La tragedia del que no repite

Miércoles, 05/08/2020 07:28 AM

La política es dinámica, es el arte de hacer posible lo imposible y comparativamente, es una guerra sin cuartel y sin armas en el campo de las ideas.

Quienes no lo entienden por caer en la burbuja del poder y la adulación, olvidan aquello de que "a la misma gente que ven cuando van subiendo, es la misma que encontraran cuando van bajando", están camino a fracaso de su continuación.

La lógica de todo gobernante antes de llegar al poder es la construcción de alianzas electorales pero la mayoría las olvida por caer en las redes de los aduladores y oportunistas, se les olvida que en política cada día y cada minuto hay que ampliar la base política de apoyo, abrir espacios para la gente que te ayudo a ganar.

Muchos caen en el falso dilema de que gobernar con los mejores es rodearse de incondicionales tecnócratas que no son capaces de mover un voto a la hora de un proceso electoral y son los mismos que construyen los muros burocráticos que estimulan la ineficiencia.

El tiempo pasa volando y con él se van "las buenas intenciones". Es tarde cuando se intenta rectificar porque nadie es capaz de recoger el agua derramada.

El gobernante que no es capaz de comprender y preservar la alianza que lo llevó al poder es un fracasado como político porque si fuera una guerra los aliados necesitarían de elementos fundamentales para el combate como lo son; armas, municiones y ración de combate, por falta de alguno de estos elementos se puede perder espacio y para que no falte nunca pertrecho debe existir una comunicación directa, clara y precisa que genere confianza y respeto para reafirmar la UNIDAD.

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