El Reportero del Pueblo

Democracia es amalgamar al ciudadano y no causarle indisciplina y represión ante su verdad

Miércoles, 16/09/2020 06:58 AM

La usurpación del poder, se presenta cuando el gobernante de turno engaña a sus súbditos o pueblo y constituye una tarea fácil para los tiranos y tienen un apoyo circunstancial de la oligarquía. Esta tríada de caracterizaciones permite el juego de la demagogia para conferir a círculos íntimos de poder el ejercicio de funciones públicas por un largo período que permite categorizar daños morales y ultraje al desenvolvimiento de la sociedad en cada hecho que se ve reflejado en la Constitución, bajo un signo de apariencia o real.

De allí, el peligro de aproximación de la aristocracia a las fuentes de poder, porque para accesar al control financiero del gobierno debe componerse de dos elementos, la demagogia y la influencia de la oligarquía extrema que se unen entre sí para crear un funesto sistema con base a los vicios administrativos y comerciales existentes y así en base a una falsa libertad, tener a los ciudadanos en una confusa igualdad que nos lleva conforme a la constitución a una esclavitud donde supuestamente se encuentra un nivel de protección y una garantía de la felicidad.

Los gobiernos republicanos deben ofrecer estabilidad y las causas de revolución y prosperidad son dos términos delicados que nos llevan a un ejercicio desenfrenado de la conservación del Estado, pero, los hombres en el gobierno tienden a desviarse y caer en la corrupción porque la experiencia en esos cargos y su acercamiento al talento militar permiten crear pasiones desenfrenadas al bien público.

Así que, todo proceso revolucionario debe tener austeridad y disciplina militante para lograr que su militancia y ciudadanos, no importando su carácter político, tengan derechos políticos que los lleven a un principio de generalidad política. Y la ciudad junto a los Estados se desarrollen para ir formando el individuo para un juicio esencial de la vida

La historia en Hegel tiene sus determinaciones y el carácter fenomenológico que está realizando la conciencia en cada acto de razonamiento, nos deja una clara concepción de ir a hechos concretos para restablecer una figura paradigmática que se repetirá cada ciclo de tiempo cuya construcción debemos entenderlo como un proceso de esas figuras históricas del pasado. Lo explique en tres artículos anteriores sobre la fundamentación democrática en Venezuela que tuvo su ignición en la izquierda, Rómulo Betancourt y Fidel Castro Ruz asumieron sintetizar rasgos de un tratado político postmedieval y luego en esa síntesis unificaron ideales para la Reforma Constitucional tanto en México, Venezuela y Cuba, cuya primera etapa fue la Reforma Agraria y dar tierras a los campesinos bajo una figura, tanto para la Isla de Cuba como al país, se refirieron a Juan Bimba con su liquiliqui y siendo el rublo eje, la caña de azúcar y los centrales azucareros.

De todas maneras, a nivel internacional nuestro problema es estructural y, podemos quedar entrampados al nombrar mediante línea presidencial o el voto directo a un conjunto de desconocidos del campo ideológico y político, como sucede ahora, y no es utópico. Nos hace falta enaltecer el principio de identidad y no ser tan subjetivos, cuando colocamos a nuestro frente a grandes sistemas económicos y filosóficos. Ejemplo en este último, el platonismo y aristotelismo.

Hoy, hay una fatalidad en la dirección del Estado que puede ocasionar la caída del gobierno y todos sus componentes de poder, tanto en lo civil como lo militar. Por lo tanto, debe haber una reapropiación ontológica del principio de identidad con el Estado para darle a su fenomenología un carácter estrictamente de coyuntura y organización de las líneas que conforman cada estructura en el organigrama de funcionabilidad política.

El bloque oriental, viene preparándose para el devenir, de allí, los últimos encuentros entre líderes y analistas. Porque, se debe destacar las convivencias y no residenciar la duda como paradigma de una realidad. El hombre debe tolerarse en su sentido y dirección. Somos parte de un gran contenido conformado con la historia, en la creación de su historia, tenemos un gran borrador.

De modo, que no hay tiempo para ser ingenuos. Estamos escribiendo un lapso político que representa un final, una salida del pensamiento socialista mal trazado, debido, a que muchos ligaron las esencias ideológicas y se fueron por el camino más trillado, llegando al error económico.

El hombre es relacional. Ignora su propia existencia y en oportunidades se niega hacer un giro en el campo político, pierde en ese ciclo sus sentimientos de deshabituación para llevarnos a un lenguaje no revelado de insolencias, cuando el pensamiento político es de disciplina y un arduo trabajo para conquistar las bases populares y superar ese pasado, tan escamatoso. Tenemos que luchar contra la dispersión de principios ideológicos y afirmar la trascendencia del desarrollo urbano y el campo agrícola a base del esfuerzo de grupos humanos que lucen enlazados a una sociedad. Tenemos que emerger de nuevo, la historia es presente y estamos obligado al análisis del pensamiento occidental, evitar polémicas y subsanar los errores estadísticos y del monopolio comercial. Hay que planificar, como lo viene haciendo Daniel Ortega Saavedra a una sola voz en Nicaragua, utilizando un lenguaje que une a los elementos sociales de una realidad. Los entes. Allí, se observa un crecimiento macroeconómico de su ganadería y especies marinas, de lo agrario y, un avance en el campo científico sustentable.

No tenemos acceso a los alimentos desde que el dólar domina el campo económico, no hay gas, poca agua y en sectores no llega, la luz refleja imperfecciones en su nivel bajo de regulación, poca producción petrolera y sin transporte público, donde los usuarios deben cancelar en dólares y no se respetan las ordenanzas municipales, ¿Qué hacer? Bueno, el presidente tiene que entender que la izquierda busco colaborar y no quiso. Asumió otro liderazgo y la respuesta adecuada ya es entendible. Esto, nos recuerda a Hillary Clinton cuando desobedeció a su esposo en una causal que a la postre tuvo una fatal resultante, perder la presidencia en los colegios electorales, porque no dialogo con los posibles electos, pensó que con el voto del pueblo bastaba.

No hay que omitir nada, los dados ya fueron lanzados en el mesón electoral y la adversidad es amplia.

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