¿La negación política proviene del Método Científico del conocimiento objetivo o del Diseño Hermenéutico del saber humano? Parte II (I al IV)

Miércoles, 16/12/2020 02:44 AM

¿La negación política proviene del Método Científico del conocimiento objetivo o del Diseño Hermenéutico del saber humano? Parte I

La experiencia del saber difiere de la experiencia del conocer científico. Tanto en el saber humano, como en el conocimiento objetivo con su Método Científico, se presenta un pensar desde la experiencia, con su proyecto, el proceso y su producto. En el saber humano el pensar y la experiencia es en los seres entes humanos, para que se dé el hecho en el tiempo- espacio. En ningún momento se presenta y se somete a un experimento, determinado y condicionado a similares situaciones o variables que se repiten, a otro ser ente humano. La experiencia del saber humano es única e irrepetible, pertenece a cada ser ente humano. Es una experiencia humana única que tiene su reconocida referencia armónica de un punto de encuentro, acuerdo y participación, con otras experiencias de los restantes seres humanos, gracias al sensus communis. Es una experiencia compleja de acuerdo y participación que permite la certificación, con los otros seres humanos en colectivo, en el hacer y transformación con su sentido de verdad.

En el Método Científico se presenta la experiencia desde el experimento que se destina, controla y somete con sus variables a un ente físico de la naturaleza. Un ser ente humano actúa, como sujeto, y experimenta con un ente físico de la naturaleza, el objeto o fin, supuestamente sin considerar su ser o no ser. La relación, en el conocimiento científico es de sujeto – objeto donde la experiencia la sufre el objeto de estudio y el sujeto debe estar ausente, desplazado como ser humano, para no contaminar y confirmar la objetividad del Método Científico.

La experiencia del saber humano difiere de la experiencia con su experimento del conocimiento objetivo de la ciencia. En el saber humano los términos de sujeto– objeto no tiene vigencia y la relación es entre seres humanos involucrados en el proyecto – proceso. Es una primera relación desde lo singular consigo mismo en una auto-dialéctica para la formación-transformación de ese ser humano involucrado en el proyecto –proceso. La otra relación es en el compartir con los otros seres humano que conforman el todo del colectivo, en una dialéctica para la formación- transformación de los otros seres humanos, en lo social.

El sujeto y el objeto junto con sus relaciones en el conocimiento científico carecen de vigencia en el saber humano. El Diseño Hermenéutico del saber humano, y el Método Científico del conocimiento objetivo tienen un contenido y consumación que le es propio a cada uno y ninguno coincide. El saber humano es genésico, la relación es de humano a humano (de ser a ser) y tiene como centro al ser ente humano y su existencia. En el saber humano la relación es horizontal, sin imposición, de humano a humano que implica una consideración exigente, de preocupación y cuidado tanto de sí mismo, como del otro ser humano.

El conocer de los entes de la ciencia es diferente del saber del ser ente humano contentivo de la Filosofía Hermenéutica. Desde el ser ente humano se genera un conocer, propio del conocimiento objetivo y científico, para un fin que es la ciencia y tecnología. El contenido del conocimiento científico, la ciencia, tiene como referencia el ente cuerpo físico natural, del que supuestamente se obvia su ser, en una relación de imposición y dominio de objeto a sujeto. La relación en el conocimiento científico es vertical, de dominio jerárquico y autoridad, donde supuestamente se disipa la preocupación y el cuidado del objeto y del producto, resultado del proceso.

En el Método Científico y su conocimiento es donde se entiende la presencia y relación de sujeto – objeto. El que agita y pone en movimiento es un sujeto activo que procede y corresponde al ser ente humano. El pasivo sobre el que actúa el sujeto es el objeto, representado por el ente físico natural. El objeto, situado a posterior, que es paciente y afectado por el experimento del Método Científico, sufre y responde a un conocer y fin de la ciencia, que protagoniza y promueve previamente el sujeto, ser ente humano.

La relación de sujeto a objeto es vertical, donde el sujeto es el independiente que se impone sobre el objeto. Mientras que el objeto, ente físico de la naturaleza, es dependiente y está sometido al experimento del Método Científico del conocimiento objetivo. Es el sujeto, el ser ente humano, el activo, el que maniobra y tiene el control, se impone, somete, se atribuye los resultados del experimento que se confirma al ser similar o se repite en unas determinadas condiciones o variables. A partir de los resultados de la experiencia científica se procede a la elaboración conceptual.

La verdad del conocimiento científico, derivada de la experiencia objetiva, difiere de la verdad del saber humano. El conocimiento objetivo de la ciencia tiene su verdad debido al experimento del Método Científico. Se ejecuta el experimento sometido a determinadas condiciones o variables y posteriormente, a partir de los resultados obtenidos, es de donde se reafirma y se traduce en confirmación de hipótesis, conceptualizaciones y leyes, componentes de la verdad científica. La confirmación positiva de los resultados del experimento permiten la elaboración de productos o la producción que asume la dinámica económica industrial para que sean consumidos por lo usuarios, que son seres humanos consumidores que buscan satisfacer necesidades. Así se contribuye al progreso humano- social desde los avances y aportes del conocimiento de la ciencia gracias al Método Científico

La verdad del saber humano es formación-transformación de lo existente, pertinente al ser ente humano donde se des- oculta lo oculto, a partir de la lucha proveniente de los problemas que se enfrentan en la existencia, en la vida. El tiempo pasado pretende conservarse, mantenerse e imponerse con autoridad y el tiempo presente lo enfrenta, genera cambios y lo transforma aconteciendo nuevas experiencias, con sus nuevas formas de vida, de existencia humana.

La verdad del saber humano es transformación en el tiempo, donde nada se conserva permanentemente y reafirma un absoluto. Entre el tiempo pasado y el presente se da un encuentro y la lucha, confirmando o negando los prejuicios, con sus cambios y transformación, mediante la comprensión, interpretación y aplicación con la certificación del hecho efectual. Es en la certificación de la aplicación, lo práctico con su hacer, donde se instala el nuevo horizonte en el devenir. Con la instalación del nuevo horizonte se confirma la transformación como verdad, junto al ser histórico y de la tradición. Gracias al logo del ser pensante y a los otros constituyentes del ser sentir, hacer y compartir del ser ente humano se manifiesta el ser creador , que consolida el saber humano.

En el conocimiento científico, como en el saber humano, se presenta el cuestionamiento de la verdad. Tanto el conocimiento objetivo de la ciencia fáctica como el saber humano tienen su contenido de verdad, que no es una verdad permanente y absoluta. Lo que desde el conocimiento objetivo del Método Científico se considera verdad, en un tiempo y espacio, al pasar el tiempo deja de serlo y el problema que se buscaba solucionar, es posible que por no tener sentido de verdad, es la causa de generar otro problema. Es el caso del producto plástico o polímeros que en sus inicios se considero perfecto, respondiendo a la verdad de la investigación con su Método Científico. A largo tiempo, en el ahora, dado que se invadió y contamino el ambiente con la producción de plástico, se considera generador de un problema mayor por el deterioro que protagoniza en el planeta y se crea otro problema en torno al que hacer con el polímero.

La verdad es transformación en el saber humano y en consecuencia es dinámica, similar al ser ente humano que nace, crece y deja de existir para pasar a otro plano. La verdad como transformación está en constante movimiento, activando, confrontando lo que pretende instalarse permanentemente, como lo conservador, convencional. La verdad como transformación actúa en el tiempo genésicamente, promoviendo el cambio hasta obtener, desde la experiencia vivencial, la formación del ser ente humano con su transformación, tanto singularmente como colectivamente.

Si una transformación tiene sentido de verdad se posibilita la propiedad genésica de provocar cambios y se identifica con el camino tradicional, donde se reafirma el ser histórico. Si sucede lo contrario, con la ausencia de movimiento con sus cambios, se identifica con el camino convencional y conservador, donde la existencia del ser humano en singular y colectivo se detiene, no avanza y se niega la instalación en el horizonte de otra época innovadora que confirma el ser histórico y de la tradición.

Es necesario señalar que el ser de la tradición y de la historia no es cerrado, es un estado de apertura que implica la disposición para un nuevo horizontes y no el repetir lo que previamente esta. Imitar y repetir en el tiempo no tienen relación con la tradición, desde la mirada hermenéutica. El negar los cambios y transformación se identifica con lo convencional y conservador. El ser conservador, convencional, responde a un ser humano hermético, negador de cambios, con su pensamiento creador y de la transformación que instala nuevos horizontes, desplazando tanto el ser de la historia como el de la tradición.

El ser de la tradición y la historia, con su estado de apertura, movimiento, activación, cambios con su transformación en continuidad, se identifica con la verdad del saber humano. Se inicia en un proceso la confrontación con lo convencional junto a lo conservador y negador. La confrontación se acentúa y pasa a ser una lucha por los pertinentes cambios elementales, hasta los más complejos e instalar un nueva transformación como verdad.

Emana la verdad como transformación de lo previo, lo precedente en el tiempo del ser de la tradición y la historia, mas no es igual, y pertenece al tiempo de lo que fue, al tiempo pasado. Se presenta una relación similar al de la familia como tradición, donde los hijos provienen del padre y la madre mas no son iguales ni al padre o la madre. Los hijos e hijas de las nueva generaciones son diferentes, mas no existirían sin la presencia del padre y la madre como los procreadores.

El tiempo de la tradición y la historia es precursor, en el tiempo presente, de la verdad como transformación. Si lo que se instala, en un tiempo presente, carece de sentido de verdad se desplaza, entra en estado de caída y se oculta en el olvido hasta desaparecer, que es su negación. El Diseño Hermenéutico permite la posibilidad de un acercamiento a la verdad, en permanente transformación del saber humano, que reafirma al ser ente humano como ser creador con autonomía y libertad junto al ser histórico y el ser de la tradición.

Frente a la carencia de la verdad absoluta se presenta la verdad como transformación, que confronta permanentemente el saber y el ser ente humano. Es una verdad, como transformación, en el saber humano que se ajusta a la propuesta del Diseño Hermenéutico, promoviendo el pensamiento creador con su fantasía, imaginación, pensamiento lúdico, divino y mágico con su sentido junto al ser de la tradición y la historia.

En el saber humano la verdad no es absoluta permanente en el tiempo y se da una apertura, dispuesta a los procesos de cambios iníciales, elementales y complejos. Son cambios en proceso capaces de llegar hasta la transformación que confirma esa verdad con la creación de una nueva obra, pertinente al Diseño Hermenéutico. Al ser ente humano que existe en el mundo y su saber humano, por su propiedad de ser creador, le incumbe la verdad como transformación con su Diseño Hermenéutico.

Es una verdad, como transformación, del saber humano que implica un proyecto y un proceso de la experiencia existencial del ser ente humano, de la vida. Es una experiencia en constante cambio, mediante el círculo hermenéutico en conexión con el tiempo, pasado, presente con su devenir, y en sintonía con los momentos de la comprensión, interpretación y aplicación. La experiencia existencial del ser ente humano, junto al círculo hermenéutico en conexión con el tiempo, pasado, presente y devenir, se da en torno a un texto, referido a la existencia, a la vida. A partir del texto se activa el sentido del lenguaje, con sus respectivos significantes y significados que se ajustan a un proyecto. A la palabra se le unen los hechos, las obras humanas en el tiempo y ambos hablan conformado el texto, precursor de la verdad como transformación en el tiempo del devenir.

Es una experiencia única del ser humano necesaria para conformar el saber humano con la transformación como verdad. El ser humano es el comprendiente e intérprete de la palabra y los hechos, que conforman el texto en el tiempo, dispuesto en estado de apertura para asumir un nuevo proyecto con su proceso, que en un primer momento es un Diseño Hermenéutico inicial. En el proceso se va consolidando el Diseño Hermenéutico pasando a ser más elaborado, tomando cuerpo hasta perfeccionarse y ser mejor que el anterior.

La experiencia del saber humano, que involucra al ser ente humano, con su Diseño Hermenéutico y su proyecto en elaboración o construcción, con sus respectivos cambios, es un proceso que confronta la posibilidad de ser diferente del Método Científico de las ciencias e ir más allá. Va al punto de origen, tanto del saber humano como del conocer de la ciencia. Es un punto de origen que implica el retomar el ser ente humano, el ser existente que resuelve problemas y satisface sus necesidades, a partir de la creación de lo que previamente no está.

La experiencia y el proyecto, propio de todo ser humano para generar el saber humano, toman vigencia y van conformando el cuerpo de contenido ajustado a la hermenéutica que puede ampliarse y consolidarse, al aproximarse a la posibilidad de un Diseño Hermenéutico. Plantear el proyecto es indispensable en el proceso de la elaboración de ese saber humano que no niega el Diseño Hermenéutico, en tanto es parte de él. En torno al proceso y proyecto, vinculado a la comprensión e interpretación Gadamer1 (2003, p.101) lo aclara:

El intérprete, tan pronto como descubre algunos elementos comprensibles, esboza un proyecto de significado para la alteridad de éste. Los primeros elementos significativos se perciben cuando se ha puesto en la lectura un interés más o menos determinado. Comprender la cosa surge ahí, ante mí, no es más que elaborar un primer proyecto que se corregirá después, en la medida en que poco a poco se vaya descifrando (...) el proceso es cada vez más complicado (...) la comprensión como el continuo proceso de formación de un proyecto nuevo. Quien así procede se arriesga a caer bajo la sugestión de sus propias ofuscaciones; corre el riesgo de que la anticipación que ha preparado no esté conforme con lo que la cosa es. La tarea constante de la compresión reside en la elaboración de proyectos auténticos y proporcionados al objeto de la compresión. En otros términos, se trata ahí de un golpe de audacia que espera ser recompensado por una afirmación que viene del objeto (...) Así pues ¿cómo darnos cuenta de que una anticipación es arbitraria y no es proporcionada a su tarea, de no ser colocándola en presencia de la cosa que le pueda permitir mostrar su debilidad? Toda interpretación de un texto debe comenzar por una reflexión del intérprete sobre las ideas preconcebidas que resultan de la situación hermenéutica donde él se encuentra. Debe legitimarlas, es decir, preguntarse por su origen y valor. Se comprenderá en estas condiciones por qué la tarea de la hermenéutica, tal como es descrita por Heidegger, no concierne únicamente a la recomendación de un método. Más bien al contrario, lo que exige no es otra cosa que una radicalización del comprender tal como cada uno, el que comprende, lo lleva ya siempre a cabo.

En el Diseño Hermenéutico se contempla un proyecto con su proceso que le es propio para la consolidación del saber humano. El Diseño Hermenéutico, respondiendo al proceso, parte de precisar, de ir a lo más originario, de la radicalización, con su principio y valor, de la comprensión, y de lo que previamente tiene como propio el comprendiente e intérprete como ser ente humano, con todos sus constituyentes de sentir, hacer y compartir, además de ser pensante. Lo que se tiene previamente orienta acertadamente con anterioridad el ir y captar en la comprensión lo adecuado al Diseño Hermenéutico que implica el proyecto. Lo contrario desvía el proyecto. La comprensión en el Diseño Hermenéutico se acciona con el lenguaje inherente a la reflexión, al pensar, tanto en el texto externo como a lo interno del ser humano, del comprendiente e intérprete.

Al Diseño Hermenéutico le es pertinente, junto a la comprensión, una interpretación, propia y distinguida, referente a la actuación del intérprete, al comportamiento, que está vinculada al sentir, hacer y compartir del ser ente humano. No es una interpretación de actualizar, o ver desde el tiempo presente, que responde a la mirada objetiva, negadora del momento de la aplicación que le compete a un Diseño Hermenéutico. Para la interpretación, referente al sentido de verdad como transformación, se debe estar atento a la diferencia entre significado de un texto y significación. Las significaciones son las actualizaciones en el tiempo y espacio del lenguaje, de las palabras de los textos y el significado es el que le es propio al texto, referente a la comprensión y el interpretar. El significado opera en el texto, cerrándolo en el mismo, y da la posibilidad desde la epistemología del entender el texto que permite su exposición y el repetirlo, impidiendo el Diseño Hermenéutico en favor de un proyecto.

La apertura está en las interpretaciones del significado del texto, con las actualizaciones según el tiempo, espacio, el problema señalado y las situaciones personales con sus constituyentes de ser ente humano, que motivan al dialogo y la pregunta. Son motivaciones, inherentes al significado del texto, que transforman al propio ser humano, donde ya opera una tensión que responde, además del texto, a las proyecciones personales, junto a los intereses, sus propias incógnitas y prejuicios

Las actualizaciones de las interpretaciones, desde las significaciones del texto en el tiempo presente, no corresponden, por si solas, con unas condiciones para lograr la comprensión, en tanto son parte del proceso del Diseño Hermenéutico, generador del saber humano. Tanto las significaciones, con las interpretaciones, como el significado, que le compete al texto, son necesarias en el Diseño Hermenéutico para ir propiciando el movimiento, la activación por la confrontación que amerita el proceso del saber humano. Se supera con las interpretaciones de las significaciones, si es o no es lo que se interpreta, lo contrario o arbitrariedad, la significación del texto. Tal superación se evidencia en darle continuidad al texto en torno al abrir nuevos horizontes, a los estados de apertura para la transformación y creación que responde al ser histórico y de la tradición.

El saber humano se inicia en el ser ente humano singular, que no obvia el texto del tiempo pasado retomándolo, respondiendo a un Diseño Hermenéutico con el proyecto, proceso y la producción de una creación que es otra obra del pensar, hacer, sentir y compartir. La obra, desde el pensar singular, por el compartir pasa a ser un saber colectivo, comunitario, en un proceso de cambio y transformación, que es parte del sensus communis, para ser aplicado y llegar a ser hecho efectual, donde se reafirma el ser histórico y de la tradición que instala otro mundo y abre nuevos horizontes

El saber humano, del ser ente humano, difiere del conocimiento del ente físico-natural, por lo tanto, su proceso y su verdad como transformación no es igual al del Método Científico del conocimiento objetivo. Responde el saber humano a un referente al Diseño Hermenéutico, con su proyecto, proceso y producto, que es la obra, donde se presenta el cambio, la transformación y creación. Se inicia y parte de un ser ente humano singular, con su verdad como transformación desde el ser único, para pasar a ser la obra compartida con los otros.

De la creación singular, con su verdad transformadora pasa a la creación de un grupo, de la construcción con los otros, junto a su verdad colectiva, y en relaciones horizontales entre seres entes humanos, donde actúa el sensus communis. Es una construcción colectiva, de acuerdo a la diversidad, a la pluralidad de mundos circundantes, donde hace vida y se da la existencia de los seres entes humanos. En esa existencia, los seres humanos se conforman en el colectivo donde se van emparentando, en un sortear, confrontar, luchar, elegir y hacer en la praxis la concreción de un pensar, para concebir el singular como totalidades, con la verdad del todo que es colectiva y en relaciones horizontales, frente a las relaciones verticales.

El sensus communis, con su sentido común de lo justo y el bien de todos, es inherente tanto al colectivo como a la obra del pensar de un ser ente humano singular, el autor, inmerso en un Diseño Hermenéutico propio del saber humano con su proceso y producto. Cuando el autor, ser ente humano singular, se desconoce, con o sin intensión, se habla de creación anónima que tiene directamente una verdad colectiva y que pasa a ser el saber de la tradición. Es una verdad capaz de generar transformación e ir a la praxis y se considera saber de la tradición que responde al sensus comunis, de lo común del pensar y sentir que le pertenece a los otros seres humanos que conforman el todo de una sociedad.

El saber humano y el conocimiento científico con su producto van en torno del ser humano. Ambos tienen sus consecuencias que atañen al ser humano directa o indirectamente, acordes al hecho efectual, favorables o negativas a corto, mediano o largo plazo, y solo el tiempo lo confirmará o negará. Si tiene sentido de verdad se certificará en la transformación y tendrá continuidad por el bien que genera, de lo contrario será otro problema por superar y se negara su posible verdad por cuanto afecta y deteriora al ser humano y pierda la continuidad genésica en el tiempo.

Entre una de las diferencias del conocimiento científico y el saber humano se señalan los campos en cuanto al producto y su acción. El primero actúa en referencia de la situación física de los seres entes humanos, la medicina para superar las enfermedades o la tecnología para facilitar la existencia humana y evitar esfuerzos con desgastes y abrir nuevos horizontes. El segundo actúa en el campo social- histórico, cultural o político, como parte del sensus communis, de los seres humanos para su transformación.

El saber humano, que parte del pensar con su sentir, hacer y compartir de un ser ente humano singular, tiene la posibilidad en el tiempo, a largo plazo de ser aplicado, gracias a que pasa a ser un saber humano grupal y colectivo a partir del sensus communis. Es un saber colectivo y un sentir que se involucra con la experiencia y existencia de los otros seres entes humanos, quienes apelan a la autonomía y toman decisión desde el sentido justo y el bien de todos. A partir de la decisión en el pensar de todos, lo abstracto de un pensar propio del saber, se aplica, va a la práctica y es un hecho efectual en el ámbito social, logrando transformaciones singulares, grupales y colectivas de los entes seres humanos, donde se confirma el ser histórico y de la tradición.

Gadamer, Hans-Georg (2003) El Problema de la Conciencia histórica.

Autor: Betty Osorio

Correo: bettyoso@hotmail.com

1 p. 101. Gadamer, Hans-Georg (2003) El Problema de la Conciencia histórica.

Nota leída aproximadamente 1796 veces.

Las noticias más leídas: