Un adiós tardío a Martín Guedez

Lunes, 20/07/2020 07:53 AM

Hoy fui estremecido por una mala, pero vieja noticia. Una muy mala pero vieja noticia, del año pasado podríamos decir. Conversando con el amigo Néstor Bastidas y recordando a Martín Guedez con sus famosos escritos de "El Socialismo de las Cosas Más Sencillas" me anunció que había muerto el año pasado.

Lamentable, muy lamentable pérdida y al llegar a la casa y sumergirme en Internet conseguí una nota de prensa del Profesor Sant Roz donde anunciaba la muerte de Martín en la ciudad de Mérida el 17 de noviembre.

Me llegó tarde la noticia, pero no por eso me afectó menos. Partió un gran amigo y maestro y tarde lo supe.

Cuando asumía la mala noticia por mi mente pasaron las muchas conversaciones que tuvimos, la cientos de llamadas telefónicas, regadas por un buen café, que teníamos cuando este buen amigo me orientaba en la edición del Semanario Gente, los múltiples correos que nos cruzamos intercambiando ese tema que nos apasionaba como fue la vida de El Libertador Simón Bolívar, los diálogos en la Red de Información Simón Bolívar, los temas históricos en la página Bolívar El Hombre.

Recordé con dolor la partida del amigo, evocando su columna "El Socialismo de las Cosas Más Sencillas" que gentilmente me cedía para el Semanario y el Blogs "Visión Bolivariana por tantos años.

Llegó a mi mente su venida a Valera en el año 2009 y la importante conferencia que nos dictó Martín con ese verbo encendido que lo caracterizaba y esa elocuencia tan nutrida que hacía que pudieras pasar horas oyéndolo, manteniéndote siempre expectativo y atento a su palabra.

Pero la vorágine del tiempo y de la vida, las ocupaciones y las rutinas nos atraparon y separaron.

¡Así es la vida!

Se nos fue Martín, partió el amigo, se fue el camarada de luchas siempre faro de aprendizaje desde Radio Nacional de Venezuela, primero y después desde Radio del Sur, que siempre nos iluminó para los caminos de la verdadera comunicación que asumimos como caballeros de la "Triste Figura" cabalgando en Rocinante en la eterna lucha contra los molinos de viento.

Tantas cosas nos enseñó Martín, era imposible no aprender con él, era un formador instintivo, su verbo y su voz pausada y serena te enseñaba la importancia de construir un mundo mejor.

Buen amigo, excelente persona, un caballero, desbordando su don de gente con la grandeza de alma de siempre le caracterizó.

Adiós amigo, aunque tarde estas líneas, siempre permanecerás en nuestro recuerdo.

¡Descansa en Paz!

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