El presidente gringo Donald Trump repite y repite como lema de su campaña electoral que su oponente del Partido Demócrata, Joe Biden, es un peligroso comunista que busca instaurar en los Estados Unidos un modelo similar al que ha impuesto Nicolás Maduro en Venezuela (https://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=165260).
Yo no creo que Joe Biden sea comunista, ni socialista, ni de izquierda. Pero de que su programa de gobierno se parece al de Nicolás Maduro no tengo ninguna duda. Maduro ha impuesto en Venezuela un programa económico abiertamente neoliberal, y silenciosamente ha ejecutado la vieja receta de shock que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) impusieron en Latinoamérica desde las décadas de 1970-1980. Es decir, así como Biden no es comunista, Maduro tampoco lo es.
Ambos partidos estadounidenses, Demócratas y Republicanos, han empujado desde hace más de 40 años el modelo neoliberal por todo el mundo, apoyándose en los órganos multilaterales que ellos controlan desde su creación en 1944, el FMI y el BM. Estos dos partidos son neoliberales, defensores del sistema capitalista, y han estado siempre opuestos completamente a cualquier tipo de reforma democrática. Mucho menos se puede pensar que alguno de estos partidos pueda considerarse como "anticapitalista" y promotor de una alternativa de transformación social popular para los Estados Unidos.
Pero sucede que en los Estados Unidos se ha venido levantando un movimiento social de protesta a lo largo de la última década, que ha tomado cuerpo en movimientos como Black Lives Matter (Las vidas de los negros son importantes) y otras organizaciones que reivindican derechos de minorías y de los trabajadores en general. Muchos de esos movimientos están vinculados de alguna manera al Partido Demócrata, aunque no sean propiamente una iniciativa política de ese partido.
El sistema político estadounidense, que sólo admite de hecho a dos partidos, muy similares en sus programas y en sus ejecuciones de gobierno, ha obligado a sectores del movimiento popular organizado a buscar expresión política a través de uno de esos partidos que se reparten el poder. En este caso, el partido demócrata ha servido de "aliviadero" para que minorías negras, latinas, indígenas y otros grupos puedan actuar en las disputas electorales como la actual campaña presidencial.
Pero de allí a creer que Biden sea comunista, o ni siquiera de izquierda, hay mucho trecho. Por el contrario, la candidatura de Biden se impuso a última hora como maniobra de la élite del Partido Demócrata, para cerrarle el paso al precandidato Bernie Sanders, quien sin ser ningún revolucionario anticapitalista, ha representado en los últimos años a esas tendencias progresistas y transformadoras que a duras penas se han abierto paso dentro del férreo entramado político bipartidista que por 200 años ha controlado al sistema político norteamericano.
Trump miente descaradamente al acusar a Biden de izquierdista. Como miente a diario Nicolás Maduro autocalificando a su gobierno como "socialista" y "obrerista", cuando es precisamente todo lo contrario.
Maduro tiene el triste mérito de haber llevado en Venezuela el grado de explotación del trabajo asalariado por el capital hasta niveles que no pudieron alcanzar otros gobernantes neoliberales del pasado latinoamericano como Pinochet y Videla, o más recientes como Piñera, Macri, Bolsonaro y Duque.
Por eso decimos que en ese plano demagógico de los falsos discursos, Maduro es tan comunista como Biden. Un eventual gobierno de Biden aplicará recetas neoliberales tanto como las ejecutadas por su compañero de partido Obama, o el mismo Trump, que se ubica en "la acera contraria".
Todos son caimanes del mismo pozo capitalista neoliberal. Biden, Trump y Maduro no se diferencian en nada en ese plano del programa económico neoliberal.
Biden y Trump si se diferencian en su perspectiva geopolítica mundial. Trump se ha propuesto modificar el papel que ha cumplido USA en el Bloque de Poder Occidental a partir de 1945, renunciando a seguir fortaleciendo a la OTAN y demás organismos multilaterales que han protegido a la burguesía del mundo occidental y cristiano; Trump busca restringir su esfera de acción al territorio de los propios Estados Unidos.
Esta última razón es lo que explica en parte la enorme polarización que se ha presentado en la actual campaña presidencial de los Estados Unidos. Una parte de la burguesía gringa respalda a Trump en su intento de continuar con su política de "USA primero", pero otro sector igualmente poderoso de esa burguesía, en alianza con las elites burguesas de la Unión Europea, respaldan a Biden tratando de mantener el "status quo" de la posguerra, pues para ellos el camino que sigue Trump puede significar una catástrofe para el mantenimiento de ese bloque occidental, sobre todo si se toma en cuenta las formidables competencias en término de crecimiento económico y poderío militar que tanto China como Rusia han venido representando en los últimos años.
Esto explica que importantes líderes republicanos como el ex-presidente Bush y el ex-candidato presidencial Mc Cain hayan manifestado su respaldo electoral a Joe Biden. Igual ha ocurrido con los principales líderes europeos como Macron (Francia) y Merkel (Alemania), que también han hablado de su simpatía por Biden y de su oposición a Trump.
Es por ello que a Maduro en el fondo le conviene el triunfo de Trump, y a los opositores pitiyankis venezolanos deberían más bien respaldar a Biden.
Por nuestro lado, seguimos reivindicando la soberanía de la nación y de todo el pueblo venezolano, y que gane quien gane en los Estados Unidos, y gobierne quien gobierne en Europa, la salida a la crisis general que vive Venezuela debe surgir de los propios venezolanos. Una forma de buscar esa salida es aprovechando estas elecciones a la Asamblea Nacional para expresar el repudio al gobierno del PSUV-militares, y a la vez rechazar la salida intervencionista aupada por Guaidó, votando por cualquier candidato que sea genuina oposición a estos bandos burgueses diferenciados sólo por los bloques geopolíticos del capitalismo mundial.
El respaldo a mi candidatura en el primer puesto voto lista por el Estado Zulia del partido UPP89 será una forma de empujar a una recuperación de fuerzas populares y nacionalistas, en un momento donde los intereses foráneos intentan determinar, de bando y bando, el futuro de Venezuela.
Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 24 de Octubre de 2020.