Como parte de la estrategia opositora de saboteo loco loco, un ex candidato presidencial derrotado por Chávez y Maduro, se montó en su BMW y escondido junto a un amigo celebraban seguros con los vidrios ahumados, se tocaban uno al otro el par de pruebas exigidas al CNE, y al leerlas uno de ellos afirmaba "si no hacen lo que queremos monto una pataleta, me rasco en público los glúteos y no voy a esas elecciones del 6 de Diciembre, ni que me pongan preso en Pontamar, o… Porlamar allá en Margarita la isla rodeada de agua, como manifestó el colega candidato también perdedor Rosales, cuando dijo que él abraza con los brazos…".
"Esta vez les canto fraude antes de la cita electoral como lo hace Trump, tu crees que voy a arriesgar mi apartamento en Nueva York, t´as loco brother". Una de tantas monsergas resume la ausencia de pudor político del muy conocido candidato en otras acciones con pataletas verbales al expresar "eso es problema mío y qué". A ese nivel, en el lodazal caprichoso van a chapotear predestinados tipos que por su árbol genealógico aseguran que nacieron para ser Presidentes, aunque estén hundidos pronunciando una, cien, o mil mentiras.
Veleta al viento gringo que le van dictando, politiquero afortunado de cuna, timador de la opinión pública con la cual se ensaña porque su posición social y económica le dice que eso basta para ser más inteligente que los zambos, niches, indígenas, y bichos que son los pobres", dicho a lo Mafalda personaje del gran Quino fallecido este 30 de Sept. 2020. Enemistado con el Manolito venezolano el prófugo Borges, otro personaje de Quino, igualmente en esta política venezolana perdedor y torpe, ha recibido con agrado la decisión del candidato presidencial de las metidas de boca por su escasa cultura, el Ratonsky complaciente de la derecha maltrecha pitiyanqui.
Contraste notable de comportamiento, es que mientras los tramposos opositores directores de estrategia adversaria al socialismo inventan trucos y más trucos ineficaces, en la acera oficial para resguardar la soberanía nacional trabajadores de nuestra PDVSA recuperaron componentes técnicos, que no se pueden traer del exterior por el bloqueo; los fabricaron y las refinerías inactivas arrancaron el suministro de gasolina al país.
40 años atrás conocí la anécdota de un empleado de PDVSA en Punto Fijo, estaban paralizados a la espera de una pequeña pieza que se había partido en la máquina clave, la llevó a Turmero donde un herrero hizo una similar. Normalizado el trabajo fueron reconvenidos por no esperar trámites que obligaban a comprar las piezas en EE UU, y por cantidades grandes a fin de respetar las comisiones de venta entre PDVSA y los contratistas, burocracia tradicional desde mucho antes de Chávez.