Amuay: refinería bajo asedio imperialista

Lunes, 02/11/2020 02:54 AM

Si la biopolítica alude a la relación entre la política y la vida; la necropolítica, alude a la relación de la muerte con la política, su utilización para la obtención de determinados fines políticos. Los medios de comunicación y las llamadas redes sociales, juegan un rol fundamental en el logro de tales objetivos políticos al distorsionar lo real y convertirlo en lo aparente, lo creíble para las masas, aunque la verdad aparezca tiempo después. La necropolítica, es de vieja data. El terremoto del 26 de marzo de 1812, que azotó las grandes ciudades de la Venezuela colonial de aquellos años, fue utilizado por la iglesia católica romana, cuyos sacerdotes estaban al servicio de la corona española, como herramienta para desprestigiar la causa de la liberación nacional. El caos producido por el terremoto, fue utilizado por los sacerdotes para inducir el miedo a los pobladores por la causa republicana y libertadora, le señalaron como un "castigo divino" por haberse atrevido a desafiar la autoridad de Fernando VII e instaurar en Caracas, "un gobierno impío y ateo que había ido en contra del soberano reconocido por Dios". Poco importaron, a los representantes de Dios en la tierra, la mortandad que causó ese evento natural. El francés Jean-Baptiste Boussingault, señaló en 12.000 personas, el número de víctimas, tan sólo en Caracas. El hecho, que ocurriera un jueves santo y que ciudades bajo poder republicano, como Caracas, La Guaira, Mérida, El Tocuyo y San Felipe, acabaran destrozadas, permitió que la iglesia católica, manipulara a favor de la causa de la corona española, de los realistas: "…los fanáticos bajo el dominio del clero lanzaban sus consignas diciendo: -en Jueves Santo lo hicieron, en Jueves Santo lo pagaron-… Y es que el terremoto de 1812 es sólo un hecho aislado en la historia venezolana de cómo el clero se ha valido de estos instrumentos para preservar su infalible religión, porque pareciera que el fin justificara los medios, aunque se violen los preceptos más sagrados" (Postura de la Iglesia católica en el proceso de emancipación de Venezuela, FLORES, Jonás, Colección Cada día un libro, Editorial El perro y la rana. 2007). Bien pudiéramos afirmar, que esa fue la primera vez que se utilizó a la muerte con fines políticos, a favor de la causa de la corona española y, en detrimento de la causa independentista. De hecho, el Padre Libertador Simón Bolívar, le adjudicó a dicho terremoto y el rol jugado por los clérigos monárquicos, como una de las causas que motivaron la caída de la primera república.

Tal actitud de los sacerdotes "monárquicos" españoles, ha tenido continuidad a todo lo largo de la historia republicana de nuestra Nación. Hoy, la vemos expresada en el antibolivarianismo, manifiesto y militante, del Arzobispo de Caracas, monseñor Baltazar Porras, para quien el Libertador Simón Bolívar es un muerto, un cadáver sin vida, lo que convierte a Porras en el sepulturero de las ideas y pensamientos del Padre Bolívar. Baltazar Porras, utiliza por estos días de finales de octubre, la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, con fines políticos de oposición al gobierno, Bolivariano y Constitucional, del Presidente Nicolás Maduro. Es el necropolítico, por excelencia, hecho monseñor de la iglesia católica, heredero del Dominico Felipe Mota, quien ante el terremoto del 26 de marzo de 1812, que azotó Caracas, gritaba iracundo y lleno de odio: "Esta catástrofe es un castigo del cielo, porque los venezolanos se han rebelado contra su Rey… Fernando VII es un bendecido de Dios… Debemos pedir perdón por este pecado y clamar fidelidad a España… Abajo la República".

¿Quién podría creer que una dama, "tan decente ella", como Hillary Clinton, con tanta alcurnia entre los millonarios de EEUU, sería adoradora de la muerte? Así, lo develó WikiLeaks, en los correos de Hillary Clinton. En uno de ellos, la doña, realiza rituales satánicos en los que utiliza sangre, semen y leche materna, y el corte en el dedo central de la mano juega un rol, no descrito en dichos correos, pero que bien valdría la pena, que doña Hillary, le explicara a sus seguidores y seguidoras. Con razón, la entonces secretaria del departamento de Estado de EEUU, una vez que se enteró del asesinato de Gadaffi, celebró con notable alegría el crimen de un ser humano. Lo cual, ocurrió en octubre 2011, durante una entrevista de televisión al ver las imágenes de un video que mostraba al líder libio, golpeado y sodomizado con una bayoneta por sus verdugos, antes que lo asesinaran, a lo cual exclamó Hillary: ¡Wow! Le dio media vuelta a su entrevistador y exclamó, iracunda de felicidad: "¡Vinimos, vimos y murió!". A continuación, soltó una carcajada llena de placer, casi que un orgasmo tuvo en ese momento, en vivo y directo. Tal nivel de necrofilia, da muestras de cuán perversa es la élite gobernante imperialista, y cuánto disfruta del asesinato de quienes consideran sus enemigos políticos, y cuán poco valor tiene la vida para esa élite imperial.

Es por ello, que, cuando utilizan la vida de seres humanos para la obtención de sus fines políticos, más bien politiqueros, esa derecha internacional, en general, y en particular, la oposición que hace vida política en Venezuela, no podemos sino manifestar nuestro repudio por tan deplorable forma de actuar. Así, por ejemplo, en el año 2012, la Mesa de Unidad Democrática, que participaba con el candidato Henrique Capriles Radonski, en las elecciones presidenciales de ese año, hizo uso de la necropolítica para intentar obtener la victoria electoral. Amuay, fue utilizado como el epicentro del shock que intentaban causar a nivel nacional para intentar revertir unos resultados electorales que parecían irreversibles, a favor del candidato de la Patria, Hugo Rafael Chávez Frías. Decía, Milton Friedman, fundador del neoliberalismo: "sólo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable". El asunto, pasa entonces por crear la crisis y saber utilizarla en favor de los propósitos y fines políticos de la oposición. Una refinería, que a su alrededor se han construido miles de viviendas, valga decir, lo que ocurra a la refinería los afectará a todos por igual. Una refinería, que el imperialismo, le ha dado tanta importancia que la han convertido en objetivo militar, solo que, no solo militares son afectados por los proyectiles imperialistas, sino miles de civiles también.

Dice, el filósofo camerunés Achille Mbembe, en su definición de necropolítica: "es la forma de cómo el poder se apropia de la muerte como una forma de gestión pública. Decide quien debe morir, cuando y donde debe ocurrir la muerte". Solo que, en el caso venezolano, no es el Estado quien se ha atribuido esa potestad, a lo largo de estos 21 años, sino factores políticos de oposición al Estado, aliados a los imperialismos de EEUU y Europa. Así ocurrió, el 24 de agosto del 2012, a las 11:57 de la noche, que una abertura –ocasionada intencionalmente- de al menos 2,9 pulgadas en una tubería, permitió la fuga masiva y abrupta, que en solo diez segundos, creó una densa nube de olefinas de siete metros, y a los diez minutos, se generó una explosión que no solo afectó la refinería sino sus alrededores. El evento catastrófico, dejó un saldo de 47 personas fallecidas y 135 heridos, además de afectaciones físicas a centenares de viviendas de los alrededores de la refinería. La presencia de reporteros y comunicadores de medios de la derecha (RCN y Globovisión) en el momento en que suceden los hechos, daba prueba suficiente para sospechar de dónde provenían los tiros. Asimismo, una vez que ocurre el evento, la oposición apátrida le da una connotación político-electoral y deja a un lado la solidaridad con un pueblo que apenas lloraba sus muertos. La jerarquía eclesiástica, jugó su rol político de oposición también, al intentar posicionar la idea de que el gobierno Bolivariano mentía sobre lo ocurrido, y no decía toda la verdad sobre el número de muertos. Días previos, los medios, habían hecho publico declaraciones de representantes de la embajada de EEUU en Caracas, sobre reuniones de éstos con directivos de empresas de estudios de opinión, encuestadoras, quienes le informaron que la brecha Chávez-Capriles era insuperable; lo sorprendente fue, que en esa reunión, el representante de la embajada, les respondió: "que tendrá lugar un acontecimiento de impredecibles consecuencias que cerrará dicha brecha", dejando entrever que, dicho evento, propiciaría la caída estrepitosa del candidato Chávez. Así juegan con la vida de Usted compatriota, poco o nada, les importa su vida si la misma no beneficia sus fines de obtención del poder. Hugo Chávez, manejó –magistralmente- esa crisis originada por la catástrofe. La oposición apátrida, dirigida desde Washington, con sus medios de comunicación, acentuaba su campaña insistiendo que la causa de la misma era la falta de mantenimiento por lo cual, el responsable era el gobierno. Las pérdidas materiales, fueron estimadas en 1.100 millones de dólares. Hugo Chávez, derrotó esa tentativa de revertir las encuestas, y obtuvo una victoria de las más grandes, obtenida por candidato alguno en la historia de la República.

Casi un año, duraron las investigaciones que evidenciaron que –efectivamente- la falta de mantenimiento no fue la causa de dicho evento catastrófico, sino que fue producto de un acto de sabotaje: "La fuga de olefinas a la atmósfera ocurre al abrirse la brida entre el cabezal y la caja de succión de la bomba P-2601, al fracturarse los espárragos que la sujetaban. Los espárragos se fracturaron debido a un proceso de fatiga mecánica como resultado de haber sido aflojados en forma intencional (…) La nube de gases de olefinas que escapó de la brida de la bomba P-2601, se desplazó en sentido sur-este hacia el área del Destacamento 44 de la GNB y se incendió al tratar de ponerse en marcha un vehículo durante la fase de desalojo de los efectivos de la GNB", refiere el informe de la Comisión Técnica que realizó la investigación. Apenas se hizo público dicho informe, se desataron las jaurías de los adoradores de la muerte para intentar desmentirlo. 47 muertos, 135 heridos, 3.403 viviendas afectadas por la explosión, 11 tanques, 08 esferas, 08 bombas, tuberías y equipos de instrumentación y una subestación eléctrica dañada. En fin, los daños fueron cuantiosos, toda una catástrofe nacional. Aun así, los adoradores de la muerte, una vez que se hizo público el Informe Técnico, salieron a desmentirlo e intentar imponer su falsa verdad. La entonces diputada, María Corina Machado, expresó: "Se ha llegado a una conclusión clara: (...) es evidente que la causa fue negligencia gerencial producto de ausencia de inversiones, ausencia de mantenimiento y ausencia de prácticas adecuadas de formación". El asesino de niños, hoy prófugo de la justicia, entonces diputado, Julio Borges, ratificó la versión: "los recortes en mantenimiento ocurridos fundamentalmente desde 2009 se notan en la refinería, parcialmente mitigados a través de labores de mantenimiento correctivo en las categorías de urgente y emergencia". Lo cierto fue, que dicho informe fue contundente y técnicamente inobjetable. Al punto, que las observaciones de los agentes del imperialismo, se refieren a subjetividades, sin prueba técnica alguna que los confirme.

Ese evento catastrófico, debemos considerarlo si requerimos explicar las causas del evento frustrado, ocurrido el pasado martes 27 de octubre 2020. Amuay, es nuevamente escogida por el imperialismo de EEUU, como epicentro para intentar originar un evento catastrófico de grandes dimensiones, como el ocurrido en 2012. Ocho años, han transcurrido entre uno y otro evento. Hay un factor común, elecciones, pero no en Venezuela sino en EEUU. Donald Trump, le ha dado a Venezuela un protagonismo en la campaña electoral presidencial de ese país. El voto de La Florida, lo ha sobrestimado Trump, al igual que a Venezuela. Un evento, análogo a aquel de 2012, estiman, los asesores de Trump, podría ser utilizado a favor de su candidatura. Una mortandad, quizás le hubiese permitido a Trump, manifestar otra imagen distinta de la del defenestrado monstruo en que se ha convertido el presidente estadounidense. Y ello, quizás, le hubiese acercado al electorado venezolano y, en particular, al latino de La Florida, mayoritariamente, a favor de la candidatura de Joe Biden. Valga decir, utilizar la muerte para su reelección. Tal fue, el deplorable objetivo del imperialismo con su ataque a la refinería de Amuay. Por fortuna, dicho objetivo fue frustrado por "causa divina", desconocían que la planta estaba paralizada y fracasaron. "Cómo una ideología fue absuelta de sus crímenes Milton [Friedman] es la encarnación del aforismo que reza que "las ideas tienen consecuencias" (DONALD RUMSFELD, secretario de Defensa de Estados Unidos, mayo de 2001). Al frustrarse el evento, obviamente, la consecuencia esperada, es su irreversible derrota electoral. Lo cual, no solo afectaría los intereses electorales de Donald Trump, sino de quienes le han apoyado con inusitada vehemencia, léase: Juan Guaidó y su banda de delincuencia organizada (Voluntad Popular). De hecho, The New York Times, ha dejado en el aire, flotando la especie, que una de las primeras acciones que tomaría Joe Biden, sería su desvinculación de la corrupción y el terrorismo de Guaidó.

Si bien, las investigaciones del caso ya se adelantan, todo hace presumir que se trató de un misil de factura estadounidense. El misil, hizo un impacto similar al de una bala de fusil, dejando un orificio circular, minimizando los efectos alrededor del objetivo. "Tiro de precisión de dron", le llaman expertos en el tema, como el utilizado para asesinar al general iraní Qasem Solaimani. Solo que, en este caso, se minimizaron los daños porque la planta no estaba aún operativa, y el efecto cascada esperado no pudo concretarse. Importante precisar, que un año antes, el 25 octubre de 2019, un dron sobrevoló la refinería obteniendo información sensible de la misma, y en septiembre 11 de este año, los organismos de seguridad del Estado detienen a un agente CIA, espiando en la refinería, presumimos, pudiera haber "marcado" las coordenadas del punto a impactar. El Presidente Maduro, ha apuntado con su mira hacia Iván Duque, como potencial autor intelectual de ese ataque militar, que de haberse concretado en sus objetivos de destrucción y muerte, sin duda alguna, hubiera sido la Casus belli de una guerra entre naciones vecinas, que todos sabemos cuándo inicia, pero nadie sabe cuándo terminará, ni el número de víctimas que causará. Si hubieran obtenido lo que buscaban, propiciar una catástrofe de grandes dimensiones, como el de 2012, obviamente, Trump, habría conseguido su objetivo electoral, pero, a costa de cuántas muertes de compatriotas colombianos y venezolanos?

La Política, y ese es el llamado nuestro a la oposición democrática naciente, y que se presta a participar en las venideras elecciones parlamentarias del 6 de diciembre próximo, debe tener sus límites morales y como tal, tiene que florecer bien lejos de la bruma de los cementerios y los cadáveres…

Caracas, 01-11-2020

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