En política hay frases y actuaciones que desnudan la naturaleza e intenciones de sus actores. Creo que las lamentables expresiones de Diosdado en un mitin de su campaña electoral en el Estado Bolívar, reflejan, junto a las infames declaraciones de maduro e iris varela de días pasados, no solo la verdadera naturaleza del madurismo y el desprecio hacia el pueblo pobre y sus necesidades, sino el talante manipulador y cruel de su gobierno.
Han perdido toda conexión afectiva con el pueblo y lucen desesperados para lograr, por cualquier medio, que éste participe en su fraude electoral del 6 de diciembre.
Dice Diosdado, en tono de amenaza que "… el que no vote no come, pa’l que no vote no hay comida, …yo no sé (jejeje) … al que no vote no come, se le aplica una cuarentena allí, sin comer…" queda registrada esta infeliz declaración, gracias a los propios medios de propaganda del madurismo y queda para la historia como reflejo de la descomposición de la dirección política de este gobierno.
¿Cómo es posible que, en medio de la terrible crisis y el hambre que azota a los más pobres del país, se utilice el miedo y la amenaza de no comer, es decir de no entregar la caja Clap, para lograr lo que debería ser un acto consciente y voluntario de la población como es participar en las elecciones?
Todos los que escuchan a Diosdado, sobre todo los pobres, saben que lo que dice Diosdado no es una broma, es una amenaza. El que no vote, no recibirá la caja Clap que el gobierno entrega y que se ha convertido, como queda en evidencia por la amenaza del propio Diosdado, en un mecanismo de manipulación, de castigo que usa el gobierno para imponer su voluntad a los más pobres, a las familias, sobre todo a las mujeres que necesitan llevar algo de comer a sus hogares, a sus hijos, así sea una caja llena de carbohidratos y aceites importados por los "agentes" del gobierno.
Junto a las amenazas de Diosdado circulan en las redes, y en grupos del madurismo, las instrucciones precisas dadas a los Comités de cajas Clap, es decir, a las personas que distribuyen las cajas en cada barrio y en cada comunidad, ordenándoles hacer una lista de las personas que reciben el apoyo y verificar que vayan a votar y, por supuesto, que lo hagan por los candidatos del PSUV, de lo contrario se les retira el apoyo, es decir, quien no vote no recibe comida.
En un país donde la FAO ha evidenciado en sus reportes que para 2019 existían más 6,8 millones de venezolanos con hambre, donde el propio gobierno dolarizó la economía, donde el salario mínimo es de menos de 1 dólar al mes, (o 0,03 dólares por día, muy por debajo del umbral de la pobreza, establecido en 1,9 dólares diarios), con más del 96,2% de venezolanos en la pobreza, amenazar con el hambre, con el miedo de no tener que comer, con la desesperación del que tiene hambre, es un recurso cruel y miserable.
Por su parte, maduro e iris valera, dos expresiones vivas de la violencia, abuso de poder y del pranato de la política, han mantenido en su discurso un ataque permanente, ofensivo, el linchamiento moral hacia mi persona, instigando el odio, lo hacen contra cualquiera que ellos consideren sus enemigos, para movilizar a su voto apelando al fascismo.
¿Dónde quedaron las siete avenidas del Comandante Chávez del 04 de octubre de 2012?, ¿el frenesí del pueblo?, ¿las razones sagradas para la lucha?, ¿dónde quedó Chávez?
El gobierno tiene como única prioridad las elecciones parlamentarias del próximo domingo, las necesitan desesperadamente, necesitan legitimarse de alguna manera, todo está arreglado para que ellos ganen, para eso modificaron la Ley Electoral, intervinieron el sistema de totalización de votos, intervinieron partidos, encarcelan, persiguen, amenazan y manipulan con el hambre. Entre bailecitos y mensajes de personajes que parecen un chiste, el gobierno impone su realidad de bodegones, casinos y rumba, muy distinta a la realidad del hambre, la miseria y el miedo que se vive en nuestras barriadas y zonas populares. Todo esto mientras se relajan las medidas de seguridad contra el Covid-19, sin cifras veraces disponibles, poniendo en riesgo la salud de los venezolanos, con el único fin de legitimar una nueva estafa electorera del madurismo.
Yo he expresado mi posición de que no se debe participar en esta farsa electoral, la cual sólo busca legitimar al gobierno, porque estas elecciones no tiene, ni de lejos, las condiciones mínimas para ser un proceso electoral transparente, donde se respete la voluntad del pueblo, en un país donde han salido 5 millones de venezolanos, donde hay hambre, un país inmerso en una profunda crisis económica-social, donde se llevan presos todos los días a dirigentes obreros y populares, donde se amenaza, se persigue, se instiga al odio y al fascismo.
Lo que es evidente es que no hay liderazgo, existe un profundo vacío político, de legitimidad de las instituciones, de propuestas. Un país con un pueblo empobrecido, al borde de la desesperación, la desesperanza, la violencia, es el caldo de cultivo para el fascismo que está allí, latente, vivo en maduro, iris, jorge rodríguez, en el FAES, con su discurso de odio y sus crímenes, en la violencia abierta en contra de los trabajadores, en contra del pueblo, en contra de cualquiera que piense distinto, un fascismo que se hace evidente en la intolerancia del gobierno, en sus actos crueles.
Mientras arremeten contra todo y todos, el gobierno sigue entregando empresas y activos del Estado en secreto, de manera ilegal, corrupta, utilizando para ello su llamada Ley antibloqueo, entregan el petróleo, el gas, el Esequibo, el Arco Minero, las empresas del Estado. Ejecutan el saqueo.
Los trabajadores siguen con su tragedia a cuesta, los persiguen, los encarcelan por exigir sus derechos, como sucedió con Eudis Girot, secuestrado por el SEBIN desde el pasado 18 de noviembre, les roban sus prestaciones, sus Fondos de ahorros como a los trabajadores y jubilados de PDVSA, les arrebatan sus conquistas laborales y sociales, los mantienen a raya con salarios de hambre y violencia.
Hay que dejar atrás las falsas ilusiones, la única manera de resolver los angustiantes problemas del país pasa por la organización y movilización de todo el país, unido en una única plataforma programática, una Junta Patriótica y Revolucionaria, para salir de este gobierno, con una agenda sencilla en contra del paquetazo de maduro, de su política económica, de la entrega del país, en contra del hambre, de la represión. Por el restablecimiento de la Constitución, de los derechos que nos fueron arrebatados, por nuestros derechos políticos, económicos, sociales, por el respeto a los derechos humanos.
Da vergüenza e indignación escuchar hoy día, al que fuera un teniente rebelde del 4 de febrero, amenazar con el hambre al pueblo, a los más pobres, manipular y "ganar" votos con la miseria y la desesperanza del pueblo venezolano ¿Que diría Chávez?