Tenemos una incompatibilidad entre las funciones legislativa y ejecutiva del Estado Bolivariano de Venezuela que causa una gran preocupación en el malestar emocional del venezolano, al observar la manera como el dólar apadrinado por el Banco Central y grupos económicos muy definidos del país destroza la perspectiva financiera de cada familia en su núcleo de origen, poniendo en peligro el voto de izquierda y la continuidad de una confianza electoral hacia el tren ejecutivo nacional que, incluye al presidente Nicolás Maduro Moros. Es que hay una inveterada tradición del despotismo político, a la obra de nuestra historia política, que es la historia de sumisión de los representantes del pueblo a la voluntad del hombre que rige el solio presidencial.
Es una actitud difícil y revelador del espíritu democrático y el progreso del país necesita de esa minoría democrática opositora que desea ser proporcional a las mayorías, pero, la Constituyente poco ha hecho en reformar los planteamientos en pro del pensamiento de libertad que debe regir en nosotros.
De modo, que el mundo histórico es una afirmación de la estratificación de clases de la sociedad. Simplemente es una expresión del existir social, y política. Así, ante nuestro frente hay una escatología religiosa primitiva que busca hacer prevalecer el miedo en nuestra conciencia, la cual refleja ser falsa e infundada por los grandes laboratorios que, con sus psíquicos, parapsicólos, biólogos y filósofos buscan junto a los matemáticos crear líneas religiosas de dominación espiritual.
Lo que sucede en la Venezuela de hoy es una rendición colectiva de la inspiración espiritual en completa decadencia y su único deseo es la nueva estratificación de nuestras clases sociales entre burgueses, oligarcas, deprimidos y los que están legos del legos, aquellos extrañados de la estructura social y solo se adaptan al advenimiento sarcástico del futuro y son considerados como un género humano sin conciencia de las masas y, a este tiempo, se encuentran en tiempo de aceptarlos.
Se debe tener cuidado, entramos a concepciones escatológicas que todavía son mantenidas ideológicamente por quienes poseen una vieja concepción cristiana. Harnack los considera un remanente arcaico que mediante la doctrina del gnosticismo buscan una reveladora restauración de ese género mediante la esperanza y nos hacen ver que estamos comprometidos con sus procesos llamados revolucionarios desde que estamos en el vientre de nuestra madre., nos han colocado como una figura divina la imagen de nuestro comandante Hugo Chávez Frías, que emerge una y otra vez para solventar los problemas de Venezuela y, desean convertirlo junto al Doctor José Gregorio Hernández en las figuras dominantes del cristianismo contemporáneo, recordándonos el cristianismo medieval.
Es el manejo de las simbologías en el campo político y social, mientras debemos pagar impuestos onerosos a las alcaldías, , ser esclavos a un grupo de ciudadanos que dicen tener el poder local. Mientras que hay una oligarquía feudal del estrato pudiente que sin importarle las necesidades del pueblo de base popular se enriquecen con las garantías que les ofrece un gobierno llamado socialista y utilizan al dólar como moneda central para aumentar sus riquezas y disfrutar de la plusvalía que ese dólar les ofrece.
Simplemente, vemos hechos irracionales, donde se hace necesario restaurar el capital del Estado. Estamos en una catástrofe económica en torno al proletariado venezolano. Para mantenerse en el poder, se debe prevalecer en una fuerza de consolidación de victoria, pero, en este instante hay una guerra biológica y económica estimulada por los mismos factores del gobierno en confabulación con los grupos financieros muy bien distribuidos en la rede nacional de estructura y organicidad del mismo Estado.
Es una lucha tenaz entre el pueblo y los factores de poder que en oportunidades es cruenta e incruenta, violenta y pacífica, militar y económica, pedagógica y administrativa, es una fuerza contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad.
Es la teoría del oportunismo, de la prosternación. Nos encontramos en una teoría socialista contraria al carácter revolucionario del movimiento obrero, quien desea abogar en un movimiento en marcha que reivindique sus posiciones clasistas. En la izquierda venezolana abogamos por la teoría de la espontaneidad, simplemente es la ideología del tradeunionismo.
Solo, dejemos que la corriente de nuestro entusiasmo nos lleve al deber revolucionario y romper con las estructuras del nuevo feudalismo que nos quieren imponer y nos lleva al atraso nacional. Con cuatrocientos bolívares básicos como salario mensual no vive nadie, el pueblo muere en la mendicidad pública.
La libertad ya ha sido conquistada de parte de los Libertadores. Ya el silencio y opresión no pueden permanecer en nuestras conciencias, hay que darle funcionalidad a las instituciones y a sus bases políticas, necesitamos convivir para dar los frutos de lucha por años y que fueron quitados por el poder único, se desviaron las intenciones del mismo.
La libertad, no se consolida sola. Se necesita de un prisma de motivación ideológica y, esa patria que hot padece de pobreza, sepa levantarse en esa comunidad nacional que prevaleció por años para darnos patria para convivir en paz y estabilidad económica, porque hay un comercio que fluye sin bloqueos que es lo que produce nuestra tierra.
Al sistema político imperante, no hay que maquillarlo., las reformas son para mejorarlo y la suerte del pueblo sea una vía segura para la independencia de esa patria que tanto añoramos.
Somos parte de un gran proyecto. Un modelo político con sentido patriótico para llevarle serenidad a las comunidades, por esto, el voto, tu voto es factor de confianza y triunfo en este proceso electoral que se avecina.
El dólar, nunca será nuestra moneda nacional. Es el Bolívar y debemos darle nuestra fuerza de desarrollo económico y financiero.