Efímeras reflexiones

El hombre por naturaleza es un animal político; y no lo sabe

Martes, 20/10/2020 08:53 AM

Cuántas veces, usted, mi respetable lector(a), no habrá escuchado a alguien decir: - Yo no soy político, "Si yo no trabajo, no como"- efectivamente, quien lo arguye está en lo cierto. Si nos retrocedemos al génesis, 3,19: …"Te ganarás el pan con el sudor de tu frente"…hermenéutica que se subsume en un imperativo bíblico que ha activado a la humanidad, a través de los siglos, pero de ahí, a que la persona manifieste que no es político, ya la cosa comienza a tener otra connotación. Ya con el sólo hecho de "trabajar" está adoptando una posición política-social. La familia es una institución histórica con carácter jurídico de gran trascendencia a lo largo de diferentes épocas, con una fundamentación política, caracterizada por el dominio del régimen patriarcal. En cada una de nuestras familias nace el primer hecho político. Hecho que se ve reflejado en las directrices que rigen la actuación familiar. Sin complicarnos mucho la vida; desde pequeños somos normados por nuestros padres; sólo que a ellos no los elegimos, pero nos regimos como una asociación.

Brevemente, comenzaremos argumentando que en su origen, todas las familias tenían un gobierno. En este sentido, Homero en su obra decía: "Cada uno por separado gobierna como señor a sus mujeres y a sus hijos" (Odisea. IX, 104-115). A mi comedido juicio, cada jefe de familia dicta las pautas cómo va a educar a sus hijos, cómo va a administrar su hogar, la forma de imponer sanciones cuando la situación lo amerite, las diferentes formas de alimentar a la prole, a qué hora se entra y a qué hora se sale, velar por la asistencia de la salud física y mental del grupo familiar; llevar la contabilidad doméstica, proteger a los ancianos, supervisar con quién nuestros hijos e hijas se juntan, velar por la recreación y el disfrute de nuestros muchachos, en la abundancia y en la escasez; siempre ajustado a nuestra condición económica, enseñar a los más pequeños a contribuir con los oficios del hogar, cómo defendernos de cualquier agresor que pretenda perturbar nuestras viviendas, entre otros. Política familiar. El hombre es un animal político; y no lo sabe.

Toda esta retahíla de funciones familiares, arriba descritas, en los inicios de la humanidad, si consideramos a la personas como entes políticos- sociales, surgieron de las antiguas "gens" que consistían en una sociedad civil con una cabeza autónoma el pater familiae (Padre de familia) con ciertas atribuciones que quedaban a su antojada discreción. Y por otro lado, una sociedad religiosa, donde el padre dirigía las celebraciones místicas a dioses propios que dirigían el hogar, entre ellos el "El Dios Lar" de allí el origen del término "Hogar". Ahora bien, en la medida que fue expandiéndose la humanidad, se necesitaba controlar la formación de muchas familias en una sociedad, de lo contrario, todo sería una anarquía, ya no como a la manera del "Pater familia". Es así como van surgiendo los estados, pero con la misma naturaleza de las primeras asociaciones (la familia). Estados regidos por un componente jurídico, un territorio y un poder. Este último mi estimable lector(a), representado en un magistrado que dirige la Nación como un gran padre de familia.

Para finalizar estas reflexiones, es bondadoso dejar plasmado que la definición "Política", dentro de tantas acepciones, según el Diccionario de la Real Academia Española (Drae), lo define así: "Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado". En mis haberes de opinión, cada ente, llámese estado, gobierno, en cada uno de sus niveles está sujeto, per se, a dictar lineamientos, normas, leyes y estatutos que deberán ser cumplidos por los ciudadanos, siempre y cuando, hayan sido soberanamente elegidos por la mayoría que hacen vida en un territorio determinado. Así las cosas, esto lo diferencia de la política familiar, donde no elegimos a nuestros representantes, pero como lo mencioné en el primer párrafo, nos regimos por normas intrafamiliares para intentar llevar una convivencia sana, espiritual y familiar, que se ponen cuesta abajo cuando pretendemos convivir con las Políticas Públicas, harina de otro costal, no lo confunda con politiquería. Sería un temazo para otra ocasión.

¡Muchas gracias! "Se acabó la fiesta" como decía mi difunto hermano César. Hasta la próxima.

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