Somos los seres vivos más indefensos

Miércoles, 07/10/2020 06:22 PM

Las mariposas amarillas revoloteaban y a veces se posaban sobre las ixoras y le robaban el néctar a las flores. Mientras que más allá las chicharras con su concierto trataban de alargar el estío y que el sol resplandeciera aún más. Entre tanto el perro Pipo, observaba las travesuras de los gatos Rocky y Rockyta, que siempre andan de los más felices sin tener idea de lo que pasa en el mundo.

En este contexto que presentaba la salida de su casa, el periodista Juancho Marcano, acompañado por Pipo, agarró rumbo a su conuco y ahí emprendió la tarea de limpiar el terreno para esperar las lluvias y sembrar el maíz, cuando se presenten los primeros chubascos.

Ya terminada su faena le hizo señas a Pipo y ambos caminaron hacia la mata de mango y ahí bajo la sombra y la brisa fresca, descansar de la agotadora labor que produce la limpieza con azadón. "Con mucha razón decía un viejo, Pipo, que la gente de la Tacarigua de Margarita era estudiosa, no era porque le gustaba, si no porque evitaba quedarse jalando azadón", dijo el periodista.

Mientras tanto la mata de mango, aguantando las balas inclementes del astro rey, comentó: "Te voy a decir algo, Juancho, aunque tú lo debes saber o te lo imaginas, pero no hay duda de que los seres vivos más indefensos somos nosotros, los del reino vegetal, pues estamos clavados en la tierra sin podernos mover, así nos esté matando la sed de un largo verano. Sin embargo, los hombres y los animales como se mueven y de una u otra manera se comunican o hablan o gritan o cantan, pueden buscar bien sea agua o comida".

Juancho Marcano y hasta el mismo Pipo, quedaron en silencio ante las palabras de la mata de mango y luego el periodista, comentó: "Tiene todas la razón, amiga, no hay duda. Sin embargo, hay humanos y hasta animales (a estos no los culpo), que buscan satisfacer su sed y hambre, robándose lo ajeno, mientras tanto ustedes ahí sufriendo los azotes de la sequía, siguen con la fe en Dios y en los hombres, que le provean el agua necesaria para sobrevivir.

La mata de mango y Pipo, estuvieron de acuerdo con lo manifestado por el periodista y los tres elevaron una plegaria al cielo para que enviara la lluvia.

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