Cuál es el significado oculto del 666, el número del Anticristo, los expertos lo consideran la 'puerta del infierno'. El 666, tradicional número asociado a la Bestia o el Anticristo. El 666, tradicional número asociado. Cualquier que haya escuchado decir '666', irremediablemente asocia este número al diablo, aunque la mayoría puede que desconozca de dónde procede esta interpretación. El diablo, Satanás, el Anticristo... Muchas son las asociaciones que se hacen a esta cifra,y que esconde un mensaje oculto en el Nuevo Testamento de la Biblia.
Desde Gizmodo se hacen eco de la explicación dada desde Numberphile en referencia al famoso 666, una cifra que hace alusión a la 'marca-número de la Bestia', término empleado en el libro de Apocalipsis, y que vuelve a aparecer en otros pasajes del Nuevo Testamento. Se asocia con el mal y es también recogido por el libro de Revelaciones de San Juan.
Numberphile explica que detrás del 666 está también el nombre "humano" de ese mal personificado y, en concreto, en el Apocalipsis de San Juan es uno de los muchos símbolos empleados, en este libro para ocultar mensajes en aquella época. Existen muchos estudios que llevan a pensar que tras este 666 lo que realmente se estaba utilizando era un código secreto que trataba de ofrecer un mensaje que escapara a los ojos de las autoridades de Roma.
En el pasaje del capítulo 13 del libro de Apocalipsis se presenta, según expertos, como una invitación a resolver un acertijo que podría estar relacionado a algo más terrenal que diabólico.
Pero hay más, en numeración romana, el 666 es DCLXVI, un acrónimo que vendría a significar Domitius Caesar Legatos Xti Violenter Interfecit, (Domicio César mató vilmente a los enviados de Cristo). Nerón nació con el nombre de Lucio Domicio Enobarbo, que comparte con otro emperador, Domiciano, su fama por perseguir y aniquilar a los cristianos de su época. Ambos podrían ser considerados el Anticristo de su época. Fin de la cita.
Es alarmante, el alza del dólar paralelo, llevando a estado terminal, la situación económica en nuestro país. Claramente, se ve que nuestra nación la han convertido intencionalmente, y de forma planificada, en un paraíso para la especulación, el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, y la corrupción. Nuestra economía refleja una prosperidad, para los comerciantes árabes, chinos, y los dueños de bodegones de alimentos, gasolina, y venta de vehículos usados, pero en su interior lo que se está engendrando, es un endemoniado mal, que va degenerando en la desestabilización de nuestra patria. Los niveles de inflación con el paralelo que ya pasó, o está muy cerca de la barrera del los Bs. 660.0000 por dólar, en nuestro país, es espeluznantes, y los vienen posicionando milimétricamente, y casi de forma impune en Venezuela. Basta con analizar el comportamiento de cualquier renglón: repuestos, línea blanca, ferreterías, ropas y calzados, servicios médicos y medicinas, alimentos, en los vehículos las cosa es demasiado preocupante, un catanare con años de uso, vale casi igual que uno nuevo.
Vivimos en una constante incertidumbre entre el aumento salarial, y el incremento de la inflación. Es una diatriba que pareciera no tener final, y últimamente todo indica, que la están ganando las mafias económicas, con la inflación, y que terminaran sepultando en forma significativa la capacidad adquisitiva del venezolano, y su desconfianza frente al llamado gobierno revolucionario.
Como hacen las mafias de tiendas que descaradamente muestran su miserable apoyo del gobierno, cuyos dueños exhiben groseramente su poder militar, y policial en sus establecimientos como: Daka, y el Castillo a nivel nacional. Mafiosamente roban al asalariado pueblo venezolano, y explotan con salarios de hambre en bolívares devaluados a sus trabajadores, que esto pudiera interpretarse para justificar la ladrona inflación para legitimar capitales, son muchas las evidencias, que no aguantan una investigación seria. Pudieran mencionarse varios alegatos; con la reproducción de los efectos de la crisis de otros países, en nuestra economía, la especulación con la divisa, el alza especulativa de los precios, entre muchos otros delitos financieros. El elemento preferido por estas corporaciones mercantiles de la especulación, a la hora de explicar su atraco-inflación es el alza del dólar, donde nadie va preso por este delito, y el "enorme peligro que corren sus inventarios, según estos atracadores extranjeros del pueblo, en nuestra nación". Pero además de estos elementos que pudieran tener su incidencia, al que se le debe prestar mayor atención es a la legitimación de capitales, del enriquecimiento a corto plazo, a costa del aumento diario de sus trapos, y de sus cachivaches de mala calidad made in China, del querer ganar el 1000%, 0 el 100.000 % del dinero invertido. Ambiciones que no pudieran sostener en países europeos, y USA, donde el nivel de utilidad de los empresarios es regulado, y oscila entre el 10, 20, y el 30%. Es aquí, donde se debe prestar mayor atención, porque más allá de la ley de la oferta, y la demanda, y la mano invisible del mercado, hay empresarios atracadores, controlándolo todo a través de sus poderes políticos, y motivados profundamente por sus alianzas con políticos, y militares del alto gobierno. Los cuales se encuentran con la mantequilla de hacerse de muchos dólares sucios, y al mismo tiempo minan las bases para la implosión de la economía popular. Estos criminales saben clarito lo que están provocando, y muchos de la falsa oposición lo saben, algunos como Claudio Fermín, cínicamente participan de la desgracia nacional, razón por la que permanecen impávidos, y otros ‘alacranes’ simplemente caen en el chantaje de estas hienas, que son los que los protegen, a los que alimentan, y así les permiten que destruyan nuestro país, y que al final nuestro pueblo se joda, porque el esfuerzo de su trabajo no les alcanza para cubrir sus necesidades, y la de sus hijos. Estas ratas comerciales, son los que asesinan al pueblo, cuando el dólar paralelo se dispara, creando terror en una economía que se devasta aceleradamente. Y sacan su capital intacto hacia sus países de origen.
Muchos de los llamados inversionistas árabes y chinos, llegan a nuestro país apoyado, por bandidos antipatriotas. Saqueando el sudor de nuestro pueblo. Instalan sus negocios, pagan mano de obra a precio de esclavos, se apropian, y explotan nuestra economía en sus procesos de importación-corrupción. La mayor parte de sus saqueos la sacan al exterior, y lo que dejan en nuestro país, la venden a precios superiores que el colocado en el exterior. Es preferible que se vayan de nuestro país. Mas es el daño que nos hacen, que lo que nos benefician.
Es deleznable a la apatía de esta prostituida, y falsa clase política, que no le presta atención al saqueo de lo que queda de país, que el gobierno sea tan tolerante ante la afectación que se le imprime a nuestro sistema económico.
Han apostillado un discurso socialista falsario. Ya es hora de que despertemos a la etapa de la tragedia nacional. El discurso sin logros, es pura paja. Ya basta de decir que somos revolucionarios, que queremos construir, son 22 años perdidos, vean la infraestructura pública, y el aparato productivo público, y privado totalmente destruido. Es hora de que comience la reconstrucción, con la verdadera oposición que vuela bajo el radar. Una nueva economía es la que va a llevarnos hacia el progreso, del cual no hablamos. Es hora de que nos concentremos en lo económico. Que no permitamos que el chantaje de lo ideológico trasnochado nos direccione más hacia el abismo. Es hora de voltear la mirada hacia lo económico productivo, y del desarrollo, a Venezuela la están asesinando silenciosamente. Nada es más importante que la economía de un país. El contraste entre la práctica, y el discurso politiquero, idiotiza y decepciona. Una revolución tan inepta, no puede someter su equilibrio económico, a los designios de un mercado controlado por ladrones extranjeros, vendedores de trapos, víveres, y chucherías. Es necesario conocer, controlar, y domar nuestra economía. Urge la creación de políticas, dirigidas a consolidar una economía justa, patriótica. Nuestro sistema de reconstrucción de la economía debe ser más eficiente. Los bandidos extranjeros ambiciosos, los delincuentes económicos, no pueden ser los que dirijan la política. Nuestra economía se la lleva al diablo con el dólar *666*, y la mayoría de los venezolanos permanecemos agüeboneados ante el derrumbe de Venezuela.