Para aquellos que no están duchos en ciertos vocablos o venezolanismos, bobolongo es el superlativo de tonto, es decir, el grado máximo en su género. Y si se desea una aclaratoria usaré algunos sinónimos para evitar confusiones, es decir: imbécil, gilipolla, idiota, majadero, necio, tarado, bobo, lerdo, zoquete, iluso, memo, obtuso, mentecato, obtuso, palurdo, gaznápiro, bobalicón…mayúsculo. En todo caso, la característica que identifica a cualquiera que se califique con tal adjetivo es que posee poco entendimiento y de dudosa capacidad para el desempeño en una profesión u oficio, es decir un individuo carente de inteligencia.
Por lo general, al final de cada año diversos gremios se reúnen para nominar algún personaje que se destacó en una actividad determinada, por ejemplo, el atleta del año, el comunicador del año, el youtuber del año, el influencer del año, entre tantos de lo que se puede escoger para encomiar a las personas más destacadas en su desempeño profesional o en otra actividad.
Como soy una persona interesada en conocer sobre las actividades del prójimo, me reuní con algunos comunicadores y con numerosos influencer que conocen sobre este tipo de encuesta y nos propusimos designar al bobolongo del año, es decir, al personaje que representa el máximo de la idiotez. Por fortuna, las redes sociales, en la actualidad, permiten salir del ámbito nacional y buscar fuera de nuestros confines a otros ciudadanos. De esta manera pude obtener un panorama en el ámbito internacional para conseguir opiniones que ampliara la muestra de los consultados. Es decir, se escogería el bobolongo del año 2020 en el ámbito internacional. La encuesta fue sencilla: nombre del elegido y una razón de la preferencia.
En verdad la tarea fue ardua, debimos recibir las encuestas enviadas desde los cinco continentes por los otros comprometidos con la tarea por la nominación. Por fortuna, las máquinas modernas ayudan un montón y al final los más votados, en el orden de mayor a menor, fueron Juan Guaidó, conocido como Juanito Alimaña, Iván Duque o Porky, sub presidente de Colombia y Sebastián Piñera, el despreciado presidente de Chile. No cabe duda que, de acuerdo con los resultados, el primero supero en un 30 %a los otros dos que casi empataron, dejando a sus contrincantes fuera de las posibilidades de algún tipo de galardón. No cupo duda, Juan Gaidó se llevó los laureles del bobolongo del año, es decir el ganador que representa la idiotez en su grado máximo.
En todo caso, es bueno destacar cuales fueron las razones para la escogencia del laureado que justificó la nominación. Veamos algunas de estas.
Sinceramente, hay que ser bien gafo para autoproclamarse presidente y en verdad creer que es un jefe de estado.
Juanito Alimaña tiene casi un año diciendo los mismos embustes y en este tiempo no hizo absolutamente nada, la autoproclamación tan solo le sirvió para tontear y robar.
Juanito Alimaña es tan bobo que, si no es porque Donald Trump se lo sentó en su regazo, nadie se hubiese enterado de su existencia.
Hay que ser bien gilipolla para pedir sanciones, tal como lo hizo Guaidó y después afirmar que estas solo iban a perjudicar al presidente MM y a su entorno.
Juanito Alimaña es un mentecato al máximo, se la pasa arengando en los escenarios internacionales que es presidente encargado o interino y no está en Miraflores, no tiene militares a su lado, no tiene un gabinete para decidir sobre las actuaciones de gobierno y no fue elegido por nadie. Es un verdadero bobalicón.
El gafo Guaidó amenaza con la OEA, a sabiendas que Venezuela no está en este organismo, amedrentó con el TIAR y nada pasó, fanfarroneó con la Corte Internacional de Justicia y como si nada, apostó por el Consejo de Seguridad de la ONU y mutis, ahora pretende coaccionar con el R2P, la Doctrina de Responsabilidad de Proteger de la ONU y como en las anteriores, pasará lo mismo.
Juan Guaidó es un tarado genético, le vende al mundo que va continuar en el ejercicio de la presidencia encargada, si ni siquiera comenzó.
Juanito Alimaña es un verdadero zoquete, se la pasa inventando vainas, como plebiscitos, consulta popular, concentraciones que no concentra a nadie, marchas donde no marcha nadie, paros y huelgas de comiquitas, plantones que nadie acata y cada vez inventa nuevas propuestas nadie le hace caso.
El iluso de Guaidó se auto proclama presidente, pero no gobierna, pero si no gobierna qué tipo de presidente es ese.
Hay que ser bien bobo para creerse presidente encargado, solo porque unos arrastrados de la UE y de EEUU lo reciben con pombos y platillos, pero al llegar a Venezuela debe pasar por la aduana y extranjería. Definitivamente, estoy seguro que que Juanito Alimaña se llevará el galardón como el bobolongo del año.
Es seguro, Juan Guaidó merece los laureles como el bobolongo del año, lo único que ha hecho en un año es robar y cometer bobadas.
El gaznápiro de Guaidó es un presidente de comiquita, afirma que 50 países lo reconocen, pero 144 países del planeta consideran que el único presidente de la República Bolivariana de Venezuela es MM.
Juan Guaidó es un majadero, viaja por el mundo denunciando la crisis humanitaria de Venezuela, pero no revela que las calamidades de sus compatriotas son consecuencia de las sanciones que el mismo solicitó ante el gobierno de EEUU y los de la UE. Mala memoria o estupidez, creo en la última.
Juanito Alimaña recorre Europa y la UE denunciando las violaciones de la Constitución por parte de MM. Sin embargo, él se autoproclama, da un golpe de estado junto con su socio Leopoldo, recibe dinero de potencias extranjeras declaradas enemigas de Venezuela, nombra a funcionarios para ejercer cargos y lo último, que va seguir como autoproclamado y como presidente de la Asamblea Nacional.
Qué se puede esperar de un hombre como Juanito Alimaña quien tiene semejante cara de pajúo.
Juan Guaidó es tan mentecato que se cree sus propias mentiras.
Yo por mi parte tengo la certeza que los datos arrojados por la encuesta revelan la apreciación cierta que un elevado número de hombres y mujeres tienen del ganador de la encuesta. Esto lo corroboro al escucharlo hablar sobre la inopinada e ineficaz Consulta Popular. Una especie de "referéndum" que se hizo con ningún objetivo, en el cual se invirtió cierto dinero para que al final, como siempre con las actuaciones de la oposición, no pasará nada. No se puede sacar conclusión partiendo de mentiras y esto lo digo por experiencia. Vivo en la zona de El Cafetal, opositora por antonomasia, muy cerca de un centro de votación para la consulta popular. Permanecí durante casi ocho horas frente al local que alternaba con un amigo y entre los dos contamos 19 votantes, no más, basta de mentiras.
Todos los venezolanos y quienes viven más allá de nuestras fronteras, advertirán que llegará el 5 de enero y la nueva AN tomará posición de su envestidura y tristemente, Juan Guaidó pasará al basural de la historia. No se le puede mentir a un pueblo todo un año y salir airoso. Bien lo escribió Alexander Pope, poeta inglés: "El que dice una mentira no sabe que tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera". Lamentablemente, a Juanito Alimaña se le agotaron las mentiras. Lee que algo queda.
Enoc Sánchez