Viví en Caracas desde los 17 hasta los 41 años, durante 21 de ellos ejercí profesionalmente y las remembranzas de toda índole este 25 de Julio 2020 me trasladaron a 1967, año cuatricentenario de la ciudad capital. Cuatro días después del aniversario a las ocho y cinco de la noche se sintió el terremoto, 35 segundos de sacudón inicial, y réplicas. En el momento del fenómeno telúrico descendía de un por puesto, y en la isla de la Av. Andrés Bello frente a la Iglesia de la Virgen de Chiquinquirá, atemorizado miraba los árboles cercanos, pendiente si se caían.
Al continuar caminando pasaron fiesteros en una camioneta gritando "Caracas se acaba, se acaba Caracas", indignado les grité una grosería por lo idiotas que me parecieron, y callé pensando si era peligroso se bajaran agresivos. Lo cuento 53 años después, porque me entero de repetidas idioteces similares en la actualidad, a las de aquel coro de irresponsables el sábado 29-07-1967, reacciones insólitas ante la pandemia siglo XXI, no solo en la cumpleañera Caracas al arribar a 437 de su fundación, sino en varias partes de Venezuela, por gente murmurante y desafiante.
Un médico le dijo a su paciente en la ciudad capital que se quitara el tapabocas porque él no lo usaba "ni creo en esa vaina"; funcionarios en estaciones de servicio matraquean a usuarios para favorecerse con dólares o bolívares y te adelantan el carro en la distribución de gasolina o gasoil subsidiados; concesionarios de gasolineras dejan de atender sin avisar a tiempo a la gente en cola de automóviles, exclamando groseramente "ya no trabajo más y esta vaina es mía", finalizan actividad antes de la hora anunciada y algunos te dicen "pregúntele a Maduro".
La conducta ilegal miserable de oportunistas autoritarios, no es nada más en la cumpleañera ciudad. Felicito a mi evocada Caracas a despecho del mal ejemplo de unos, lo que no carea con el buen ejemplo caraqueño citado en las gloriosas notas de nuestro himno. En cargos de importancia veo colaboradores de valía y templanza, los anuncios que hace noticia el Fiscal General de la República desgraciadamente sin cobertura, como deberían hacerlo medios de un periodismo empresarial sesgado, privados del buen sentido profesional de la comunicación social.
No puede inmiscuirse Tareck William Saab en el Poder Ejecutivo, él integra el Poder Moral, agrada verle solicitando justicia, Saab mostró el abuso cometido por sujetos con vestimentas oscuras, quienes con un bate de aluminio se turnaron para golpear a otros ciudadanos indefensos, en plena vía pública, violando derechos humanos y poniendo en serio riesgo la integridad física de quienes ejercían una protesta, el Fiscal agregó que durante la cuarentena han sido imputados miembros de los cuerpos de seguridad, por abusos y excesos contra ciudadanos, acciones ilegales de funcionarios, que causan indignación.
Esto no ocurre en naciones donde les caen a palos y balas a los manifestantes, como lo hicieron esbirros anti pueblo en funciones de "orden público" en Venezuela antes de 1999, en gobiernos demócrata representativos pitiyanquis, donde los efectivos no temen pues la derecha reprime sembrándole temor a los opositores, heridos o muertos acusados de "insurrectos", y se hizo entre nosotros en la era adecopeyana. Que hoy suceda algún parecido por alcahuetería de gobernantes indecisos que se llaman "progresistas de izquierda", y cuando llegan al poder se postran ante las amenazas de los USA, es hipocresía ideológica.
Ejemplo lo que ha dicho el Canciller argentino Felipe Solá ante una pregunta sobre la administración del presidente de Venezuela, respondió el ministro argentino del exterior que "Es autoritario, sin dudas", diferencia obvia con las administraciones del peronismo de los Kirchner, y para remate Solá agregó: "Hay una gran facilidad para meter presos políticos, luego los suelen largar, aunque no siempre", obvio que el ministro de relaciones exteriores argentino, está desinformado por la campaña internacional contra Venezuela.
Un diplomático argentino opinó en Ginebra sobre la "profunda preocupación por la situación de derechos humanos y la grave crisis política, económica y humanitaria que padece Venezuela". Con amigos así para que enemigos presidente Alberto Fernández, y las excusas por lo que digan sus funcionarios cercanos. Enfrentamos las amenazas, allá quienes se atemorizan y el miedo es libre, Venezuela lo tuvo durante gobiernos demócrata representativos, que expulsamos en las elecciones de 1998. Irritante cualquier parecido de funcionarios actuales con los disimulócratas, que afortunadamente no volverán. Siga aclarándoles Presidente Maduro, y por favor impida la ilegalidad a su gente. De mi parte ¡¡¡que viva el socialismo!!!