Los Bloqueos, Los Anti-bloqueos y el derecho de todo un pueblo a ser libres y soberanos

Sábado, 31/10/2020 07:20 AM

El debate que se ha abierto en el marco de la aprobación de la Ley Anti-bloqueo para el desarrollo nacional y la garantía de los Derechos Humanos, una Ley constitucional, en el marco de la constituyente, nos parece de extrema importancia para el país, más aún en medio de la situación crítica, por la que atraviesa nuestro pueblo. Abrir espacios para el debate profundo, se convierte en una urgencia, más aún cuando se está planteando una revolución, que debe ser valorada por la dirigencia, pues estamos seguros que en medio de la tormenta de ideas que se generan, muchas de ellas pueden dar luces para seguir trazando sendas libertarias, que al mismo tiempo den al traste con la "opinología del desastre", de quienes en muchas ocasiones, por la crudeza del momento, pierden (perdemos) las perspectivas, obviando, que nuestro país está luchando en contra de imperio más asesino que ha conocido la historia de la humanidad. En todo caso, no queremos desmeritar ninguna de las opiniones dadas, pues tan válidas son las de los/as intelectuales, científicos/as, de la dirigencia política, como las del chavismo de base, o de quien le tocó en algún momento acostarse sin comer, lo cierto es que éste debate será trascendente en el tiempo, y lo poco o mucho que hagamos en la actualidad será recordado en los tiempos venideros, como una posibilidad real de cambio estructural de nuestra sociedad.

Hay que hablarle claro al país, y al mismo tiempo dejar abierto el camino, para que las dudas que surjan desde las profundidades del pueblo puedan ser aclaradas y que bajo ningún concepto se mancille la senda hacia la construcción de una nueva sociedad, llamémosla socialista, o trans-moderna, pero que de al traste definitivo con la vorágine capitalista a la que hemos sido sometidos a lo largo de nuestra historia. En ese sentido debemos dar muchos saltos en lo que a Anti-bloqueos se refiere, ya con la promulgación de la Ley, avanzamos en lo jurídico, ahora debemos hacerlo en el plano de lo subjetivo, labor mucho más cuesta arriba, pues lo que está en cuestión es nada más y nada menos que la superación de un modelo civilizatorio, re-productor de la dependencia y el colonialismo.

Hemos tenido la oportunidad de leer (y re-leer) la Ley, y muchas otras opiniones que se han escrito sobre la Ley, todas de sumo valor, como por ejemplo, algunas alrededor del derecho constitucional, desde la economía, desde la rabia cotidiana, en nuestro caso, en este texto nos corresponde hacer un breve análisis desde lo histórico, haciendo hincapié a lo relacionado con la ciencia y la tecnología, sin embargo, no dejaremos de lado la necesaria incorporación de una semántica del Anti-bloqueo, pues estamos convencidos que en este sentido tenemos mucho por decir y por hacer.

Bloqueos.

Absolutamente nadie, puede negar la existencia del imperialismo. Ha sido bastante documentada la existencia del mismo, desde que el mismo Bolívar hizo las denuncias correspondientes tanto al imperio español, como al emergente imperio estadounidense, que en aquel momento ya plateaba su doctrina, en la que enarbolaba la idea de que América (en este caso la América toda), sería para los americanos (del norte), pasando por el mismo Lenin, cuando expuso en una de sus obras la idea de que el imperialismo no representaba otra cosa, que la fase superior del capitalismo; hasta vivirlo en carne propia con aquel asedio en nuestras costas de flotas enteras para bloquear a nuestra patria, por haber reclamado tímidamente en 1902, la imposibilidad de saldar viejas deudas y el pago justo por el petróleo que recién se explotaba en nuestro territorio, sumado al desplazamiento de la vieja clase política "caudillesca" que en otrora controló política y económicamente al país. Se registró que la historia se desarrolló en los siguientes términos:

… la New York and Bermudez Company, Concesionaria estadounidense de asfalto en el lago de Guanoco, entregó dinero a Matos (viejo Caudillo) para organizar la revolución; pero otros capitales también facilitaron recursos, entre ellos la compañía francesa de cables submarinos y la compañía alemana del ferrocarril Caracas-Valencia, quienes proveyeron asistencia en varios aspectos. Esperaban a Matos en el poder para ver favorecidas las inversiones y fines del capital extranjero. Matos arreglaría cuentas con los tenedores de bonos, empresas, súbditos extranjeros y casas comerciales y Bancos en los cuales tenía intereses el mismo Matos (Carrero, 2010; p. 284).

Lo ocurrido en aquél momento, a inicios del siglo XX en las costas venezolanas es reflejo del actuar de varias potencias que estaban ya en disputa por la hegemonía global, Alemania, Inglaterra, Francia y los Estado Unidos, imponían al resto del mundo las reglas del juego económico, y quien no las cumpliera al pie de la letra, se convertía en un "dictador" para la narrativa hegemónica emergente, por tanto había que someterse, agachar la cabeza y aceptar el destino manifiesto impuesto por el mercado. Para entonces la disputa no estaba únicamente en Venezuela, la intención era el dominio de la región, y sus recursos estratégicos, habían intereses para el momento por controlar el naciente canal de Panamá y todo lo que significaba el control del comercio inter-oceánico.

… El cobrador con el recibo y el esbirro con el cañón se juntan de nuevo, como figuras frente a nosotros, en aquella coyuntura. La crisis brotó de dos fenómenos que allí se juntaron. El desorden interno de Venezuela, fruto de la descomposición de una sociedad oprimida y dependiente y el nacimiento del imperialismo como sistema mundial de dominación coincidieron en el bloqueo imponiéndole al país vibrantes días de cólera e incertidumbre ante los cañones extranjeros (Rangel, 1999; p. 139).

De esta forma, la planta insolente, esa que está viva y que tiene otras máscaras, profanó el suelo sagrado de la patria a principios del siglo XX. Sin embargo, el proceso del desarrollo de los "bloqueos" siguieron su curso, ahora en el plano de lo cultural, cognitivo y científico. La dependencia y el neocolonialismo definitivamente se consolidaron en el transcurso de los siglos XIX y XX, y por supuesto, dejaron importantes secuelas en lo estructural de nuestras naciones. En ese sentido, han sido múltiples las denuncias que se han hecho, en diferentes momentos, sobre esta situación que devino, producto de años de dominación imperial sobre nuestros territorios. De tantos ejemplos que podemos dar, hagamos referencia a los documentos, denuncias, ponencias y algunas declaraciones y resoluciones de lo que fue el congreso cultural de Cabimas, celebrado en el Estado Zulia en el año 1970.

Este evento aglutinó a una buena cantidad de intelectuales, artistas y cultores que habitaban a lo largo y ancho del territorio nacional, juntos decidieron desarrollar éste congreso en la ciudad de Cabimas, por ser un ícono de la industria petrolera. En ese congreso participaron buena cantidad de personajes de la vida pública nacional, todos unidos en contra de la dependencia y del neocolonialismo, pues para el momento "teníamos" un industria petrolera que generaba bastas riquezas al Estado, pero paradógicamente se "desarrollaba" el subdesarrollo del país. La dependencia se hacía cada vez más sólida, al punto que el ministro Bruzual, para aquellos años afirmaba que nuestro país debería dejar de catalogarse como integrante de la OPEP, para formar parte de otra categoría que debiera denominarse OPIP, pues ya se consolidaba otra "organización", la de Países Importadores de Pasgüatadas. El Grupo "Ciencia para la Acción", en entrevista hecha para el congreso, afirmaba que:

En los países desarrollados el avance científico está en estrecha relación con el "avance económico", entendiendo este último como el perfeccionamiento de los mecanismos productores de capital sin implicar una mejor distribución de las riquezas. En otras palabras se trata de dejar claro que, en los países desarrollados, la ciencia está vinculada con la ideología de la explotación, cuya expresión fundamental lo constituyen, por un lado, la "sociedad de consumo" y, por el otro, el militarismo destinado a conservar, mediante la guerra, esa sociedad de consumo (Rivodó; 2017; p 71).

Claramente, estudiosos como Rodolfo Quintero, y los participantes en dicho congreso, sumado a una buena cantidad de intelectuales, cuestionaron en profundidad la cultura de la dependencia y la subordinación que el petróleo venía consolidando en el país, aquella imagen del Musiú, que hablaba ingles en el campo petrolero, con la firme intención de que los locales no supieran en lo absoluto de los procesos y procederes tecnológicos relacionados con la industria, representaba un agravante a nuestra soberanía. No era nuestra la industria, no eran nuestros los procederes, no era nuestra la tecnología, ni siquiera era nuestro el capital que tamaña industria generaba, pues como nunca antes, nuestra patria sufría los vejámenes de la fuga de capital. Preguntas sin respuestas, "bloqueos" (en este caso culturales, mentales) impuestos para nuestro desarrollo soberano, fuga de cerebros y de capitales, hacían de nuestra patria un paraíso para la expoliación. Venezuela se convirtió de esta forma en territorio de "Mujeres hermosas" exhibidas en certámenes de belleza, núcleo central para la producción de telenovelas que inundarían la nueva cultura impuesta a lo largo y ancho de América Latina, y en tierra fértil para los negocios y el crecimiento económico de forma vertiginosa; algunos la conocieron como la Venezuela Saudita, la de la borrachera del dinero, aquella que se dejó estafar hasta por falsos Jeques. ¿Y nuestras Universidades? ¿Y nuestros Científicos? ¿Y la Soberanía? Eran preguntas fastidiosas, trasnochadas, hechas por los profetas del desastre, aquellos que advirtieron, que si al país le arrebataban los ingresos petroleros, podría llegar a ser una nación tan pobre como Somalia.

Afirmaban entonces, en el Congreso Cultural de Cabimas, que era imposible que la Ciencia y la tecnología, por su estado de subordinación, sacaran al país del atraso, la pobreza y la dependencia en la que se encontraba, para que ello fuera posible se necesitaba un cambio político en el país, que diera una lucha titánica contra el imperialismo (2017; p. 221). Para decirlo con Enrique Dussel, nuestros países se fueron convirtiendo en sucursales del saber producido en los grandes centros del capitalismo global, y nuestros centros para la producción científica, se dedicaron en buena parte a hacer malas copias de un saber que estaba más al servicio de los intereses de las grandes potencias, salvando honrosas excepciones, en contraposición de lo que realmente el país y el pueblo Venezolano requerían con urgencia.

Los Anti-Bloqueos.

Ya lo había dicho Gramsci en algún momento, la revolución será cultural o no será. Empresas de propiedad social, Grupos de Intercambio Solidarios, cooperativas, Fundos Zamoranos, Núcleos de Desarrollo Endógeno, Leyes del poder popular, Plan de la Patria, Plan en ciencia y tecnología, y un sin fin de otras propuestas que han dejado una basta experiencia en cuanto a nuevas posibilidades societales, han sido elevadas con el mayor compromiso social y político con el país, sin embargo, pudiéramos decir, sin temor a equivocarnos, que algo ha faltado. ¿Cómo hacer verdaderamente y en profundidad un ejercicio decolonial, que nos permita plantear nuevos horizontes epistémicos? ¿A partir de qué o cuáles principios podemos construir nuevos paradigmas para mirar y entender a la sociedad desde lo complejo? ¿Ciencia liberal o libertaria, Conocimiento Libre o solidario, tecnologías desarrollistas o soberanas? No sabemos, no tenemos todas las respuestas. Sin embargo, es necesaria la pregunta. Si preguntamos, dejaremos de obedecer a la costumbre como los necios, de esta forma daremos rienda suelta a la duda que nos inquieta. Preguntemos sobre todo lo que nos rodea. Hagámosle preguntas a nuestro sistema educativo, a la "tradición" gastronómica del supermercado, al sistema de salud, a la producción de alimentos, al modelo económico, a lo que concebimos como riqueza, a la ciencia, a los científicos/as, a los/as maestros/as pueblo, a los/as Tecnólogos, a la dirigencia, a los/as Subalternos. Hagamos preguntas sobre los bloqueos y los anti-bloqueos, sobre nuestro sistema jurídico, de esta forma, estamos seguros, encontraremos nuevos rumbos, mucho más democráticos, políticamente viables y socialmente sustentables. Dejar de ver al mundo desde las separaciones propias de la ciencia moderna occidental, representa uno de los grandes retos a los que estamos sometidos en éste nuestro tiempo, por tanto mirar la totalidad de los procesos sociales, ambientales y eco-sistémicos, puede dar cuenta de otras formas de saber, que nos ayuden a salir del bloqueo cognitivo impuesto por el Eurocentrismo occidental al sur y al trópico global.

Recientemente se ha publicado en el marco del proceso constituyente una ley de carácter constitucional, la cual es denominada como Ley Antibloqueo para el desarrollo y la garantía de los derechos Humanos, en esta Ley, se abordan elementos de sumo interés para la sociedad Venezolana, en el marco de los ataques desarrollados en contra de nuestra patria, más ahora cuando el discurso imperial, cargado con todo el peso de la degradación que evidencia la decadencia de su propia hegemonía, y que al mismo tiempo representa un peligro extraordinario, pues los ataques han puesto en turbulencia a la cotidianidad misma del venezolano todo. En ese sentido, Las finalidades de la Ley recién aprobada, son bastante explícitas, como por ejemplo, dar rienda suelta a procesos de lucha colectiva, por alcanzar aquello que el presidente Chávez denominó el bien más preciado, LA INDEPENDENCIA. En el artículo 3 de la mencionada Ley, en su numeral #2, se afirma textualmente, que entre otras cosas la finalidad de esta herramienta jurídica es: Favorecer un desarrollo armónico de la economía nacional orientado a generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica y tecnológica del país, en los términos previstos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la Ley Constitucional del Plan de la Patria. Además de lo anterior, se hace hincapié, en la necesidad de generar un conocimiento pertinente (Art. 16), que haga levantamientos científicos de los efectos que los ataques contra el país generan a la población, pero también que se puedan generar procesos de producción de saber para avanzar en la construcción de nuevos horizontes, que nos permitan romper las cadenas del neocolonialismo cultural. En ese sentido, se persigue desarrollar inversiones importantes en diferentes áreas del ámbito económico, social, cultural y científico tecnológico, para alcanzar entre otras cosas la soberanía y la independencia tecnológica (Art. 18).

Finalmente es mucho lo que podemos decir de la Ley, desde los elogios y las miradas detractoras, sin embargo, lo que no podemos negar es que con la aprobación de la ley Antibloqueo, se abren posibilidades sumamente interesantes para la investigación en el marco de avanzar hacia la posibilidad de superar la dependencia científica y tecnológica de un país como el nuestro, sometido a una relación cultural de enclave. Tocará en este caso, embestirnos con los fueros sólidos de los argumentos, para defender los Derechos Humanos, y empezar creativamente a plantear soluciones a los problemas presentados por un país bajo asedio.

Se agotó el tiempo. Seamos parteras/os del nuevo mundo.

Avanzar, es dar cuenta de la construcción de herramientas y procesos que nos permitan sanar las heridas profundas que se han abierto en nuestro pueblo, producto de una infinidad de acciones que lastiman las esperanzas cotidianas de las mayorías, especialmente a causa del grosero ataque a nuestra patria, en sus múltiples modalidades, desde la infinidad de estrategias empleadas por el imperio más poderoso del mundo, ese mismo que se ha caracterizado por ser el más genocida, que a sangre y fuego pretende imponer a la humanidad un modelo civilizatorio que a todas luces surge como inviable en cuanto a la aspiración burguesa del crecimiento sin techo, aun a sabiendas de que en el planeta existen recursos finitos.

A propósito de las posibilidades, las cuales pasan por el desarrollo de las capacidades propias para afrontar la crisis generada por el Bloqueo económico y cultural al que ha estado sometida nuestra patria, saludamos con gran optimismo la convocatoria hecha por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación de la República Bolivariana de Venezuela, Sobre el Impacto integral de las sanciones políticas, económicas y financieras aplicadas a la República Bolivariana de Venezuela. Esta convocatoria, resulta ser una oportunidad para el estudio profundo de nuestra situación actual, en sus términos históricos, epistémicos, coloniales, pero al mismo tiempo podemos dar cuenta de las consecuencias de esta arremetida en contra de nuestro pueblo, revisando el impacto que estas medidas arbitrarias han ocasionado en el ámbito educativo, en la salud, la alimentación, teniendo en consideración 5 ejes estratégicos para el desarrollo de los planteamientos investigativos: 1) Ciencia tecnología y Sociedad; 2) Estado, Gestión pública, seguridad ciudadana y poder popular; 3) Demografía, Población y Sociedad; 4) Educación, Comunicación, Cultura y Entretenimiento; y 5) Economía: Energía, Ambiente, Finanzas y Oferta Monetaria.

De esta forma, construir propuestas, labrar senderos propios, se hace imprescindible, porque ya el sur global ha demostrado ser victima de políticas monetaristas neoliberales, con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros organismos financieros al servicio de los intereses del imperialismo, destrozando soberanías y esperanzas de los pueblos, afianzando la dependencia y el neocolonialismo en territorios que desde hace tiempo se vienen planteando posibilidades contrahegemónicas.

Pudiéramos, preguntarnos, ¿Dónde se inserta La ciencia, la tecnología y la Innovación en medio de éste combate por la soberanía? Sabemos que ha sido labor central del Ministerio De Ciencia, Tecnología e Innovación, Impulsar procesos de investigación, innovación y Desarrollo, buscando el diálogo de saberes entre lo formal y lo empírico, entre lo académico y lo popular, con la visión de construcción de saberes pertinentes y socialmente útiles para la solución de problemas que afectan a la cotidianidad. Estamos en sintonía, al decir que no se trata de negar ningún tipo de conocimiento, incluso estamos luchando contra lo que Boaventura de Sousa Santos denomina pensamiento Abisal, precisamente para superarlo, para dar cuenta de nuevas concepciones del saber, donde lo "desconocido", o lo históricamente negado pueda participar en la creación de posibilidades contrahegemónicas en el marco de la lucha Antiimperialista. En ese sentido los planteamientos por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, buscan la construcción de nuevas categorías Onto-epistémicas, Trans-modernas para decirlo con Dussel, pues se propone la superación del modelo rentista dependiente, para dar paso a una posibilidad del desarrollo endógeno solidario y descolonizado, con tecnologías propias, autónomas, e independientes. Propiciar el diálogo entre los saberes científicos, en términos trans-disciplinarios, en franco reconocimiento con otros saberes del ámbito humano se convierte en una ruta a seguir, más cuando a nuestro país no le queda sino la opción de la creación cognitiva, elegimos el estilo CREA, ese del que habló Varsavsky como herramienta para avanzar hacia la construcción de la nueva sociedad. La pandemia del covid-19, los ataques del imperialismo a nuestros país y la ley del Anti-bloqueo, la cual comentamos anteriormente, generan un potencial lugar para la reflexión y la puesta en escena de planteamientos que permitan revertir los efectos propios de una situación de convulsión social, psicológica y de salud como la que genera la circunstancia a la que nos somete la realidad presente.

En ese sentido, el post-rentismo debe dar cuenta de un nuevo modelo económico, más solidario, que fortalezca nuevas relaciones sociales entre las comunidades o entre los sujetos que a ellas pertenecen, por eso, desde hace tiempo, y con lo que fue la propuesta de La Misión Ciencia, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación viene empujando hacia el fortalecimiento de procesos de escalamiento en materia productiva, tanto privada como colectiva, como del fortalecimiento de nuevas formas de concebir lo productivo, desde lo que es la economía solidaria y comunal, hasta la digitalización de las nuevas posibilidades productivas, todo esto con el firme objetivo de superar la característica parasitaria del Estado Rentista y avanzar en la producción tecnológica que necesita nuestro país en la actualidad. Activar los "centros de tecnólogos" a nivel nacional, crear nuevos Programas Nacionales de Formación que atiendan el asunto de la ciencia, la tecnología y la Innovación, y fundar centros de investigación y de estudio para el desarrollo tecnológico con pertinencia y socialmente útiles, puede ser una labor central para la consolidación de nuevos procesos que defiendan la soberanía, desde una concepción diferente del desarrollo de las fuerzas creadoras y productivas del país.

El Ministerio, en esta convocatoria para la investigación, está haciendo un llamado a la construcción de nuevos referentes cognitivos, está invitando a hacer un ejercicio integrador entre la ciencia y las políticas públicas, pero fundamentalmente está abriendo una posibilidad paradigmática transformadora, la cual tiene que ver con el desarrollo de la "comunalización" de la ciencia, la cual entienda que la defensa de la vida forma parte de un ejercicio integral y sistémico. Salud, Ciencia, Tecnología, Industria, agroecología, Alimentación, Ambiente, Turismo, Formación, Finanzas, Historia, sociedad, política, cultura, entre otras, forman parte de un listado, que sabemos es mucho más amplio, el cual debe ponerse en diálogo permanente con la posibilidad de profundizar nuestra búsqueda por la soberanía, en ese contexto, la Ley Anti-Bloqueo, debe convertirse en herramienta para alcanzar estos fines supremos.

El mesías del norte se ha quitado la careta, y hoy le conocemos su rostro cargado de horror. Se agotó el tiempo, por ello debemos hacernos de las herramientas necesarias, que nos permitan mañana, abrir las grandes Alamedas, por las que transite la mujer y el hombre libre, en búsqueda de la tan soñada alborada.

Referencias:

  • Carrero, Manuel. Cipriano Castro, Soberanía Nacional e Imperialismo. Colección La Expresión Americana. N°32. Fundación Biblioteca Ayacucho. Caracas. 2010.

  • Rangel, Domingo Alberto. Cipriano Castro, Semblanza de un Patriota. Editores Mérida. Serie biografías-Historias-Documentos. Caracas. 1999.

  • Rivodó, Joussette y José Luís Omaña (comp.). Memorias del congreso cultural de Cabimas. Editorial el Perro y la rana. Plan nacional de formación de la lectura. Caracas. 2017.

 

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