Vivir de las apariencias

Viernes, 02/10/2020 07:53 AM

Venía caminando rumbo a la parada cuando escucho a mí derecha una voz que dice: "Eeepaaaa..!, ¿y la foto?" Se trataba de una funcionaria de la policía estadal que se dirigía a sus colegas quienes se aprestaban a abordar la camioneta del organismo de seguridad. Estos se devolvieron, se colocaron (¿posaron?) detrás del vehículo junto a unos conos rojos, sacaron pecho y la fémina procedió a hacer la respectiva foto.

Hay personas, organizaciones e instituciones que viven de la apariencia. Aparentan cumplir con una función, poseer tales o cuales características o estar capacitados como tal, pero en esencia no es así. Son, como se dice popularmente, cascarones vacíos. Se manejan en base al llamado cumplimiento, es decir, cumplo y miento.

En toda acción humana que se precie de estar en función de un colectivo determinado, debe procederse con honestidad, con responsabilidad y teniendo muy claro los objetivos. Y para ello, creemos, no se necesita estar haciendo tanto alarde, cual gallina que pone un huevo, porque muchas veces puede aplicar aquello de "quien mucho se perfuma es porque algo le hiede".

Hoy día, con el inmenso desarrollo que han tenido las llamadas redes sociales, nos encontramos con personas, instituciones y organizaciones diversas que publican hasta los más mínimos actos cotidianos que realizan. Se manejan con la lógica de "lo que no se publica no existe", y muchas veces lo hacen para "demostrar" a sus jefes inmediatos que están cumpliendo la tarea. No estamos para nada en contra del registro o sistematización que de determinados hechos o actividades puedan hacerse, pero eso es una cosa muy distinta a lo que se suele observar en funcionarios e instituciones cuyo pescueceo o delirio fotográfico (selfie) parece orientar su labor.

Un trabajador de un medio regional me decía en una oportunidad que no hay nada más falso que la televisión. Allí todo es tabiquería, luces, bambalinas, maquillaje y show. Todo es apariencia, todo allí suele ser postizo. Haciendo extrapolación a lo cotidiano de la vida política y social nacional nos conseguimos con situaciones similares. Toda la tabiquería o parafernalia que se monta cuando el presidente, un ministro, gobernador, alcalde u otro funcionario anuncian la inauguración o la implementación de determinada acción o medida, algunas veces queda en pura apariencia. Y claro el venezolano de a pie lo que comenta es que todo eso es pura mentira, puro show. ¿Cuántas veces no engañaron al Comandante-Presidente Hugo Chávez? ¿Cuántas veces no habrán engañado también al Presidente Nicolás Maduro? Y eso también lo comenta el pueblo de a pie.

La efectividad revolucionaria se demuestra con el compromiso a un ideal, con el compromiso a los principios establecidos en nuestra constitución, a un programa que tribute a la construcción del socialismo. Y se actúa en consecuencia. Lo demás, como dicen los cristianos, llegará por añadidura. ¿Cuántos no han gritado ser rojos rojitos y se peleaban por hacerse una foto junto a Chávez? Y al final todo resulto ser un disfraz, pura apariencia. Hicieron de soldados bisoños cuando la coyuntura apretó. Vale en este sentido recordar al poeta cumanés Andrés Eloy Blanco cuando en su Coloquio bajo la palma nos dice: "Lo que hay que ser es mejor y no decir que se es bueno… Lo que hay que hacer es dar más sin decir lo que se ha dado..." Mas humildad, mas trabajo efectivo y dejar de andar pantalleando, porque el pueblo todo lo observa y tarde o temprano pasa factura.

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