Crítica ácida

Corruptocracia a prueba el 6-D identifíquelos

Jueves, 26/11/2020 07:03 AM

La juventud venezolana bien sea que hoy abrace con entusiasmo las directrices antiimperialistas bolivarianas históricas, rescatadas del pensamiento colonialista en 1999, han presenciado una deformación nacional e internacional acerca de la verdadera democracia. Los viudos de cuarenta años demócrata representativos no han podido convencer a la mayoría de una población, que por primera vez desde que expulsó al Dictador Pérez Jiménez en 1958, ha recibido los beneficios de nuestros recursos naturales, renovables y no renovables.

Sin embargo, esa condición de país neo liberado desde 1999 de la influenciocracia bestial del capitalismo, que atosiga y se disfraza de democracia, ha padecido el más feroz ataque nacional e internacional, despiadadas campañas de terror politiquero y engaños comunicacionales. Pruebas hay de sobra y a pesar de ello, es notable el desapego a la política soberana e independiente de verdad. Seguimos manteniendo el engaño de hacer creer que las citas electorales desde 1999 en adelante, no son libres a pesar de contarse entre las más observadas del mundo, con el sistema auditado más veces que en ninguna nación.

Lo peor es que quienes promueven volver a la entrega de la conducción de Venezuela a borregos sumisos a las órdenes de EE UU y el capitalismo salvaje, motorizan engaños con la alcahuetería de medios de descomposición social, que en honor a la verdad hoy le han bajado algo a su locura anticonstitucional CONTRA EL BOLIVARIANISMO.

Acudir este 6 de diciembre a dar su opinión para que sea rescatado el Poder Legislativo venezolano, y que la A N conjugue aspiraciones honestas para beneficio de todo el país, es un deber ciudadano, los diputados también deben velar por el comportamiento cabal del Poder Ejecutivo, la Presidencia, el propio presidente de la República y su equipo de colaboradores designados. Cierto es que en este momento se pueden denunciar abiertamente fallas oficiales y señalar corruptos, eso significa democracia auténtica.

Hasta 1999 la condición de ser críticos ácidos a los gobiernos, era imposible, por el contubernio falaz y supuestamente "demócrata", de dos partidos dominantes. En todo el país existían oficinas de control de radio y televisión que dictaban órdenes a las emisoras de radio y TV, impidiendo el trabajo a quienes hablaran contra el gobierno de turno, especial prohibición si los conductores, moderadores, y a veces entrevistados, ideológicamente estaban en la izquierda socialista y comunista. Una dictablanda bipartidista de 1959 a 1999, que vamos desenmascarando, en revolución.

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