Hace 209 años, los venezolanos conmemoramos la firma del Acta de la Independencia, valiente y clara decisión política de los padres de la patria que nos permitió levantar la voz ante el concierto de las naciones como una República libre y soberana, independientes del yugo del Imperio Español y de cualquier otro poder o Estado del mundo.
A esta decisión política de los venezolanos, siguieron diez años de guerra de independencia, donde los campos y pueblos de nuestra nueva República, quedaron bañados por la sangre de nuestro noble pueblo que tuvo que hacer frente a la feroz resistencia y agresión del Imperio Español que se negaba a reconocer nuestra decisión y soberanía.
Hoy vienen a nuestra memoria la figura y el ejemplo de grandes venezolanos, como Miranda, Bolívar, Sucre, Urdaneta, Páez, Mariño, Piar y tantos héroes que lo entregaron todo, su vida y tranquilidad para conducir a nuestro pueblo en tan feroz contienda que cobró la vida de un tercio de nuestra población, pero que a la vez cubrió a nuestro pueblo y al Ejército Libertador, de la gloria infinita en miles de gestos heroicos y sacrificios en los campos de batalla, donde se conquistó nuestra independencia y se acrisoló el sentido de la Patria que nos embarga desde entonces.
Las batallas de La Victoria, San Mateo, Urica, Mata Siete, Los Cayos, Las Queseras del Medio, Angostura, Araure, Clarines, Bárbula, Los Horcones, Niquitao, El Juncal, San Félix, Taguanes, Vigirima, Carabobo, son solo algunos de los espacios inmortalizados por el sacrificio de nuestros hombres que, bajo la bandera tricolor bolivariana, nos concedieron la victoria en una lucha tan desigual como heroica para reafirmar nuestra inquebrantable decisión de ser libres.
El genio inigualable de nuestro Liberatdor Simón Bolívar, no solo condujo al Ejército Libertador a la victoria sobre tan poderosos opresores, sino que supo transformar los anhelos de independencia de las élites criollas de entonces, en la lucha de todo un pueblo por la independencia y la conquista de la justicia social, la abolición de la esclavitud y del sistema de castas coloniales, el derecho a la tierra, llevando la guerra más allá de nuestras fronteras y de nuestro tiempo.
Solo las ideas revolucionarias y la grandeza de Bolívar, permitieron llevar la independencia a toda Suramérica. Nuestros ejércitos cruzaron nuestras fronteras no para conquistar sino para liberar y crear las nuevas repúblicas suramericanas, y con la unión de ellas, la Gran Colombia. Nuestro pueblo derramó su sangre generosa en Boyacá, Pichincha, Bombona, Ayacucho y tantos otros campos de batalla, para sellar la independencia de las nuevas repúblicas y toda Sudamérica, liberándola del yugo del Imperio Español y de cualquier otro.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestra gesta heroica de independencia, nuestro pueblo supo conquistar en miles de campos de batalla su derecho a la soberanía y a la autodeterminación, conceptos abstractos sin duda en ese momento, pero que eran encarnados en el genio, ejemplo y pensamiento del Libertador Simón Bolívar.
Debemos sentirnos profundamente orgullosos de nuestro pasado, de la gesta emancipadora y del ejemplo de nuestro pueblo, de los jefes libertadores y en especial, del Padre de la Patria, Simón Bolívar. Nuestra Patria fue forjada con sacrificio y heroísmo. Las bases que sustentan la espiritualidad y el gentilicio venezolano, están marcadas por la solidaridad, la hermandad, el bolivarianismo y el amor a ella.
Simón Bolívar, creador de Repúblicas, líder político y militar, supo conducir victoriosamente a nuestros pueblos en un proceso único en la historia de la humanidad, con un pensamiento claro y revolucionario, plasmado en más de 5.000 escritos, proclamas y discursos; su ejemplo vivo y su obra, son los que definen de manera precisa al venezolano.
El sueño bolivariano ha sido truncado en infinitas ocasiones; una y otra vez, el pueblo es traicionado. Luego de la muerte del Libertador, nuestro pueblo ha sido traicionado en diversas oportunidades en sus aspiraciones legítimas de tener una patria, libre, soberana, de justicia, donde las armas de la República solo se usen para defender las conquistas sociales.
Pienso personalmente que, aunque muchos intelectuales y políticos han recogido y enarbolado el sueño bolivariano, fue el Presidente Chávez quien interpretó dicho pensamiento de la manera más genuina, en su esencia política y su alcance social. Ésto no debe resultar extraño, proviniendo, el Presidente Chávez, de un origen humilde, campesino, y formado en el seno de nuestro ejército, hoy Ejército Bolivariano.
El presidente Chávez en su periodo de gobierno proclamó e intentó decididamente, completar la obra bolivariana, para lograr nuestra plena independencia.
Como lo explicaba una y otra vez, recordando las reflexiones del mismo Libertador, con la gesta de independencia y el sacrificio de nuestro pueblo, se conquistó nuestra independencia política, la existencia como República, sin embargo, ésto dista mucho de ser la plena independencia.
Por eso, una parte esencial de nuestros objetivos en el gobierno del Presidente Chávez, fue avanzar en la conquista de nuestra independencia plena, la independencia política y económica, militar e incluso, cultural. Estos objetivos están plasmados en sus discursos y la obra de nuestro gobierno.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Libro de todos, abarca los aspectos fundamentales de nuestra independencia plena. En ella están garantizados, bajo el principio de progresividad, los derechos políticos, económicos y sociales de nuestro pueblo, incorpora elementos doctrinarios fundamentales como el concepto del pueblo como asiento de la soberanía, la democracia participativa y protagónica y la reserva del Estado a las actividades petroleras y mineras, además le asigna un rol fundamental a las distintas instituciones del Estado Venezolano, para fortalecer su rol de dirección en el país y a la Fuerza Armada, como garante de nuestra soberanía, nuestras instituciones políticas, económicas, e incluso de la misma Constitución.
Fue, guiados por estos principios y preceptos, que nos lanzamos a la ofensiva de conquistar el poder político, para subordinarlo al pueblo venezolano, a su voluntad Constituyente, su democracia participativa, activa y protagónica, a la transformación de nuestras instituciones para construir el nuevo Estado, uno al servicio del pueblo, soberano y bolivariano.
En defensa de estos preceptos, encarnados por el Presidente Chávez, el pueblo venezolano se lanzó a la calle el 13 de abril de 2002, para derrotar el golpe de Estado fascista; también derrocó, junto a los obreros, el artero Sabotaje Petrolero de diciembre-marzo de 2002-2003; y, además, se organizó para contener y derrotar la violencia desestabilizadora de las guarimbas en el referendo aprobatorio de 2006, la Batalla de Santa Inés.
Luego de estabilizar el país, derrotando políticamente y en el marco de la Constitución a los viejos actores de la política, nos lanzamos a la ofensiva popular.
Fue así que dimos la batalla por la conquista de la Plena Soberanía Petrolera, nació la Nueva PDVSA y tomamos el control efectivo de todas nuestras operaciones, revirtiendo su privatización y nacionalizando la Faja Petrolífera del Orinoco y todas las actividades petroleras, que habían sido entregadas durante la nefasta Apertura Petrolera.
Con la conquista de la Plena Soberanía Petrolera creamos la nueva PDVSA, con la que pudimos alcanzar la independencia económica. Ya no dependíamos del sistema financiero internacional, liberamos al país de las ataduras de la dependencia política-económica del capitalismo internacional, y pudimos entonces colocar la renta o el ingreso petrolero al servicio del pueblo y del Estado Venezolano.
Gracias al control de PDVSA y el ingreso petrolero, lanzamos y sostuvimos en el tiempo, las Misiones y Grandes Misiones Sociales, asumimos el control de nuestras empresas básicas, de nuestra actividad productiva estratégica, desarrollamos las grandes obras de infraestructura social, educación, salud, alimentación, transporte, energía; fue a partir del control de la actividad petrolera que pudimos desplegarnos en una geopolítica propia en todo el Caribe y Centroamérica con Petrocaribe como bandera; en Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, toda Suramérica, en China, Rusia, Medio Oriente.
Con el control del petróleo, pudimos contar con los recursos y las posibilidades de establecer nuestro propio Plan de Desarrollo Nacional, que quedó plasmado en el Plan de la Patria.
Fue gracias al control del petróleo y de PDVSA, que pudimos avanzar en el desarrollo de los grandes planes de desarrollo económico y territorial del país, con el gran proyecto del Eje Orinoco-Apure, basado fundamentalmente en el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco; el proyecto de desarrollo del Estado Sucre, basado en el desarrollo y explotación de nuestras reservas de gas en el Proyecto Mariscal Sucre, Plataforma Deltana; fue solo a través de PDVSA que ejercimos un control efectivo, una presencia permanente en nuestras áreas limítrofes, en nuestra plataforma continental, nuestra fachada caribeña. Estábamos en la vía de la plena independencia económica.
Todos estos avances se han perdido en 7 años del gobierno de maduro. De manera trágica, nuestro pueblo vuelve a ser traicionado en sus aspiraciones, expresadas por el voto popular de las elecciones de 2012, cuando votó mayoritariamente por el Plan de la Patria, cuyos objetivos resumen el desarrollo de nuestra plena independencia y soberanía en el manejo de nuestros propios asuntos.
Más allá de cualquier diatriba de la política con "p" minúscula de estos tiempos, si hacemos una breve relación, nos daremos cuenta de lo que digo, ¿cuál independencia? Hoy día, sólo por citar algunos:
- Nuestra Constitución es vulnerada permanentemente, tanto en los derechos políticos y sociales que garantiza a sus ciudadanos, como a los derechos económicos y la reserva que hace el Estado de la actividad petrolera y minera.
- El petróleo se ha entregado a empresas transnacionales y operadores privados, PDVSA está en vías de desaparición y está siendo rematada por pedazos a empresarios privados.
- El manejo caótico de PDVSA ha hecho que la empresa colapse operacionalmente, no hay producción de petróleo, no hay ingresos petroleros, no hay gasolina, no hay gas.
- NO tenemos el control de la industria petrolera, ni siquiera podemos exportar la poca producción de petróleo del país, por la pérdida negligente de nuestra flota de buques y la pérdida de la capacidad operacional de la empresa.
- Venezuela está acorralada a nivel internacional, se perdió la activa política petrolera internacional, no existe Petrocaribe, ni los Acuerdos Energéticos Internacionales.
- Más de 60 países reconocen a otro presidente, o la existencia de dos gobiernos.
- El país es rehén de acreedores por el mal manejo de la deuda internacional, y por el masivo proceso de endeudamiento emprendido por el equipo económico de maduro a partir de 2015.
- Nuestras empresas en el exterior han sido confiscadas, CITGO, Monómeros, sin ninguna respuesta efectiva del gobierno.
- El oro del BCV está confiscado por el Reino Unido en sus bancos, pero, ¿quién y por qué el gobierno puso ese oro allí, fuera de las bóvedas del BCV?
- No existe control sobre la explotación del oro y otros minerales estratégicos al sur del país, el gobierno entregó esta actividad a las transnacionales y a un conjunto de empresas privadas, destruyendo Canaima y sus alrededores, ya en peligro de salir de la lista como patrimonio natural de la UNESCO.
- El gobierno no controla la economía, no regula, no dirige, la economía está en manos de los privados, socios y "agentes" del gobierno.
- No hay instituciones de ningún tipo, mucho menos separación de poderes. El ciudadano está desasistido, a su propia merced, incluso para procurarse de los servicios públicos básicos.
- No tenemos ni moneda nacional, ni reservas internacionales, ni ingresos petroleros.
- El gobierno perdió las empresas Básicas, ya no operan, no producen.
- El gobierno ha entregado PDVSA al sector privado relacionado con sus nuevos grupos de poder: los ilegales "contratos de servicios petroleros", el control de las más importantes Empresas Mixtas de petróleo, taladros, terminales, buques, remolcadores, tanques, distribución de combustibles.
- Ha entregado las refinerías del Caribe, Cienfuegos en Cuba, Refidomsa en República Dominicana, Petrojam en Jamaica.
- El gobierno entregó la cadena Bicentenario a los "bodegones" y ha entregado innumerables empresas y bienes del Estado, en un permanente proceso de desnacionalización de la economía.
- El gobierno ha permitido que Guyana entregue concesiones en el Esequibo, para que las transnacionales petroleras operen y extraigan un petróleo que está en territorio en disputa. La pérdida de este inmenso territorio marítimo bloquea nuestra salida al atlántico y nos expropia de nuestra historia y de nuestros recursos naturales.
- El gobierno ha permitido una presencia militar extranjera en nuestra institución militar y servicios de inteligencia, lo que resulta violatorio a nuestra soberanía.
- Hoy en día, cualquiera negocia nuestro futuro: EEUU, Rusia, China, Turquía, todos dicen, todos hacen, todos tienen sus representantes en el país, representantes que acuerdan y negocian a nuestras espaldas.
Hoy, 5 de julio, vendrán los discursos y los desfiles del gobierno, pero los venezolanos no tenemos mucho que celebrar, solo conmemoramos nuestra independencia, el ejemplo y el pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar, más vigente y vivo siempre.
Solo hagamos una revisión de la situación de extrema debilidad en la que se encuentra nuestro país actualmente, una debilidad y destrucción profunda de sus instituciones, de sus empresas, de su economía.
Comparemos este desastre con el país que teníamos hace tan solo siete años, con el gobierno del Presidente Chávez, hoy traicionado junto a su pueblo, no caigamos en la trampa de hacer extensivo a aquel periodo el actual desastre, así, nos daremos cuenta, que no hay nada que celebrar, hay que dejar atrás ilusiones electorales y prepararnos para la lucha, organizar una opción patriótica, bolivariana, nacional, incluyente, que nos permita retomar el camino de Chávez en la reconquista de la Plena Independencia de nuestro país.