Votar en la tarjeta del Gallo Rojo se ha convertido en una opción nacional. Y tiene tres características:
- Los que votarán abiertamente y militan a gritos en la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), lo mejor del Proceso Bolivariano que sumará votos en la tarjeta del PCV.
- Los que votarán Gallotapa’o y militan a gritos, nada imperceptibles, en las catacumbas del Pueblo Chavista y que, anteriormente, votaban en las tarjetas del PSUV y sus incondicionales y ahora vacíos "partidos aliados".
- Y también sumará, una parte de ese sector del pueblo que votaba por partidos de la derecha, quienes se inclinan hacia los dos primeros comportamientos: una porción importante de votantes, que ante la debacle de la derecha guaidoísta, no acata el vacío llamado a la abstención y que se corre a fortalecer la APR, no solo como opción electoral sino como opción aglutinante de las luchas de un pueblo harto de estafa económica, política e institucional en flagrante y criminal desacato de la CRBV.
La APR se viene convirtiendo en una salida esperanzadora animada por muchas organizaciones sociales que aún no se han articulado en su totalidad, su crecimiento se va a demostrar este 6-D y solo tiene un norte:
Garantizar que se cumpla La Constitución, el Programa Estratégico que Refrendó el Soberano como Poder Originario, Avanzar en la Segunda Independencia y fortalecer el Proceso de Democracia Constituyente, delegando Gobernabilidad en el Pueblo a través de la Democracia Directa.
¡Solo el Pueblo Salva al Pueblo!