Desde muy temprano se dedicó a la lucha política desde claras posiciones de izquierda, tal como su recordado hermano el laureado investigador agrícola Juan de Jesús Montilla (ministro del área de producción y comercio de Hugo Chávez, en el primer gabinete).
Nació en Cuicas, un pequeño pueblo del Estado Trujillo, Venezuela. Antonio, se residencio en Caracas, pero a cada oportunidad, apenas tenía unos días libres, regresaba a su terruño, a encargarse con su familia de sus tierritas.
Gran amigo de la naturaleza, soñaba siempre con un gran jardín vivero para desde allí arborizar las riberas de los ríos. "Cada municipio del país debería tener un jardín vivero de árboles propios de cada zona, para garantizar el equilibrio ecológico. Así se conserva la biodiversidad". Expresaba Montilla.
Militó siempre en la izquierda. Sentía una gran atracción por la Revolución Cubana y su liderazgo, entre sus escritos figura un libro dedicado a la Revolución Cubana "Cuba Cuarenta Años de Política Exterior", de pedagógica lectura.
Optó por la investigación y docencia como trinchera de lucha. Indetenible lector, destacó como director del prestigioso Instituto de Investigaciones Rodolfo Quintero de la Facultad de Economía y Ciencias Sociales (FACES UCV).
Millares de egresados de la Escuela Estudios Internacionales (EEI) conocieron a través de su maestría la historia de Europa y sus consecuencias en América Latina.
Los distintos pensa de la EEI contaron con la participación intelectual del versado profesor
Fue llamado en su momento por la Asamblea Nacional para conformar el Jurado Calificador de la Cancillería Venezolana por lo que es ampliamente conocido por el funcionariado de esa institución.
Se convirtió en el primer director elegido democráticamente de la EEI de la UCV, demostrando así el afecto ganado en docentes, estudiantes y empleados que le reconocían así su bien labrado prestigio y liderazgo.
En 2006, es llamado por el Presidente Hugo Chávez para elevar de nuevo a nivel de embajador las relaciones con Sudáfrica, y desde allí atiende, igual como embajador, a los reinos Lesoto, Suazilandia y a las repúblicas insulares de Seychelles y Mauricio, lo cual lo convierte en un connotado conocer del África Austral.
Con apenas un año, logra que el gobierno sudafricano dedique una plaza en Pretoria al Libertador Simón Bolívar, con un busto ideado en ese país. Y más adelante un mural escultórico con "Bolívar – Mandela". Por su fortaleza académica se acerca a las universidades e inicia el Programa Apadrina Una Escuela en África en ese país.
En 2008, prepara la exitosa visita presidencial del presidente Chávez a Sudáfrica, en la cual el líder venezolano alcanza acuerdos básicos en el área petrolera que aún están vigentes.
Luego de seis años en funciones diplomáticas, regresa a Venezuela para dedicarse más a sus adoradas tierras de Cuicas sin dejar de participar en actividades sociopolíticas y ofreciendo sus saberes a través de seminarios y conferencias. O siendo miembro de jurado en trabajos de ascensos para así seguir colaborando con las nuevas generaciones.
Hasta sus últimos meses de actividad –antes de la pandemia del Covid 19—, visitaba la UCV, en especial a su dilecta EEI.
Mantuvo una activa relación con África, en particular con Sudáfrica donde dejo grandes amistades.
En Venezuela, formó parte de la pléyade de africanistas fundadores del Instituto de Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora con su Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños, donde ofreció varias de sus conferencias, así como su acertada asesoría y apoyo.
El día 27 de agosto de este azaroso 2020, el afamado internacionalista Antonio Montilla Saldivia, el gran formador, el amigo a la mano, se une a la gran energía del Universo, dejando un gran legado para las Ciencias Sociales y la Diplomacia Venezolana.