Recapitulemos

Domingo, 20/09/2020 01:27 AM

  • El 7 de febrero de 2018 concluye sin acuerdo el diálogo entre el gobierno y la MUD realizado en República Dominicana. Luego de anunciar Julio Borges que todo estaba listo, que sólo faltaba la fecha de las elecciones presidenciales y que viajaba a Santo Domingo a firmar el acuerdo (publicado luego por Tal Cual y Últimas Noticias), se negó a hacerlo justificándose con la presentación de nuevas proposiciones, las cuales por supuesto no podían ser aceptadas luego de concluidas las negociaciones. Debo recordar, que entre los acuerdos estaba uno muy importante: la constitución de un CNE en forma paritaria entre el gobierno y la oposición de la MUD.
  • El 1° de marzo de 2018, el MAS, Avanzada Progresista y COPEI, acuerdan con el PSUV la realización de las elecciones presidenciales el 20 de mayo de 2018 (mes propuesto por la MUD para las elecciones presidenciales en las conversaciones de República Dominicana). Se aprueban varias condiciones electorales, pero el gobierno, a pesar de haber prometido públicamente, que mantendría intactas todas las condiciones que había aprobado con la MUD en República Dominicana, excluyó del acuerdo la constitución de un nuevo CNE paritariamente integrado. Además, incumplió luego varias de las condiciones acordadas. Los partidos Esperanza por el Cambio y UPP89 se incorporan luego con sus candidatos a las elecciones presidenciales.
  • El 20 de mayo de 2018, Nicolás Maduro gana las elecciones presidenciales con más de 6 millones de votos. Henri Falcón obtiene más de un millón 900 mil votos, Javier Bertucci casi un millón de votos y Reinaldo Quijada unos 34 mil votos. Los votantes estuvieron por encima de los 9 millones, para un 46 por ciento del padrón electoral. A partir de esta elección, la oposición extremista inició su política de abstención electoral, de desconocimiento de las presidenciales, de atajos inconstitucionales violentos: golpes de Estado, enfrentamientos de jóvenes con los cuerpos de seguridad, incursiones armadas mercenarias al territorio venezolano, solicitud de una invasión armada estadounidense y exigencia de aplicación de sanciones económicas, judiciales y diplomática contra Venezuela.
  • En febrero de 2019, Juan Guaidó es designado Presidente de la AN, lo que inicia su total control por parte del partido Voluntad Popular. Ese mismo mes se autoproclama Presidente de la República ante la supuesta ausencia de la figura presidencial. Se trataba de continuar el desarrollo de la política intervencionista del Departamento de Estado contra nuestro país, la cual es acompañada por un grupo de países latinoamericanos, Canadá, Australia y la Unión Europea.
  • Entre enero y mayo de 2019, en Oslo, y julio y septiembre del mismo año en Barbados, la oposición extremista, esta vez liderada por Guaidó, se reúne de nuevo con el gobierno de Maduro, supuestamente para alcanzar acuerdos que le den salida a la crisis de la sociedad venezolana. La oposición realizó una pantomima de diálogo, pues sus decisiones están tomadas desde que abandonaron el diálogo de República Dominicana. Para ellos Maduro tiene que irse, Guaidó o alguno de los suyos debe ser designado cabeza de un llamado gobierno de transición, sin ningún tipo de consulta popular, y en un lapso indeterminado convocarán a elecciones supuestamente libres. Abrams ha dicho recientemente que nunca habrá condiciones mientras Maduro esté al mando. O sea que no importan las condiciones que se logren, ni la supervisión internacional que se haga, ni la voluntad expresa de los venezolanos. Es la decisión del imperio y punto.
  • El 16 de septiembre de 2019, en respuesta nacionalista, democrática y pacífica a la política aventurera, injerencista y de subyugación ante gobiernos extranjeros, un grupo de partidos: MAS, AP, Soluciones, Cambiemos y Bandera Roja, a quienes se une después Esperanza por el Cambio, firman un acuerdo con el gobierno para establecer un diálogo e iniciar el camino de retorno a la institucionalidad perdida y al respeto a la Constitución y las leyes. Se debe entender que se trata de un proceso, que se cumple paulatinamente, por lo que lleva cierto tiempo, y en el cual la participación de los venezolanos es fundamental. Se instala entonces la Mesa de Diálogo Nacional, que tiene muchos más logros concretos en mucho menos tiempo que todos los diálogos habidos en los últimos cuatro años.
  • Esta política ha ido ganando adeptos. Parte de Acción Democrática, la dirigida por Bernabé Gutiérrez, a quien nadie puede acusar de ser agente de Maduro, ha decidido participar en las elecciones de AN de diciembre 2020. Esa decisión es previa al conflicto jurídico presentado por los líderes de esa organización ante el TSJ. Éste precisamente se produjo porque parte de las bases adecas querían participar en las elecciones y no les era permitido, por decisiones arbitrarias de la dirección oficial de ese partido, dirección que llevaba todo este siglo, desde que fue designada también por el TSJ, sin cumplir con la democracia interna obligatoria de los partidos políticos. Otros líderes, incluso más importantes de la oposición, Henrique Capriles y Stalin González, también han señalado su decisión de participar.
  • Guaidó y el Departamento de Estado trabajan en el desconocimiento de la AN que resulte electa en diciembre. Nada electo les gusta, son partidarios de las "soluciones" impuestas. Tratan de prorrogar las actividades de una AN inexistente más allá del 5 de enero 2021 para seguir teniendo a Guaidó como "Presidente Interino" y como administrador y beneficiario junto con los suyos de los bienes de Venezuela en el exterior. ¡Qué manguangua!

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