares fronterizos. Con tantas familias dónde la figura paterna resulta ausente. O con su rol paternal angustiosamente comprometido.
En las comunidades cristianas de espiritualidad liberadora, la familia tiene una referencia en la Sagrada Familia. Dimensión que trasciende hacia el Dios Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo. Dios comunidad. Que se personaliza en Jesús, María y José. Siendo, según comenta Leonardo Boff, el rol del padre José, el más silencioso. "No legó ni una palabra. Su lenguaje era otro: Tuvo sueños, a los que hacía caso. Hablaba con las manos en la carpintería, con los brazos, cargando a su hijo, con los pies, caminando hacia el exilio, con el amor junto a María". La figura de José pertenece más a la piedad popular -como en Venezuela, con la festiva celebración del 19 de Marzo en Elorza- que a la reflexión de teólogos. La misión de José consiste en ofrecer seguridad y cuidar al niño Jesús. Luego desaparece. Hoy la reflexión sobre José, en la espiritualidad liberadora resulta mucho más relevante. Como parte del Dios Comunidad. Plantea Leonardo Boff: "No sólo el Hijo se personalizó en Jesús, sino también el Espíritu Santo en María y el Padre en San José. El José que vino de la oscuridad y vio la luz, el José que permaneció siempre en silencio para expresar mejor el Misterio sin nombre, sigue invitando a la Iglesia y a la teología a desarrollar esta visión unificadora. Esta es apta para mostrar el ineludible amor y la infinita simpatía del Dios-Trinidad con la familia humana y concretamente con Jesús, María y José. Ellos anticipan lo que será el destino de todos: la completa inserción en la vida y en la comunión trinitaria". (Boff L. San José. Padre de Jesús en una sociedad sin padre. Ed. Sal Terrae. Santander 2007. Pag 118).
En este tiempo en el cual la humanidad intenta superar los virus de la pandemia, del racismo, de la siembra de odio y de la insensibilidad, conmemorar el día del padre resulta oportunidad para recuperar la dimensión espiritual de la comunidad, con Jesús, María y José en su misión liberadora, como familia trabajadora, que tuvo que migrar huyendo a Egipto por los Herodes de entonces, que trasciende a los imperios con su mensaje constructor de Paz y de amor fraterno hacia toda la comunidad humana. Así felicitar a los padres y a quienes hacen sus veces de guías y protectores de la comunidad como sacerdotes, pastores, abuelos, tíos, vivos físicamente o en los corazones de su comunidad, capaces de seguir el ejemplo paternal responsable de José, humilde guía de la comunidad de amor, sombra del padre-madre celestial, hacia la construcción de otro mundo solidario con la alegría del Evangelio.