Cuentan quienes la conocieron desde niña que nunca le gusto su segundo nombre: Rebeca del Carmen. Con toda seguridad, esa aversión nada tenía que ver con un rechazo a la Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, que es como suele llamarse a Santa María del Monte Carmelo, cuyo origen está en la Tierra Santa, cerca de Haifa.
Cuentan, asimismo, que desde la adolescencia su alma albergaba una gran ternura. Con su desbordante bondad supo granjearse el cariño de sus compañeros de escuela y de la ciudad de Trujillo, donde nació el 23 de octubre de 1939.
Rebeca se formó en ámbitos religiosos, pero no fue una seguidora dogmática de prejuiciadas normas y reglas sociales que se pretendía imponer, en su tiempo, a los colectivos humanos. Valores y costumbres morales de alta gama recibidos durante su crianza en el hogar paterno, y en el Colegio "Santa Ana" regentado por monjas católicas. Asimismo, en la "Legión de María" congregación religiosa de la cual formó parte.
Firmes principios en defensa de la dignidad humana. Feminista de elevados principios éticos. Siempre supo distinguir lo justo de lo injusto. Sus lemas fueron la defensa de los más débiles y vulnerables; de los enfermos; de los discapacitados; de las mujeres; de la afro descendencia.
Hija del gran educador Mr. William Hacket quien regentaba una escuela de inglés en la ciudad de Trujillo. También era docente en el Liceo "Cristóbal Mendoza". Era originario de Trinidad, pero se asentó en la ciudad desde muy joven, contrayendo nupcias con la boconesa Rosalía Briceño Carrasquero.
Dadas las excelentes calificaciones obtenidas en sus estudios de bachillerato le resultó fácil ingresar a la escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela. Para ese entonces no resultaba sencillo que una "niña" se separara del seno familiar para ir a vivir en otra ciudad, aún y cuando fuera para seguir estudios. Los Hackett Briceño lograron sortear esta difícil situación dado que John William, su hermano mayor, residía ya en Caracas donde cursaba estudios de Economía, en la misma Universidad. En la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV cultivó relaciones con varios dirigentes estudiantiles de la JC. Se hizo, así, militante comunista.
Estando ya en Caracas, cursando estudios universitarios, era enviada por la Dirección Nacional de la JC para que hiciera contacto y llevara orientaciones y líneas políticas a los jóvenes dirigentes que residíamos en el estado Trujillo. La recibíamos con alborozo, pues sabíamos que nos traería las buenas nuevas de la revolución venezolana y mundial. El joven dirigente Lenin Molina, hijo del destacado dirigente comunista Manuel Isidro Molina, a la sazón estudiante de Psicología en la UCV, también era enviado como emisario a Trujillo por la Dirección de la JC.
Su inquietud política pronto superaría las responsabilidades académicas. En esos afanes conoció a Francisco "Pacho" Morales, estudiante de periodismo en la misma universidad y dirigente de la JC. Años más tarde contrajo matrimonio con él. De su matrimonio nacieron cuatro hijos, tres niños y una niña.
Pareja con una agitada vida marcada por la clandestinidad, las detenciones y las huidas de la Digepol. "Pacho" permanecía meses en la clandestinidad. Rebeca, a su vez, participó en la década del sesenta del siglo pasado en la lucha armada contra los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. Comprometida trayectoria que la llevó a enfrentar los excesos de los cuerpos policiales de los gobiernos de Acción Democrática y Copei, entre ellos, el allanamiento de la UCV durante la presidencia de Rafael Caldera.
En la UCV tuvo una larga trayectoria en defensa de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores universitarios. Fue una destacada dirigente gremial. Presidenta de la Asociación de Empleados de la Universidad Central de Venezuela.
Durante años trabajó en la escuela de Antropología de la UCV, pero finalmente dedicó su vida a la Asociación de Empleados de la Universidad Central de Venezuela, y al Movimiento al Socialismo (MAS), organización política de la cual fue cofundadora. Allí se desempeñó como Secretaria Ejecutiva del Comité Disciplinario. Ese partido la llevó al Congreso de la República como Diputada.
Rebeca integró los primeros grupos de estudio sobre la Ley contra la Violencia Doméstica en Venezuela, junto a mujeres como Argelia Laya, Mayita Acosta, Margarita Rondón, Eumelia Barrios y otras insignes dirigentes de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, que sentaron las bases para la elaboración de las leyes más progresistas del país, en temas relacionados con la violencia y los derechos laborales de las mujeres.
Rebeca paso a la eternidad el 10 de enero de 1993. El Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela; esa majestuosa obra arquitectónica que enorgullece el patrimonio cultural de nuestro país, abrió sus puertas para rendirle sus últimos honores. Las nubes de Calder desplegaron esplendorosamente su acústica. En innumerables asambleas y clases magistrales, Rebeca dejó escuchar sus mensajes profundamente humanistas. En su amada UCV Rebeca fue feliz.
Desde esa casa que vence las sombras partieron sus restos mortales. Centenares de ucevistas, en diez autobuses de la UCV, emprendieron su viaje hasta Trujillo para rendir homenaje póstumo por su firme defensa de la autonomía universitaria y construir una Patria con justicia social. Así regresó a su amado terruño.
¡Vida eterna para Rebeca Hackett!