Bueno el cilantro, pero no tanto

Domingo, 30/08/2020 11:00 AM

Es obvio que al gobierno chavista madurista le conviene más que a nadie que se realicen las próximas elecciones parlamentarias venezolanas, además pautadas en la CRBV, dichas elecciones le conviene particularmente al Presidente Nicolás Maduro, para intentar "lavarse la cara", pues en la gran mayoría de los paises democráticos del mundo lo consideran un "Dictador", y los Dictadores no hacen elecciones. Para llevar a cabo el proceso de elección parlamentaria el gobierno se vio presionado para hacer cambios en el ente rector, pues con el anterior CNE que presidió Tibisay Lucena por más de 14 años, nadie de la oposición, ni tan siquiera los grupos más moderados y democráticos de la oposición iban a participar en algún proceso electoral con dicho CNE, por la fama que tenía de armar presuntos fraudes electorales abiertamente a favor del gobierno chavista; recordemos su integración de 4 Rectores oficialistas militantes confesos del PSUV, y un solo Rector opositor, cuya opinión rara vez tomada en cuente en ese Consejo Rectoral.

Ahora bien, la interrogante que nos hacemos es si le conviene al PSUV/Gob que sufraguen la inmensa mayoría de los electores venezolanos, estando ellos plenamente conscientes del alto nivel de rechazo que tiene el gobierno chavista, por la población venezolana, tal como lo registran las diferentes encuestadoras que miden las preferencias electorales en el presente momento; Pues parece obvio que no le conviene, y por tal circunstancias estimulan la abstención con el propósito táctico de disminuir la cantidad de electores posible, que efectivamente participen de la fiesta electoral; tomando en consideración que él PSUV es la maquinaria mejor organizada por su capacidad de remolque de más electores, y esto aunado al reparto de Clap en zonas de mucha pobreza pero de alta cuantía electoral, y la utilización de la data del movimiento "Somos Venezuela", del Sistema Patria y del Carnet de la Patria, para hacer proselitismo político-electoral, todo ellos les daría significativas ventajas. De los más de 20 millones de electores, el gobierno sabe cuántos votos duros posee, y cuál es su votación periférica, ellos saben que el mejor de los casos cuentan con un tercio aproximado del universo votante, por lo que lógicamente tener dos tercios en contra, les es muy cuesta arriba, y si se da una votación mayoritaria por supuesto que saldrían derrotados en esta contienda electoral.

La disyuntiva es entonces, buscar una participación discreta del número de votantes, en un porcentaje tal que valide el resultado del proceso electoral ante la opinión pública nacional y la internacional, pero que al mismo tiempo no sea lo suficiente numerosa para no comprometerles el triunfo que la fuerza chavista necesita para mantenerse en el poder, y para lo cual la AN es un poder público demasiado importante, de allí que le podemos aplicar con mucha propiedad el conocido refrán "bueno el cilantro pero no tanto", algunas personas prefieren llamarlo "culantro".

Complementos tácticos para ese fin son el uso del TSJ para defenestrar partidos opositores y hasta de las propias fuerzas del polo de la Patria que le son críticos e incómodos, y para fraccionar lo más posible a las fuerzas opositoras aplicando aquel viejo aforismo que dice "divide y vencerás", para este efecto el chavismo mandante ha sido muy efectivo, y la oposición venezolana muy pendeja para decir lo menos.

Los factores democráticos debemos convencer al electorado venezolano que su participación es clave para iniciar la transformación de Venezuela desde esta elección parlamentaria, y que por ese camino podemos aplicar las Soluciones a los graves problemas que hacen sufrir a nuestra población, particularmente a la más vulnerable.

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