¿Con qué derecho un expendedor comete la bajeza de aumentarle el precio a un producto alimenticio, mucho más del doble de lo que costaba un día antes? Esta sórdida conducta repudiada y denunciada sotto voce, por empleados de vendedores venezolanos, portugueses, chinos, italianos, españoles, árabes o cualquiera sea la nacionalidad de los dueños, tiene que sancionarse con multa en petros, porque así les duele más a los hiperespeculadores.
No soy de quienes conocen de precios, acompaño algunas veces a mi esposa en compras, un martes vimos el litro de vinagre a determinado costo, al día siguiente estaba marcado más del doble, al preguntar por qué, la respuesta fue "el dólar maestro, usted lo sabe". Miserables es poco, desgraciados es bastante, pero c de ms, es decir ciudadanos de malignidad, sí merecen ir presos, o cuando menos investigarlos para incomodarlos.
Si la oposición pidió la dolarización del país en las elecciones del 2018, y luego han hecho fuerza nacional e internacionalizar para dolarizarnos ilegalmente, si no han sido efectivas las medidas gubernamentales de defensa a la colectividad total, busque usted el fondo al asunto. De tal manera podrá comprender que la aplicación del dólar paralelo y las sanciones extranjeras al gobierno venezolano, nos están matando en cantidad superior a la estadística de víctimas fatales en Venezuela, por la pandemia Covid 19
En este punto cabe evocar que en 2013 recién fallecido el Presidente Chávez, y ya en su sustitución al mando Nicolás Maduro Moros, este manifestó, "en los últimos años se han otorgado a empresarios unos 60 mil millones de dólares, para que adquiriesen insumos para sus negocios, y comprar y revender productos necesarios a la economía del país"
De la misma manera advertía el Presidente Maduro, "el Ministro Giordani descubrió empresarios que en lugar de ingresar al país los bienes para cuya adquisición fueron otorgadas las divisas, realizaron importaciones ficticias, o no hicieron ninguna importación, guardándose los dólares preferenciales y vendiendo la existencia, como si hubiese sido adquirida a dólar libre".
Triste costumbre sin vergüenza alguna por la contra revolución ni pudor revolucionario, ya que en ambos sectores pululan negociantes contras y enchufados oficialistas, quienes defraudan al colectivo, sea con anuencia corrupta oficial, o la inmoralidad opositora de pedir al gobierno dólares para derrocarlo a como dé lugar, escondidos en sus negocios, y a la vez cómplices de las corruptelas, trabajando para el terrorismo politiquero.