"Pero ¿existen? ¿Existen de verdad? Si real y verdaderamente existieran en el tiempo y el espacio, sufrirían de no ser en lo eterno y lo infinito, la ilusión de su pasado a la ilusión de su porvenir. Es que con eso se borra la mentira, ni el ladronicio. La más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón, porque otros seguirán robando".
Esos son los que con su indulgencia de bohemios contribuyen a mantener la cobardía y la mentira y las y las miserias todas que nos anonadan. Cuando predican libertad no piensan más que en una: en la de disponer de trabajo del prójimo. Todo es en ellos robar y hasta las ideas, de las grandes ideas: no hacen sino amontonarse con las ideas.
Algunos de los nuestros han ido a Europa, y en lugar de procurar agrupar los elementos socialistas, que tenemos las pruebas materiales de que ya son bastante numerosos y desarrollados, lo mismo en los pueblos, han hecho mucho radicalismo y socialismo burgués. Estos hermanos, olvidando el propósito que perseguían o que estaban obligados a seguir, han abrazado la causa de ese pobre democratismo burgués que se agita con impotencia y ruido. Lo han defendido en los medios de información y han empujado al desdén a todos nuestros principios hasta tender las manos a tentativas de acercamiento.
El capitalismo, extremadamente concentrado, el medio de reducir los salarios y de vencer la resistencia de los obreros a la opresión y a la degradación. Su superación social y su emancipación no pueden realizarse más que entrando en antagonismo con los defensores interesados del capitalismo, el cual, por su condición misma, debe conducir inevitablemente a la socialización de los medios de producción.
Si quieres saber en qué condiciones de salud perdida, de moral vilipendiada y de ruina intelectual ha sido producido por las clases laboriosas ese "embriagador aumento de riqueza y de poder, restringido exclusivamente a las clases poseyentes, examinad la descripción que se hace en el último informe sobre la Sanidad Pública; que "la degeneración progresiva de la raza es inevitable". Esta época está marcada en los anales del mundo por la repetición cada vez más frecuente, por la extensión cada vez mayor y por los efectos cada vez más mortífero de esa plaga de la sociedad que se llama crisis comercial e industrial.
Hace falta que veamos claramente el fin que perseguimos; hace falta que rompamos el triple yugo que nos oprime y oscurece nuestra vista. El yugo de la fuerza brutal; el yugo del dinero sin piedad ni conciencia; el yugo de los prejuicios hereditarios. Hace falta comenzar por romper el último, que es el que se adueña de nuestro propio interior. Nos hace falta ser firmes en nuestros propósitos; nada de compromiso, nada de concesiones.
No hay que engañar al pueblo con las promesas ilusorias de otro mundo, sino decirle la pura verdad sobre las causas de su situación, enseñarle las grandes verdades del capitalismo que tanto tiempo ha ignorado. Nosotros no conocemos otra divinidad que el gran ideal que nuestra razón nos presenta; nosotros no conocemos otra fe y ley que el poder creador de la razón humana. Es así, como nosotros llegaremos a alcanzar nuestro fin: la realización de la justicia sobre la tierra.
Tengan cuidado con el falso conocimiento ¡es más peligroso que la ignorancia!
George Bernard Shaw.
¡La Lucha sigue!