Para contribuir al proyectado programa de formación básica Constitucional que nos ofreció el connotado y peculiar jurista, Hermans Escarra, a quienes tuvimos el temerario propósito de sugerir importantes defectos de forma y fondo a la Ley Antibloqueo; creo estar convencido, humildemente, que nuestro notable constituyente, me puede permitir con todo el respeto que se merece, elevar a su consideración, algunas citas que un estudioso de la materia hace al respecto, de lo que sería la tendencia del capitalismo hacia las Postdemocracia, destino con el cual nuestro País debe enfrentarse.
La nada novedosa tendencia, la conseguí en un estudio excelente de un compendio de autores y expertos que reunió las Naciones Unidas en ocasión de cumplirse los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Uno de esos autores es *Jesús Sabariego*, quien realizó un trabajo titulado: "Los Derechos Humanos en la era Twitter. Del fin de la historia al fin de la política". (Trabajo postdoctoral) Postdemocracias: El fin del Consenso.
El autor identifica una tendencia planetaria la cual intenta desdemocratizar y descivilizar las Democracias, sobre las cuales, estima, que sufren un proceso de "vaciamiento"
(cita a Laval y Dardot, 2017.
El autor, se refiere a las "Democracias liberal representativas", y en contrapelo señala que paradójicamente existe un modelo de Democracias fuerte que se expresan en los movimientos sociales del Sur Global, dónde se reclaman, precisamente, la falta de legitimidad de esas Democracias.
Para Sabariego , el Sur Global son unas coordenadas epistémicas invisibilizadas durante siglos por el capitalismo, el colonialismo, el imperialismo y el patriarcado a través de la expansión occidental de las distintas fases del capitalismo hegemónico a partir del Siglo XVI, las cuales se han convertido en tema de los derechos humanos como una coartada para imponer un localismo Globalizado (Santos, 2000), en nombre de una democracia a la que apelaron los discursos oficiales como un significante vacío (Laclau, 2012), que totalizaba cualquier forma de vida en común ajena a los planteamientos del liberalismo.
Para los teóricos de la socialdemocracia como Anthony Giddens, Ulrich Beck y Daniel Bell, la democracia representativa liberal como aliada del capitalismo era una garantía para el Estado de Bienestar y la Tercera Via; pese a las desigualdades de clase, la explotación y los conflictos señalados por los movimientos sociales.
Ese proceso de vaciamiento de las Democracias lo describen muy bien los autores Christian Laval y Pierre Dardot, con el prefijo las "Postdemocracias" como un nuevo orden frente a la nostalgia por las Democracias Perdidas, lo cual vaticinó Gramsci como un monstruo de transición profunda.
Pierre Rosanvallon (2013) delimita lo que caracteriza esas contra Democracias y su desafeccion impolitica en las primeras décadas del Siglo XXI; lo que conllevan al fin de la política.
Un ejemplo de esa práctica son el uso abusivo de los impechman como el aplicado con saña a la Presidenta Dilma Rouseff y posteriormente el enjuiciamiento del líder obrero Lula Da Silva (Lawfare) para impedirle su candidatura en Brasil.
El canon pergeñado por Jurgen Habermas (2003) por la construcción del Consenso y la agenda ( Mendes y Seixas, 2005) con el objetivo de subsumir la política de la ficción jurídica de una esfera neutral (Schmidt, 2009) apolitica.
El citado autor observa: "A grandes rasgos, podríamos definir esa post-democracia, como un Estado de excepción contrademocratico permanente, en el que la crisis no es más que una excusa, sino que, ademas, se constituye en una forma de Gobierno por decreto: una máquina de guerra (Deleuze y Guattari, 1994), la cual pugna por imponerse a partir de una Concepción Jurídica; por tanto política, hegemónica, en la que el Estado de Derecho se constituye como un modelo formal rígido, fosilizado, donde nada puede hacerse en nombre del Estado; todo por y para preservar el Estado de Derecho formal, nominal, en el que la Ley es un fin en sí misma (Nomoarquia), mientras que esté se vacía de contenido, imponiendo una razón política, única, que hay que acatar, a diestra y siniestra, izquierda y derecha, que desdibujan sus programas, especialmente en lo economico, ante el chantaje y la presión de instancias globales que imponen sus agendas de Estado."
El Estado de Derecho, entendido políticamente como el límite del ejercicio arbitrario del Poder establecido por el Derecho, desaparece ante nuestros ojos, Todo lo sólido se desvanece... -segun Marx y Engels en el Capítulo I del Manifiesto Comunista-, o se liquidifica, según Bauman en nuestra Modernidad; incluso el Estado de Derecho, en nombre de la Libertad de Mercado concebida como la primera de las Libertades Políticas, constitucionalizándose; esto es, estableciéndose una jerarquización y subordinación de los derechos, una Demarquía (Hayek, 1998) en la que los privados patrimoniales, adquieren carta de naturaleza como derechos fundamentales".
A pesar de que el Estado se desvanece en algunos aspectos, asistimos también a ver como se vigoriza en lo referido al ejercicio legítimo de la violencia : (Derrida, 2008) a la coerción y represión, a la criminalización de quienes protestan ante las medidas adoptadas (los recortes en Derechos) y la expansión del Poder punitivo a través del establecimiento de una ideología global de la Seguridad: (Foucault, 2004), en la que ésta no es más que la prerrogativa de la ciudadanía ante la arbitrariedad del Estado, sino que además, se establece jurídicamente, desde la política, como prerrogativa del Estado para defenderse de las críticas, protestas e impugnaciones ciudadanas, a través de dispositivos legales y jurídicos que abusan con la coercion y la represión cada vez más violenta; dando lugar a la imposición de una razón política, única, en manos de expertos (Meritocracia), y la extensión de la lógica de la competición, que no es más que el reverso tenebroso de la fuerza de acumulación del capitalismo".
Glosario temático para el Kindergarten del maestro Hermans Escarra
Por: Ignacio Ramirez Romero
Lunes, 12/10/2020 03:12 PM