Navidad 2020

Viernes, 25/12/2020 11:00 PM

Mi gente querida.

Para mí, desde niño y hasta hoy, son más importantes las fiestas de navidad que las de fin de año. En esta ocasión vienen reflexiones comunes que pasean por nuestras sensibilidades y provocan pesimismo o esperanza.

Veo un 2021 con problemas más agudos que los vividos este año. Trato de conseguir algunas pistas que nos guíen en otro sentido, pero los tercos hechos que se levantan en frente no es fácil esquivarlos. Una administración del estado oprobiosa, la economía en condiciones muy precarias, la extensión de las grandes y pequeñas corrupciones que se han socializado, y la desarticulación del pacto constitucional que es eje del desenvolvimiento en comunidad, entre otros botones de muestra, ponen de bulto la ausencia de una ética republicana, y me llevan a tener cautelas sobre los deseos de "un próspero año nuevo ".

Sin embargo, no me es ajena la circunstancia universalmente conocida de que, entre los nidos de cisnes pudiera surgir, para fortuna de la sociedad, un cisne negro. Hay señales que alumbran en ese camino, no en vano, cerca del 85% de los compatriotas manifestaron el 6 de diciembre con su abstención y silencio solemne, el rechazo a quienes han degradado la política con propósitos abyectos, pero también han revelado una cohesión prometedora y una unidad que enciende las luces del renacimiento.

A pesar de los pesares comentados, y por los días que corren, y la esperanza siempre viva, vale la celebración íntima y sencilla del milagro de Belén, que los venezolanos conmemoramos aquí y fuera de aquí, como nuestras pascuas sublimes de navidad.

Fredy Gutiérrez Trejo

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