Al nombrar ciertos momentos de la lucha por la Independencia no se puede evitar dejar de mencionar la actuación de la Legión Británica, estos soldados estuvieron adscritos al Ejercito patriota desde 1817 y culmina su actuación en las sabanas de Carabobo aquel glorioso 24 de Junio de 1821.
La Legión contribuyó positivamente a las victorias de Bolívar, pero al principio por razones de adaptación, agreste escenario geográfico, ofrecimientos que no se cumplieron dieron origen a ciertas insubordinaciones y deserciones. Pasando estos últimos fueron muchos los ingleses, irlandeses y escoceses que se adaptaron al medio venezolano cubriéndose de gloria.
El agente venezolano Luis López Méndez en Inglaterra autorizado por el Libertador desde Enero de 1817 para contratar un grupo de voluntarios que vinieran a reforzar la tropa republicana. En buena hora para sus propósitos ya que la terminación de las guerras del Imperio sigue provocando la reducción de personal del ejército y de la marina Británica.
Después de muchos contratiempos llegan a Venezuela los primeros legionarios, a Angosturas de ahí a Apure y a los Llanos de Calabozo donde está el Libertador en plena campaña. En el Hato de San Pablo entre Calabozo y Ortiz, afines de 1818 los ingleses Capitán Wowel, Grant, Mac Mullin y Brathwaite son presentados a Bolívar por Urdaneta. Luego llego Thomas Ferriar, inmortalizado en Carabobo.
Se ven envueltos algunos de ellos en acciones contra los realistas, incluyendo en el combate de La Puerta (Semen). En Angostura se organiza dos nuevos cuerpos de combatientes. Uno al mando del Teniente Coronel James Rooke y el otro al mando de los Coroneles Hippisley y Wilson.
Estando las tropas republicanas hostigadas en San Fernando por Morillo, Páez deja la alternativa a los legionarios de quedarse o volverse a Guayana.
Se producen una serie de divergencia entre Hippisley y Wilson, el primero quiere regresar y el segundo quedarse y que lo reconozcan como jefe. Hippisley vuelve a Angostura y quiere que Bolívar lo ascienda a General de Brigada y formula otras reclamaciones pero el Libertador no las admite, entonces el oficial británico renuncia.
Wilson desconoce la autoridad de Bolívar e induce a Páez a nombrarse Jefe Supremo. Al conocer Bolívar esta sedición lo arresta, el llanero afirma que se hizo sin su consentimiento.
De Junio a Noviembre de 1818 el Libertador reagrupa a los legionarios; unos 120; en un destacamento llamado Dragones de la Guardia de Bolívar que pone al mando de Rooke y Mackintosh.
El Libertador satisfecho con la conducta de los otros legionarios, sigue en la contratación de más militares extranjeros.
Cuando se reúne Bolívar con Páez en Apure recibe la noticia de la llegada de más contingentes de soldados británicos.
Los legionarios en campaña en los llanos soportan las inclemencias del medio ambiente, pero se adaptan tanto que empiezan a llevar el atuendo de los llaneros, pantalón hasta la rodilla, sombrero de paja y alpargatas.
Bolívar resuelve llevar su campaña a Nueva Granada, parte desde el pueblo de Mantecal, lo acompañan cuatro batallones, entre ellos "Rifles", mandados por Sandes y La Legión Británica por James Rooke. Otro batallón de legionarios al mando de Feriar, ha quedado encargado de entretener a Morillo ocultando así los movimientos de ejército libertador.
Sigue la expedición patriota y comienza el acceso a la cordillera, el cansancio, el frío y el estado de debilidad de los soldados, faltos de alimentos trae trágico resultado que cuando llegan al primer pueblo en la faja occidental de los Andes los rigores del páramo ha hecho sucumbir a centenares de soldados incluido a los de la Legión Británica. Estos paladines entran en combate en Pantano de Vargas. Cuando la situación se torna peligrosa para los patriotas y entra e ingresa el Coronel Rondon que ataca destructoramente a los españoles, el Coronel Mackintosh que asume el mando de la Legión; ya que Rooke cae herido y muere; atacan a bayoneta a los realistas haciéndolos huir.
La Legión vuelve a batirse en Boyacá con un coraje y una efectividad igual que el batallón "Rifles".
El Libertador decreta que dicho cuerpo lleve en sus banderas y estandartes la inscripción: "Boyacá".
En Carabobo se vuelven a cubrir de gloria, al tener la firmeza para sufrir el fuego y cargar con bayoneta ayudando así a resarcirse al batallón "Apure".
En este campo el alto mando patriota dispone que el batallón de la Legión Británica se distinga con el nombre inmortal de "Carabobo" y veinte días después Bolívar concede a todos los legionarios la Estrella de Libertadores de Venezuela. Estos sacrificados hombres contribuyen así a la gloria y la existencia de su patria adoptiva.
¡HONOR Y GLORIA A LA LEGIÓN BRITÁNICA!