De "tendencia irreversible" a "tendencia estable y sin posibilidad de cambio"

Martes, 08/12/2020 11:26 AM

Tibisay Lucena, de profesión socióloga, fue presidenta del Consejo Nacional Electoral desde el año 2006 hasta 2019.

Recuerdo que el ex presidente de la primera Asamblea Nacional, Willian Lara, hablaba de ella con mucho respeto. "Esa muchacha es una técnica en materia electoral, ella no es política", me dijo un día. "Anda, entrevístala, apóyala", recomendó. Lucena se desempeñaba, entonces, como asesora de la Comisión de Política Interior de la Cámara de Diputados en el desaparecido congreso bicameral.

Siempre de "bajo perfil", Tibisay Lucena asumió luego el cargo más importante de su vida, rectora principal del Consejo Nacional Electoral, en los convulsos años de la revolución de Hugo Chávez. Le tocó sustituir al dirigente Jorge Rodríguez y enfrentar duras batallas, siempre con ese aire de ingenuidad y aparente dulzura que esconden a una mujer de temple, inquebrantable en sus principios, honesta y con tragedias familiares y personales que la han marcado.

En 14 años ella lideró la organización de nueve procesos electorales, cuatro de ellos presidenciales, incluyendo la elección del presidente Nicolás Maduro en 2013, luego del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, y su posterior reelección en 2018 para el lapso 2019-2024.

Durante la gestión de Tibisay Lucena se adelantaron innovaciones tecnológicas en el sistema electoral venezolano, que le han ganado fama mundial de ser de los más rápidos, eficientes y confiables.

Pero ella ha sido condenada por la oposición venezolana, víctima de acoso de género, blanco de toda clase de insultos, humillaciones, descalificaciones, llegando, incluso a desearle la muerte. La acusan de haber favorecido al chavismo en todas las elecciones aunque la oposición no reconoce su eficiencia en los comicios donde ha resultado ganador. Cuando no asumes tus errores le echas la culpa a todo lo demás y eso hizo la oposición. Culpó de su desgracia al sistema electoral y, principalmente, a Tibisay Lucena quien además tiene varias sanciones internacionales a cuestas de EEUU, Canadá, Panamá, la Unión Europea "por la profundización de la dictadura en Venezuela".

Cuando por fin dejó el CNE en 2019, un 27 de junio (Día del Periodista) abrió por primera vez su cuenta personal en la red twitter. "Ahora, mi voz es mi propia opinión, y como dijeron alguna vez las feministas, todo lo político es personal y todo lo personal es político", escribió. En la red del pajarito azul existen docenas de cuentas "parodia" dedicadas a Lucena. Es una verdadera "influencer".

Este domingo 6 de diciembre de 2020, mientras esperábamos los resultados de las elecciones parlamentarias, era imposible no pensar en la figura de Tibisay Lucena, bajando por la rampa del CNE, acompañada por el resto del equipo. Su fisonomía, contextura y estatura, le valieron burlas y "memes" en las redes sociales. Ella, con valentía y seguridad en sí misma, sorteó todo eso. Así llegaba hasta su puesto, miraba a la cámara y sin adjetivos daba la noticia del día. Sabía que ella era en ese momento el centro de atención mundial, y que cualquier error, equivocación, carraspera, etc, sería maximizado y exagerado. El aparente estoicismo fue su arma, porque en el fondo Tibisay es sensible, humana, solidaria. Es, además, música, interpreta uno de los instrumentos más hermosos: el cello.

Hoy es la rectora de la Universidad de Las Artes (UNEARTE) y para siempre estará en el imaginario colectivo del venezolano.

Su sucesora, a sabiendas de eso, seguramente, decidió cambiar la frase icónica (dentro y fuera de Venezuela) de Tibisay ("Tibi") cuando quería decir que no había "pele" en sus resultados: "tendencia irreversible". Indira Alfonzo usó la expresión: "tendencia estable y sin posibilidad de cambio".

Desde este espacio hacemos un reconocimiento a la labor de Tibisay Lucena al frente de uno de los pilares de nuestra democracia: el Poder Electoral.

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