Cuando han transcurrido varios años del dia en que el candidato presidencial de la oposición Manuel Rosales dijo "no se le pueden pedir peras al horno", no tenía idea que es el olmo, la decepción alcanza a un más joven jumento politiquero, ladrón aspirante a candidato presidencial por los contrarrevolucionarios, un activista derrapado sin personalidad digna, un sin vergüenza deshonesto. En el fondo es lo mismo, no saben por torpeza conquistar al pueblo en el corazón y carecen de carisma.
Ahora cuando se anuncian vacunas para derrotar la pandemia ocasionada por el Covid 19 o coronavirus, este animalillo de dos patas, con el perdón de los irracionales seres animales, erguido caminando porque ve a los demás, se le ocurrió descalificar la vacuna Sputnik V de los rusos, intentando levantar su alicaída imagen de peleón y bocón. Una perla de su pésima intención fue manifestar que "esa es la vacuna del régimen, no hay que hacerle caso".
El alimaña auto jumentado, escribí bien, no es juramentado para mi fue autojumentado dándole calidad a sus asnadas, no se ha enterado de los resultados positivos de inmunidad comprobados en voluntarios que se la aplicaron, incluyendo una hija del presidente de Rusia. La imbecilocracia le brotó como una espinilla en su descarada faz, al Guaidó descalificador del adelanto científico ruso que trae tranquilidad a la humanidad y ayudará a salvar millones de vidas en todo el mundo.
Le he oído decir a Diosdado Cabello a DIOS gracias recuperado tras lucha ardua y paciente, que en El Furrial, su tierra natal en Monagas afirman "maldición de burro mocho no llega al cielo", no se hace realidad. Por lo que un triste y abandonado imbecilócrata de las malandrerías con bienes nacionales, bueno para nada y presidente de absolutamente nada, debería agradecer que la vacuna va a auxiliar el combate a la enfermedad que ha afectado 28 millones de personas y, permita DIOS, no lo haga víctima a él ni a su familia.