Hemos sido lastimados pero al final estamos venciendo…

Domingo, 28/06/2020 08:56 PM

"No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamientos que usamos cuando los creamos"

ALBERT EINSTEIN

"Camarita… esto de tener nuestras conversaciones por teléfono está limitando a la gente, a la que solemos llegar, cuando nos reunimos en el café" se escuchó decir a mi amigo Anacleto al otro lado del auricular. "A pesar que no son muchos, se convierten en multiplicadores de lo que no sabían y ahora saben, de lo que no entendían y ahora entienden, y de lo que no creían y ahora creen. Ahora pueden hablar y discutir, en el buen sentido de esa palabra, lo que es «el Síndrome del Tío Sam» y darse cuenta que existen naciones cuya sociedad de consumo capitalista puede entenderse como una gran plantación, donde la autoridad blanca, llena de odio, racismo y falta de humanidad, puede asesinar por sospecha a cualquier persona negra, latina o con pinta de árabe, de manera impune, tal y como lo hacen en la «democracia estadounidense»; que los héroes que salvan al planeta sólo existen en el mundo de las tiras cómicas alienantes pero que los patriotas luchan por el bienestar de su nación; que más vale tener el cuerpo lleno de cicatrices por valiente, que tener tersa e intacta la piel por cobarde; que no nos importa si a la primera las cosas no salen como queremos, porque persistiremos hasta lograrlas; que si no puedes controlar lo que sucede a tu alrededor, te retas a ti mismo a controlar la forma en que respondes, porque allí radica tu poder. Por fin la majunchería «inteligente» criolla ha comenzado a entender lo que gran parte del pueblo ya sabe: las sanciones ilegales unilaterales son contra toda la población, así como las guerras a las que nos han sometido, que quien sabrá de cual generación son hoy en día, que nos han lastimado… ¡y vaya que sí lo han hecho! Y no ha sido la necesidad de dominar a los demás únicamente lo que los ha motivado, sino la obsesión de «torcernos el brazo» para apoderarse de nuestros recursos naturales. Es triste ver como ciertas naciones se arrastran a los deseos de imperio yanqui y reconocen como «presidente encargado» a un pelanalgas autoproclamado en una plaza cualquiera del país. Dan pena ajena que 142 países, de los 192 que hacen vida en la ONU, les den una lección de democracia, no de esa «democracia a lo yanqui» que ellos dicen profesar, sino de la de dignidad y soberanía. ¿Quién tiene la culpa de que le crean a un bolsa pelanalgas que se para en una plaza y se autoproclama presidente? ¿Nosotros? Bue… ellos son los inteligentes y nosotros los brutos. Lo que acaba con las sociedades son las heridas de las traiciones, pero no por eso debemos dudar en seguir luchando por lo justo y por la paz. La revolución debe fluir como el agua del río, que a pesar de los obstáculos siempre encuentra su camino. Camarita, hemos visto lo que es verdad y lo que es mentira; hemos visto lo sano y lo corrompido; hemos sido lastimados pero estamos aprendiendo la lección. Nunca olviden que esto que queremos no se construye en un día; seguirá costando grandes sacrificios; las batallas han sido muchas, unas se han ganado y otras se han perdido. Pero gracias a nuestra resistencia, al final estamos venciendo."

No podemos tapar el sol con un dedo, ni convencer al que no cree sólo con palabras. El ejemplo es la mejor lección que el ser humano puede leer. La rabia, el rencor, el odio y el racismo consumen la mente y no necesitamos espejuelos para verles. La revolución es lo más importante. No podemos renunciar a ella porque se presenten obstáculos, ni porque haya algunas manzanas podridas, como tampoco porque le haya caída unas gotas de veneno. Lo que la debe hacer grande es la calidad de su gente, porque gente valiente y de calidad hace naciones poderosas; de esa gente valiente y de calidad deben salir los miembros de nuestro próximo poder legislativo; esos miembros deben ser elegidos en primarias por el pueblo para evitar un nuevo 15 de diciembre. Esa gente valiente y de calidad nos ayudará a lograr un Estado grande y próspero. Así como la cabeza es el comandante del cuerpo con sus ojos, oídos y boca, así mismo debe ser el líder de la revolución para ver, oír y exponer, necesidades del pueblo y sus soluciones.

Los enemigos de la revolución y de la patria nos han lastimado… claro que lo han hecho. Pero el pueblo venezolano ha resistido estoicamente demostrando de lo que está hecho, bajo la dirección de un líder justo, decisivo y determinado, que piensa primero en el bienestar del pueblo antes que el propio; que hace que la gente tenga nuevos sueños y esperanzas y que asume los problemas del pueblo como propios. Ya he dicho antes que un país no se construye con sólo un presidente y su gabinete sino con todas las fuerzas de un país, campesinos, obreros, comerciantes, estudiantes, amas de casa, militares, etc., etc. Y si todos trabajamos unidos, ¿qué puede destruir al Estado? ¿La corrupción, la traición, el individualismo y la ambición personal? La gente sigue al soldado de una causa justa y lo hace con la mayor de las esperanzas mientras éste dé muestras de firmeza y determinación, tal y como lo hizo nuestro eterno Hugo Rafael. Hoy sigue a su hijo político: Nicolás Maduro. De tal palo, tal astilla.

No podemos tapar el sol con un dedo; las penurias por las que ha atravesado y atraviesa el pueblo no son cuentos ni melodías. No podemos negar los estragos causados tanto por las ilegales medidas, que no nos permiten comprar alimentos y medicinas para el pueblo, como por las guerras, especialmente la comercial, la mediática y la psicológica. De ese mal tenemos que sacar aprendizajes y darnos cuenta que un pueblo que no produce lo que come, será siempre dependiente de extraños. Y en eso estamos, fajados en producir para satisfacer las necesidades básicas. Se dice rápido pero no es fácil. Sobre todo, si durante tantos años tuvimos una economía de puertos y éramos un país monoproductor. Con esta revolución logramos adquirir activos en otros países pero la oposición apátrida ha colaborado para que nos los roben y les den sus respectivas comisiones… ¡burusas al fin y al cabo! Y se arrechan porque no tienen gasolina para sus carros, porque…, "tú sabes, ellos si tienen real para pagarla, no importa a cuánto."

Los caminos, llenos de espinas y baches, tienen normalmente recompensas al final. Se dice que el hombre desde que nace es un ser social y político, y que cada quien logra desarrollar la parte que más le interesa en su vida. Pero lo acepten o no, la política es la que mueve pueblos en busca de la satisfacción de sus derechos sociales. Traído al presente, Maquiavelo preguntaría: "¿Qué gobernante, que necesite del voto del pueblo para ser electo y/o re-electo, sería tan estúpido como para no meterle el pecho a todos los problemas que aqueje a éste? ¿Qué gobernante preferiría corruptos y ladrones en su gabinete a gente valiente, decidida y de calidad? Los religiosos dicen: "Por sus obras los conoceréis"; el pueblo dice: "Por sus obras tendrá o no nuestro apoyo". Existe un refrán muy popular que reza: "Cada pueblo tiene el gobierno que se merece". El pueblo revolucionario tiene en Nico un Presidente serio, honesto y comprometido; los cipayos tienen a la cabeza de su banda de pillos, como presidente interino, a un pelanalgas autoproclamado, falso y ladrón. El que lo quiera, que se lo quede.

Hoy, quienes nos han lastimado y han ayudado a que otros nos lastimen, tratan de hacer creer al mundo su "pensamiento democrático" y de tener el apoyo de la mayoría. Pero lo que en realidad tienen, y en abundancia, son noches de insomnio. El pueblo, que ya conoce a sus verdugos, les ha dicho en reiteradas oportunidades que jamás volverán a ser gobierno en nuestra patria. De ahí su resentimiento y el querer tomar el poder a juro. Muchos padres y/o abuelos no han contado a sus hijos y nietos, que en 1998 tenían entre 6 y 10 años, como fue su juventud y éstos creen que todos los beneficios, de los que hoy disfrutan, son la continuidad de los otrora existentes. No tienen ni la menor idea del sacrificio y la sangre que costaron. Con mentiras y medias verdades tratan de envenenar de nuevo el alma del venezolano. Pero este pueblo, valiente y comprometido, sabe por qué resiste y en perfecta unión cívico-militar con nuestra FANB, les está echando un camión de ganas para sacar nuestra patria hacia adelante. Venceremos

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