Húmedo radical quijotesco

Jueves, 10/09/2020 08:43 PM

En el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, aparece esta expresión, húmedo radical, Quijote (II, 47), y que, desde su aparición, hásele dado múltiples interpretaciones, diversas definiciones, y, como dice Bart Kosco, en Pensamiento Borroso: "La teoría de la borrosidad se presenta como una teoría adecuada para la representación de la incertidumbre que hay en el significado de todas las palabras…" Y, apoyado en Kosco, hemos de decir que, el húmedo radical quijotesco, ha de ser un medio, de cualquier enciclopédico diccionario ordinario y extraordinario, y, si ha de ser un medio, indica que hásele dado y añadido borrosidad a la expresión cervantina. Y, el mismo Kosko, ha expresado que decir borrosidad es decir contradicción, pues, la contradicción, la borrosidad y la verdad, han de estar emparentadas. Y, a según, Heráclito, Buda, Sócrates, Hegel, Marx; "Una contradicción es la raíz de todo movimiento de toda manifestación vital". Esto es, si no hay contradicción no hay borrosidad, y, resulta que, siempre habrá contradicción, pues el movimiento es eterno, siempre habrá borrosidad. Podrá no haber poetas, mas y más, siempre habrá poesía gustavoadolfobeckeriana. Podrá no haber caliginosos borrosos, mas y más, siempre habrá borrosidad bartkoskoiana.

El húmedo radical quijotesco cervantino, es medio, por lo que ha de estar entre los casos límite contradictorios caliginosos, del exceso y del defecto de la moral aristotélica, en la Gran Moral, del filósofo de Estagira. Aristóteles, sostúvolo, a ese medio, oculto por más de tres mil años, hasta el derrumbe de las Torres Gemelas Neoyorquinas, el 11 de septiembre de 2001, de la Virgen de Coromoto Venezolana, con el discurso nefando nefasto georgebushiano, sobre los escombros, a según el cual: "O estás conmigo o estás con mi enemigo", y, apuntando hacia Venezuela, de dar el golpe feroz de estado al presidente Chávez, en que George Bush, el presidente de EEUU, fracasara, y, endespués, de seguidas, orientara el pico épico teodolito guerrero hacia Irak, con el cuento de que ese Estado poseía armas de destrucción masiva, lo que resultara una nadería fruslera futesa, tal cual un par de zapatos viejos a la vera del camino de Bagdad. A tal fatídica fecha histórica invasiva, tuvo el predominio de la lógica capitalista imperial neoliberal norteamericana, del principio supremo del tercio excluso aristotélico, a según el cual: "Entre dos términos contradictorios no cabe término medio", "O estás conmigo o estás con mi enemigo". Y, resulta que en la Gran Moral Aristotélica, desdícese el filósofo estagirita, cuando expresara que entre los términos contradictorios caliginoso, exceso y defecto, necesariamente, forzosamente, inevitablemente, ha de haber un medio. Lo que enseña que a la fecha del derrumbe, irrumpe el contrapeso al principio supremo del tercio excluso, y, ve y hácese luz el principio supremo del tercio incluso, con que experiméntase el equilibrio dinámico dialéctico difuso de todos los casos límite contradictorios caliginosos de la forma ser y noser, de la modernidad ilustrada originaria einsteiniana.

El húmedo radical quijotesco cervantino, es medio, por lo que ha de estar entre los casos límite contradictorios caliginosos, del exceso y del defecto, de la Gran Moral Aristotélica. El húmedo radical quijotesco cervantino ha de estar entre los casos límite contradictorios caliginosos, la guerra y la paz, el amor y el odio, de las armas y de las letras, de las armas y de las ideas, y, esto, deviene del Discurso Manchego en Postura del Quijote, de las armas y de las letras, Quijote (I, 37) y Quijote (I, 38), y, que en sucinta síntesis sintetizamos, antes de la voladura, no de las Torres Gemelas Neoyorquinas, sino de la voladura de la preposición "DE", por parte de la Real Academia de la Lengua Española, contraviniendo a la modernidad ilustrada originaria einsteiniana: "Quítenseme DE delante los que dijeren que las letras hacen ventaja a las armas, que les diré, y sean quien se fueren, que no saben lo que dicen. Porque la razón que los tales suelen decir y a lo que ellos más se atienen es que los trabajos del espíritu exceden a los del cuerpo y que las armas solo con el cuerpo se ejercitan, como si fuese su ejercicio oficio de ganapanes, para el cual no es menester más de buenas fuerzas, o como si en esto que llamamos armas los que las profesamos no se encerrasen los actos de la fortaleza, los cuales piden para ejecutallos mucho entendimiento, o como si no trabajase el ánimo del guerrero que tiene a su cargo un ejército o la defensa de una ciudad sitiada así con el espíritu como con el cuerpo. Si no, véase si se alcanza con las fuerzas corporales a saber y conjeturar el intento del enemigo, los disignios, las estratagemas, las dificultades, el prevenir los daños que se temen; que todas estas cosas son acciones del entendimiento, en quien no tiene parte alguna el cuerpo. Siendo, pues, ansí que las armas requieren espíritu como las letras, veamos ahora cuál de los dos espíritus, el del letrado o el del guerrero, trabaja más, y esto se vendrá a conocer por el fin y paradero a que cada uno se encamina, porque aquella intención se ha de estimar en más que tiene por objeto más noble fin. Es el fin y paradero de las letras (y no hablo ahora de las divinas, que tienen por blanco llevar y encaminar las almas al cielo, que a un fin tan sin fin como este ninguno otro se le puede igualar: hablo de las letras humanas, que es su fin poner en su punto la justicia distributiva y dar a cada uno lo que es suyo) entender y hacer que las buenas leyes se guarden. Fin por cierto generoso y alto y digno de grande alabanza, pero no de tanta como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida. Y, así, las primeras buenas nuevas que tuvo el mundo y tuvieron los hombres fueron las que dieron los ángeles la noche que fue nuestro día, cuando cantaron en los aires: «Gloria sea en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad»; y a la salutación que el mejor maestro de la tierra y del cielo enseñó a sus allegados y favoridos fue decirles que cuando entrasen en alguna casa dijesen: «Paz sea en esta casa»; y otras muchas veces les dijo: «Mi paz os doy, mi paz os dejo; paz sea con vosotros», bien como joya y prenda dada y dejada de tal mano, joya que sin ella en la tierra ni en el cielo puede haber bien alguno. Esta paz es el verdadero fin de la guerra, que lo mesmo es decir armas que guerra. Prosupuesta, pues, esta verdad, que el fin de la guerra es la paz, y que en esto hace ventaja al fin de las letras, vengamos ahora a los trabajos del cuerpo del letrado y a los del profesor de las armas, y véase cuáles son mayores."

El húmedo radical quijotesco cervantino, es medio, por lo que ha de estar entre los casos límite contradictorios caliginosos, del exceso y del defecto, de la Gran Moral Aristotélica. Asina asín ansí así, los casos límite contradictorios caliginosos, de las armas y de las letras, de las armas y de las ideas, del Discurso Manchego en Postura del Quijote. Y, todo esto deviene del Discurso de Angostura del Libertador Simón Bolívar, quien fuera, endenantes, un lector sostenido del Quijote, siempre caballo, a horcajadas, borrén delantero y borrén trasero de la topológica silla de montar, casos límite contradictorios caliginosos, y, en cuyo medio ha de estar el húmedo radical quijotesco cervantino, que, endespués, hiciérale el callo en el culo, al Libertador, a lo que en las sucesivas andanzas batalladoras andanadas, llamósele culo de hierro libertario revolucionario de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, seis estados naciones republicanas latinoamericanas del bolivarianismo contra la contraparte histórica imperial norteamericana del monroeismo. Lo que señala el Discurso de Angostura del Libertador, ha de verse en la página web de La Iguana TV, https://www.laiguana.tv/articulos/793011-bolivar-imponer-ideas-armas-ian-carlos-torres/, del 01/09/2020: "Simón Bolívar se impuso a todos sus contemporáneos no solo con armas, sino con las ideas. El analista y filósofo, Miguel Pérez Pirela, entrevista al Dr. Ian Carlos Torres, quien es catedrático en filosofía, ciencias políticas y conocedor de la historia de Venezuela, sobre todo del Libertador Simón Bolívar, quien además de ser un buen soldado fue un excelente pensador político del siglo XIX latinoamericano. "Bolívar era consciente de la necesidad diplomática de que se supiera en Europa por donde iba la independencia venezolana, y fue a través de este discurso que se conocieron la ideas, y fue este discurso que catapultó a Bolívar, como líder político y Jefe de Estado", refiriéndose Torres al Discurso de Angostura escrito de puño y letra del Libertador sintetizando su idea republicana. "Bolívar no solamente se impuso a través de las armas a todos sus contemporáneos, sino a través de las ideas", expresó el entrevistado quien hace un recuento de los pensadores que influyeron en su accionar. La independencia latinoamericana, la unión de los pueblos, la nación de naciones, el poder moral y la abolición de la esclavitud son conceptos bolivarianos que representaban un nivel alto de vanguardia para la Venezuela de comienzo del siglo XIX, que apenas cortaba sus cadenas con la corona española, pero que heredaría el modelo colonial que arrastra hasta nuestra época."

El húmedo radical quijotesco cervantino, es medio, o sea, medio aristotélico abismal, por lo que ha de estar entre los casos límite contradictorios caliginosos, del exceso y del defecto de la Gran Moral Aristotélica. Asina asín ansí así, los casos límite contradictorios caliginosos, tercio excluso y tercio incluso, del Discurso Lógico de Aristóteles. De las armas y de las letras, del Discurso Manchego en Postura del Quijote. Y, de las armas y de las ideas, en similaricadencia tautológica repetitiva platónica, del Discurso de Angostura del Libertador. Que no de otra suerte corrieran los aspectos límbicos antagónicos ambiguos, el exceso y el defecto, del filósofo de Estagira, que no del filósofo de la ciudad marabina. El húmedo radical quijotesco cervantino, ha de estar tanto entre las armas y las letras del Discurso Manchego en Postura del Quijote, como entre las armas y las ideas del Discurso de Angostura del Libertador. Tanto el Quijote como el Libertador, siempre a caballo, entre la cordura y la locura, en las meditaciones discursivas quijotescas joséortegaygassetianas. Y que, no en vano, propincuo a la renombrada tumba inmortal, diciembre de 1830,en San Pedro Alejandrino, el Libertador, dijérale, al doctor, al sabio europeo, al oído, que Jesucristo, Don Quijote y… yo, hemos sido los tres mas y más, grandes majaderos del mundo, de la humanidad y de la historia, en similaricadencia tautológica repetitiva platónica, en que las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero. El Libertador, al oído del doctor, pensaba en el Quijote (II, 74), de cómo Don Quijote cayó malo. Y que, la contienda está planteada entre Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, seis Estados Naciones Republicanas Latinoamericanas del bolivarianismo, en que la contraparte histórica imperial Norteamericana del monroeismo, monstruo maquineo, del Siglo XIX, hase de manifestar en este Siglo XXI, del imperialismo capitalista neoliberal, que ha alejado, mas y más, la expresión quijotesca de ahijársele y tenérsele por suyo, los seis Estados, al Libertador, y, solo y sólo Venezuela, enfréntase, de pie y con coraje, al dinosaurio monstruo monroísmo del Siglo XXI del coronavirus, a las sanciones agresiones bloqueos cercos del criminal circo gringo go home que EEUU, USA Trump, y, que usa para joder a la Venezuela digna bolivariana.

Si el húmedo radical quijotesco cervantino, es medio. Entonces sea dicho que ese medio, es medio aristotélico abismal, por lo que ha de estar entre los casos límite contradictorios caliginosos, del exceso y del defecto de la Gran Moral Aristotélica. Ergo vergo sea dicho que el húmedo radical quijotesco cervantino ha de estar entre el tercio excluso y el tercio incluso, del Discurso Lógico Elemental Aristotélico Escolástico. Ergo vergo sea dicho que el húmedo radical quijotesco cervantino ha de estar entre las armas y las letras, del Discurso Manchego en Postura del Quijote. Ergo vergo se dicho que el húmedo radical quijotesco cervantino ha de estar entre las armas y las ideas, del Discurso de Angostura del Libertador. Ergo vergo sea dicho que el húmedo radical quijotesco cervantino ha de estar entre la cordura y la locura, siempre a caballo, Don Quijote y el Libertador, en las meditaciones discursivas quijotescas joséortegaygassetianas.

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